06:00 hrs. abril 15 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-377

 

CONSUMIR ANTIOXIDANTES AYUDA A REVERTIR LOS DAÑOS POR EXPOSICIÓN A ALTAS DOSIS DE OZONO

 

·        Los hay en los cítricos: naranjas, limones, mandarinas y limas, en las verduras en general y las semillas

·        De no disminuir los radicales libres en el organismo pueden presentarse perturbaciones en los mecanismos de memoria, aprendizaje y en funciones motoras

·        Selva Lucía Rivas Arancibia, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, estudia el tema de la contaminación por ozono desde hace cuatro años

 

El consumo de antioxidantes permite reducir los riesgos a los que están expuestos los habitantes del Distrito Federal por las altas dosis de ozono afirmó la Selva Lucía Rivas Arancibia, profesora de la Facultad de Medicina.

 

El ozono, explicó, es una molécula que al entrar en contacto con los líquidos orgánicos produce radicales libres de oxígeno, la mayoría de los cuales pueden ser contrarrestados por las defensas antioxidantes del pulmón, de lo contrario causan efectos nocivos.

 

Cuando el pulmón no puede compensar el exceso de radicales libres, éstos entran a la circulación y producen especies reactivas de oxigeno secundarias a la exposición de ozono, que a su vez, da origen a un estado de estrés oxidativo que afecta a todo el organismo por igual.


Particularmente, Rivas Arancibia y sus colaboradores han estudiado, en modelos de exposición, los efectos que ese gas provoca en el cerebro, sobre todo la investigación se ha centrado en el hipocampo, la corteza frontal y el cerebelo.

 

Los resultados registran alteraciones, por la exposición al ozono, de la conducta, hay perturbaciones en los mecanismos de memoria y aprendizaje, así como en las funciones motoras. También aparece un comportamiento patológico conocido como congelamiento, el cual hace que el animal esté como aletargado e irritable al mismo tiempo.

 

Entre los cambios bioquímicos destaca que en el cerebro se alteran los niveles de superoxidomutasa –la enzima que protege las membranas celulares de los radicales libres–, en comparación con los animales normales.

 

En cuanto a la estructura, destacó que en exposiciones agudas a ozono existe un deterioro en las células manifestado por la aparición de edema (hinchazón) de las mitocondrias, del aparato de Golgi y del retículo endoplasmático y, algunas veces, ruptura de las membranas celulares.

 

Los antioxidantes que ha estudiado son las vitaminas C y E, las cuales pueden adquirirse en cualquier farmacia y son de bajo costo, así como un aminoácido llamado taurina.

 

Destacó que “no todos los animales ni toda la población presentan la misma sensibilidad al estrés oxidativo”. Esto depende de factores genéticos, entre otros,  pues algunos organismos tienen mayores herramientas para defenderse en un ambiente pro oxidante que otras.

 

Consideró que el anterior “no es un tema para alarmarse”, porque las investigaciones buscan alternativas para proteger a las personas de este daño, que de no atenderse en el corto o mediano plazos puede llegar a ser un problema muy serio para la salud, especialmente para quienes vivimos en el Distrito Federal.

 

Para disminuir los riesgos se recomienda  una dieta rica en antioxidantes, que se encuentran en las frutas, principalmente los cítricos (naranjas, limones, mandarinas, limas), las verduras en general y las semillas.

 

Comentó, además, que se considera que el envejecimiento es consecuencia de la pérdida en la capacidad del organismo para contrarrestar los radicales libres, es decir, con una menor capacidad antioxidante

 

En enfermedades neurodegenerativas, como la de Parkinson, la de Alzheimer y la de Huntington; en padecimientos degenerativos como procesos cancerosos, algunos endocrino-metabólicos como la diabetes; en males autoinmunes, infecciosos y virales, así como en procesos isquémicos e infartos, tanto cerebrales como del miocardio, se ha propuesto que el aumento en los niveles de radicales libres es directamente responsable de llevar a la muerte celular.

 

Finalmente, indicó, los radicales libres a niveles adecuados dentro del organismo  son responsables de que “las dentritas de las neuronas crezcan y establezcan sinapsis con otras neuronas y se dé un proceso de plasticidad”. Asimismo, desempeñan un papel importante en la fisiología de la célula, en procesos tales como la sobre vida en etapas embrionarias y la migración celular.

 

 

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