Boletín UNAM-DGCS-416
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EL DOLOR NO JUSTIFICA LA EUTANASIA PORQUE ES CONTROLABLE
·
Manuel Alarcón, director ejecutivo de la Academia Mexicana de Bioética
de la Universidad La Salle, se pronunció en contra del “suicidio asistido”
·
Se llevó a cabo la Mesa Aspectos
religiosos de la eutanasia, organizada
por el Instituto de Investigaciones Jurídicas
El dolor de los
pacientes y sobre el cual se quiere fundamentar una especie de justificación o
casi obligatoriedad de la eutanasia y del suicidio asistido, es curable con los
medios adecuados de la analgesia y los cuidados paliativos, afirmó Manuel
Alarcón, director ejecutivo de la Academia Mexicana de Bioética de la
Universidad La Salle.
Más que acabar
absolutamente con el suplicio de las personas enfermas, se puede tener un
amplio control, aseveró el especialista en la Mesa Aspectos religiosos de la eutanasia, organizada por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas.
Agregó que si los
pacientes terminales se les presta asistencia humana y espiritual adecuadas
pueden recibir alivio y consuelo. Es obvio que quien se siente abandonado y
rechazado pida morir a como dé lugar, puntualizó.
De esta forma,
aseguró, las posibles peticiones de muerte por parte de quienes sufren
gravemente casi siempre constituyen la manifestación extrema de una apremiante
solicitud del paciente que quiere recibir más atención y cercanía humana; sin
embargo, ambos elementos no existen en los hospitales.
La Iglesia
católica, prosiguió, sigue con atención el desarrollo de la eutanasia y
reconoce en ella una de las expresiones del debilitamiento espiritual y moral
con respecto a la dignidad de la persona moribunda, así como un criterio de
desinterés frente a las verdaderas necesidades del paciente.
No sólo condena,
sino que propone soluciones a la luz de la ciencia y la tecnología como es que
la línea del comportamiento relacionada con el enfermo deberá inspirarse en el
respeto a la vida y a la dignidad de las personas, además de darle terapias sin
utilizar ninguna forma de ensañamiento terapéutico.
A su vez, Mario
Lara Martínez, de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía en México, se pronunció en
contra de la eutanasia como medio para provocar de manera intencional el deceso
del ser humano.
Explicó que sólo
Dios puede disponer de la vida. El sufrimiento, agregó, es una ley de la que
nadie escapa y lo que la Iglesia pretende es enseñar a hacer del amor una forma
de vivir bajo cualquier circunstancia.
Abel Clemente
Vázquez, catedrático del Seminario Teológico Presbiteriano de México, A. C.,
comentó que de manera oficial no existen en el medio evangélico en general
decisiones eclesiales con respecto a la eutanasia. Los presbiterianos, subrayó,
se pronuncian por respetar la vida y luchar al máximo por el paciente.
Por último, el
rabino Abraham Palti, miembro de la comunidad Sefaradí, consideró que, de
acuerdo con las leyes del pueblo de Israel, siempre el camino a escoger es el
de la vida, por encima de cualquier obstáculo.
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