AFECTARÍA IVA EN ALIMENTOS Y MEDICINAS A 80 POR CIENTO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS
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Emilio Caballero, académico de la
Facultad de Economía, dijo que la clase media será la más perjudicada
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Los medicamentos que se gravarán son
los que atacan las enfermedades de la pobreza como diarreas y fiebres: Eduardo
Loría, profesor de esa dependencia universitaria
La aplicación del Impuesto al Valor Agregado
(IVA) en alimentos y medicinas perjudicará al 80 por ciento de las familias
mexicanas, es decir, a por lo menos el 60 por ciento de la población que
incluye la clase media, la cual será la más afectada, afirmó el académico de la
Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Emilio Caballero Urdiales.
Puntualizó que la eliminación de la tasa cero a
los alimentos y medicinas generará recursos por 127 mil 620 millones de pesos.
Sin embargo, este incremento en la recaudación se conseguiría mediante la
aplicación de un impuesto regresivo, hecho que significa afectar más a quienes
menos tienen.
En conferencia de prensa en la que también
participó el académico Eduardo Loría de Guzmán, y como moderador Carlos Javier
Cabrera Adame, el profesor de tiempo completo de la FE explicó que el impacto
económico será gravar con el 15 por ciento cerca de 50 puntos porcentuales del
gasto total de aproximadamente cinco millones de familias, “las más pobres del
país”.
En contraste, los dos millones de familias más
ricas de México sólo resultarán afectadas en el 17 por ciento de su gasto
total, precisó en el evento realizado en la sala “Ifigenia Martínez” de la
biblioteca de la FE.
Al abordar el tema “El impacto económico de la
aplicación del IVA en alimentos y medicinas”, el especialista puntualizó: en la
propuesta oficial de compensar al 20 por ciento de la población de menores
ingresos -a través del Progresa y el crédito fiscal- no se considera a la mitad
de los pobres de México ni a la clase media.
Se trata, argumentó, del 60 por ciento de la
población que concentra igual porcentaje del ingreso nacional y destina al
gasto en esos dos rubros entre 45 y 32 por ciento del total familiar.
Este sector de los mexicanos, dijo, también
resultará perjudicado por la pretensión de eliminar el régimen de exención que
implica pagar impuestos por colegiaturas, servicios médicos y hospitalarios,
así como adquisición de libros.
Caballero Urdiales resaltó que la aplicación
del IVA a los alimentos y medicinas aumentará los precios y el ingreso
disponible para el consumo y la demanda efectiva, además de impactar en forma
negativa la distribución del ingreso, producción y empleo.
A su vez, Eduardo Loría de Guzmán, especialista
en modelos econométricos de la FE, puntualizó que el IVA a los alimentos
afectará a la clase media si no modifica sus preferencias y sustituye los
víveres procesados por naturales.
En cambio, hizo hincapié, este impuesto
aplicado a los medicamentos es un asunto grave porque se gravarán los
utilizados para combatir las enfermedades de la pobreza como fiebres, diarreas,
neumonías y pulmonías, que afectan al 40 por ciento de los mexicanos, es decir,
de 40 millones a 45 millones de personas.
No serán gravables las medicinas para las
enfermedades terminales y crónico degenerativas como los cánceres, diabetes y
el SIDA, que se registran en personas de la clase alta y media, acotó.
Eduardo Loría consideró necesario e
impostergable la reforma fiscal debido a la elevada evasión en el pago del IVA
y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Expuso que de acuerdo con las cifras del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) hay 33
millones de personas formalmente ocupadas, pero el Sistema de Ahorro para el
Retiro (SAR) sólo registra 19 millones de contribuyentes activos.
Esto significa, detalló, que por lo menos 10
millones de personas no pagan contribuciones o están exentas, aparte de las que
ni siquiera están registradas.
El especialista estableció otros aspectos
fundamentales que hacen necesaria esta reforma: la carga fiscal de México del
11 por ciento, igual que hace 40 años, y la alta dependencia de los ingresos
petroleros, los cuales son de entre ocho y 30 por ciento.
Asimismo, se presenta una profunda afectación a
los más pobres por la estructura impositiva, dado que los ricos, quienes sólo
representan el 10 por ciento de la población, pagan 6.5 por ciento de su
ingreso en IVA, en tanto que un porcentaje similar de la clase contraria pagan
11.4 por ciento por el mismo concepto.
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