14:00 hrs. marzo 29 del 2001


Boletín UNAM-DGCS-320

 

AFECTARÍA IVA EN ALIMENTOS Y MEDICINAS A 80 POR CIENTO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS

 

·        Emilio Caballero, académico de la Facultad de Economía, dijo que la clase media será la más perjudicada

·        Los medicamentos que se gravarán son los que atacan las enfermedades de la pobreza como diarreas y fiebres: Eduardo Loría, profesor de esa dependencia universitaria

 

 

La aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas perjudicará al 80 por ciento de las familias mexicanas, es decir, a por lo menos el 60 por ciento de la población que incluye la clase media, la cual será la más afectada, afirmó el académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Emilio Caballero Urdiales.

 

Puntualizó que la eliminación de la tasa cero a los alimentos y medicinas generará recursos por 127 mil 620 millones de pesos. Sin embargo, este incremento en la recaudación se conseguiría mediante la aplicación de un impuesto regresivo, hecho que significa afectar más a quienes menos tienen.

 

En conferencia de prensa en la que también participó el académico Eduardo Loría de Guzmán, y como moderador Carlos Javier Cabrera Adame, el profesor de tiempo completo de la FE explicó que el impacto económico será gravar con el 15 por ciento cerca de 50 puntos porcentuales del gasto total de aproximadamente cinco millones de familias, “las más pobres del país”.

 

En contraste, los dos millones de familias más ricas de México sólo resultarán afectadas en el 17 por ciento de su gasto total, precisó en el evento realizado en la sala “Ifigenia Martínez” de la biblioteca de la FE.

 

Al abordar el tema “El impacto económico de la aplicación del IVA en alimentos y medicinas”, el especialista puntualizó: en la propuesta oficial de compensar al 20 por ciento de la población de menores ingresos -a través del Progresa y el crédito fiscal- no se considera a la mitad de los pobres de México ni a la clase media.

 

Se trata, argumentó, del 60 por ciento de la población que concentra igual porcentaje del ingreso nacional y destina al gasto en esos dos rubros entre 45 y 32 por ciento del total familiar.

 

Este sector de los mexicanos, dijo, también resultará perjudicado por la pretensión de eliminar el régimen de exención que implica pagar impuestos por colegiaturas, servicios médicos y hospitalarios, así como adquisición de libros.

 

Caballero Urdiales resaltó que la aplicación del IVA a los alimentos y medicinas aumentará los precios y el ingreso disponible para el consumo y la demanda efectiva, además de impactar en forma negativa la distribución del ingreso, producción y empleo.

 

A su vez, Eduardo Loría de Guzmán, especialista en modelos econométricos de la FE, puntualizó que el IVA a los alimentos afectará a la clase media si no modifica sus preferencias y sustituye los víveres procesados por naturales.

 

En cambio, hizo hincapié, este impuesto aplicado a los medicamentos es un asunto grave porque se gravarán los utilizados para combatir las enfermedades de la pobreza como fiebres, diarreas, neumonías y pulmonías, que afectan al 40 por ciento de los mexicanos, es decir, de 40 millones a 45 millones de personas.

 

No serán gravables las medicinas para las enfermedades terminales y crónico degenerativas como los cánceres, diabetes y el SIDA, que se registran en personas de la clase alta y media, acotó.

 

Eduardo Loría consideró necesario e impostergable la reforma fiscal debido a la elevada evasión en el pago del IVA y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).

 

Expuso que de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) hay 33 millones de personas formalmente ocupadas, pero el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) sólo registra 19 millones de contribuyentes activos.

 

Esto significa, detalló, que por lo menos 10 millones de personas no pagan contribuciones o están exentas, aparte de las que ni siquiera están registradas.

 

El especialista estableció otros aspectos fundamentales que hacen necesaria esta reforma: la carga fiscal de México del 11 por ciento, igual que hace 40 años, y la alta dependencia de los ingresos petroleros, los cuales son de entre ocho y 30 por ciento.

 

Asimismo, se presenta una profunda afectación a los más pobres por la estructura impositiva, dado que los ricos, quienes sólo representan el 10 por ciento de la población, pagan 6.5 por ciento de su ingreso en IVA, en tanto que un porcentaje similar de la clase contraria pagan 11.4 por ciento por el mismo concepto.

 

 

 

 

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