Boletín UNAM-DGCS-458
ACABAR CON EL MODELO NEOLIBERAL PARA ABATIR LA SUBORDINACIÓN DE
MÉXICO: JAMES COCKROFT
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El investigador del International Institute
for Research and Education de Amsterdam habló en la Facultad de Economía de la UNAM
Es
preciso terminar con el neoliberalismo
y romper el bloque formado por el capital privado, el extranjero y el
Estado, para que la economía mexicana deje de estar sometida al imperialismo,
afirmó James Cockcroft, investigador del International Institute for Research
and Education de Amsterdam, Holanda.
Al ofrecer el seminario La
historia de la transformación mexicana en el siglo XX: sus ideas económicas y
sociales, en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, James Cockcroft
explicó que lo anterior implica reafirmar el control de un Estado democrático
sobre las fuerzas de la economía.
Sería necesario también hacer converger el uso de los recursos
naturales de la nación con la fuerza laboral y las necesidades de la comunidad,
puntualizó.
El también profesor de la Universidad de Nueva York
sostuvo que es indispensable elevar el salario mínimo y el de las clases
populares de nuestro país, para estimular el mercado interno. Se debe también
renegociar el Tratado de Libre Comercio y la relación con Estados Unidos,
aseguró.
James Cockcroft
subrayó que el fortalecimiento de los movimientos sociales de masas y la
internacionalización de la lucha obrera, será la forma a través de la cual se
responderá a la internacionalización del capital monopólico.
Fueron
los movimientos sociales de los trabajadores los que iniciaron las grandes
revoluciones en México, desde la lucha por la independencia hasta la revolución
que derrocó a la dictadura de Porfirio Díaz, señaló.
Los destinos de los trabajadores a nivel mundial,
continuó, dependen cada vez más de los éxitos o fracasos de las luchas en cada
nación por los derechos de los trabajadores y las democracias genuinamente
pluralistas. Por tal motivo, indicó, la esperanza de México es la del mundo.
La economía de México, recordó, estuvo marcada desde las épocas
precolonial y colonial por sus bajos salarios y sus sistemas centralizados, lo
que motivó un desarrollo limitado de la producción de
capital y de bienes intermedios.
Lo anterior, señaló,
retardó el crecimiento económico del país en comparación con el ritmo que
siguieron las potencias imperialistas emergentes.
Ahora,
dijo, los “arquitectos” del neoliberalismo de México construyen “un castillo de
arena reforzado con dólares” e hipotecan la nación y su reserva de mano de obra
a los extranjeros.
A
una escala sin precedentes, indicó el autor de La esperanza de México, este país transfiere capital a Estados Unidos,
no sólo en recursos naturales y valor agregado por el trabajo, sino también por
el traslado de casi un cuarto de su población económicamente activa.
Asimismo,
el neoliberalismo ha acelerado la dependencia de la economía mexicana con
respecto al petróleo y las maquiladoras, lo cual amplía cada año la brecha
entre ricos y pobres.
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