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LA AUSENCIA DE RELACIONES AFECTIVAS EN LOS NIÑOS DETERIORA SU VIDA SOCIAL Y EMOCIONAL
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Florente López Rodríguez, de la FP, señaló que la
estabilidad de un menor depende de su relación con sus figuras primarias
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Cuando la madre establece lazos afectivos
extremadamente fuertes con su hijo le otorga pocas facilidades para un
desarrollo independiente
La falta de una
relación afectiva apropiada entre la madre y el bebé, deteriora la capacidad
del niño para establecer vínculos emocionales y sociales con otras personas
afirmó Florente López Rodríguez, de la Facultad de Psicología (FP).
Explicó que también
se ha demostrado que cuando la madre establece lazos afectivos extremadamente
fuertes con su hijo y, por consiguiente, sostiene una relación de apego
poderosa la figura materna se constituye en la fuente de seguridad del niño,
con lo cual le otorga pocas facilidades para un desarrollo independiente.
En este sentido, la
estabilidad emocional de un menor depende de la forma en la cual se desarrollan
sus relaciones afectivas con sus figuras primarias; que es lo que le da el
apoyo necesario para la adecuada adaptación social del niño a distintos medios,
puntualizó el psicólogo.
Además, indicó, se
sabe que la estabilidad emocional y la productividad están estrechamente
relacionadas con las relaciones afectivas, porque mientras más estable es una
persona, mayores son sus posibilidades de ser productivo.
En entrevista, el
académico destacó que como resultado de la investigación Habilidades sociales y
desarrollo infantil, se ha encontrado que en la mayoría de las relaciones entre
la mamá y el bebé se establece cierta sincronización afectiva, la cual se puede
observar en el grado de involucramiento entre ambos.
Sin embargo, precisó,
la sincronización no es algo que se haga
de manera consciente, porque, en primera instancia, la relación se
establece con un conjunto de expectativas, por lo cual la mamá actúa sin
necesidad de que alguien, de manera externa, le enseñe.
Cuando no existe esta
sintonización, por lo común se trata de situaciones que no se pueden concebir
como normales, tal es el caso de madres depresivas o solteras, aseveró.
El especialista en
control temporal del comportamiento dijo que en colaboración con el Instituto
Nacional de Perinatología estudian las relaciones entre un grupo de madres
adolescentes y sus bebés, para determinar qué condiciones llevan a un
desarrollo afectivo inadecuado.
Asimismo, abundó,
analizamos las relaciones entre los huérfanos y sus cuidadores, la cual podría
ser una situación de riesgo para la educación de los bebés; sin embargo, no
sólo no es negativa sino que muestra un grado aceptable de involucramiento.
Respecto de las
madres adolescentes, aseveró, sí hemos encontrado dificultades en cuanto a la
capacidad para enseñar al niño a manejar el significado de las señales
sociales, mencionó López Rodríguez.
En este caso, acotó,
la sincronización afectiva es irregular y puede conducir al niño a experimentar
diferentes niveles de afecto. Sin embargo, existen detalles que podrían
mejorarse en estas relaciones, y en ese sentido queremos crear un modelo de
capacitación en la relación madre-bebé.
Se trata de una
herramienta audiovisual y computarizada, donde los padres puedan observar
imágenes de diversas relaciones e identificar aquellas que tienen efectos
negativos, con lo cual se supone deben aprender a corregirlos, detalló.
Este sistema sería un
valioso auxiliar para aquellos profesionales que trabajan con grupos
institucionales. “La idea es promover su uso en todos los niveles
gubernamentales donde se reciban niños en edad temprana”, puntualizó.
Esta contribución,
concluyó, puede ser más importante en bebés de tres a doce meses, cuando aún no
tienen una forma de comunicarse con la mamá de manera verbal.
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