Boletín UNAM-DGCS-284
RECHAZAN CAPITALINOS CORPORACIONES POLICIACAS Y DE IMPARTICIÓN DE JUSTICIA
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Aída Valero Chávez, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social,
dijo que en esta administración continúa elevado el índice delictivo
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Realizó una encuesta entre habitantes de las delegaciones políticas de
Cuauhtémoc, Iztapalapa y Gustavo A. Madero
A pesar del cambio de
gobierno, en el Distrito Federal se mantiene elevado el índice delictivo, por
lo que entre la población continúa la desconfianza, apatía, angustia, molestia,
enojo y rechazo a los cuerpos policiacos y a las instituciones encargadas de la
impartición de justicia, aseguró la investigadora de la Escuela Nacional de
Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Aída Valero Chávez.
Al presentar el
resultado de un muestreo sobre inseguridad pública, realizado por la ENTS de
1995 al 2001 entre habitantes de las delegaciones políticas de Cuauhtémoc,
Iztapalapa y Gustavo A. Madero, la académica subrayó que la impunidad y la
corrupción son fenómenos predominantes que al no disminuir provocan frustración
en los capitalinos.
En conferencia de
prensa, la especialista resaltó, sin embargo, que esta problemática no es sólo
responsabilidad de las autoridades sino también de la sociedad, porque a la
incapacidad de las corporaciones policiacas por resolver la inseguridad pública
se suma el desconocimiento, la falta de cultura de prevención de la gente y la
situación económica que puede convertir a la población en víctimas o victimarios.
La investigadora
comentó que realizó la encuesta durante el gobierno de Oscar Espinosa
Villarreal y luego con Cuauhtémoc Cárdenas, por lo que conoció la postura de
los defeños en ambos periodos.
En la ciudad de
México, explicó, hay total frustración entre la población por la falta de
cumplimiento de las promesas de campaña. La gente, agregó, confió en el cambio
de gobierno como solución a sus problemas pero todo continúa igual.
Negó que se redujera
la delincuencia en la actual administración y aseguró que el jefe de gobierno
Andrés Manuel López Obrador es ingenuo al considerar que se registró este
hecho, lo que demuestra su total desconocimiento de esta problemática.
Aída Valero hizo
hincapié en la necesidad de reorientar las medidas de readaptación de los
menores infractores y no reducir la edad penal. Destacó la necesidad de
implementar programas con opciones educativas, recreativas y de capacitación
para que tengan una actividad real que les permita vivir.
Puntualizó que la
inseguridad con el nombre de delincuencia es uno de los tres principales
problemas que aquejan a la ciudad de México. Tan sólo en 1996 la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que en Cuauhtémoc se
reportaban nueve mil 218 delitos, en Iztapalapa, siete mil 952 y en Gustavo A.
Madero cinco mil 329.
De la encuesta
realizada por el equipo de trabajo de Valero Chávez, en las mismas
jurisdicciones, se concluye que el 59 por ciento fueron víctimas de algún
delito y de ellas 28 por ciento de dos o más ilícitos.
Además, el 29.5 por
ciento denunció el ilícito y de ese porcentaje sólo en la mitad de los casos
procedió penalmente.
Por delegaciones, en
la Cuauhtémoc el 40 por ciento de los encuestados no denuncia, de éste
porcentaje 24 por ciento dice no querer meterse en problemas y no creer en la
justicia, mientras 15 por ciento considera que nadie le hubiera hecho caso.
El 22 por ciento de
las víctimas fue agredido en un medio de transporte; 13 por ciento en asalto
con violencia, amenazas y amago de armas; y 25 por ciento no precisa la hora en
que lo agredieron.
Los horarios en que se
registraron los delitos son: 29 por ciento entre las 17:00 y 20:00 horas; y el
24 por ciento, de las 21:00 a las 24:00. En cuanto a delitos cometidos a
transeúntes, 33 por ciento de las víctimas informó que fueron entre las 17:00 y
las 20:00 horas.
Respecto a las medidas
de seguridad de la población sólo 25 por ciento de los encuestados dijo tener
chapas de seguridad en su casa; 10 por ciento cuenta con perros de seguridad.
En el caso de
Iztapalapa, demarcación a la que se le añade el ser conurbada con los
municipios mexiquenses de Chalco, Los Reyes y Nezahualcóyotl, el 72 por ciento
de las personas entrevistadas fue víctima de delito. De ese porcentaje, el 18
por ciento de más de dos ilícitos.
De los encuestados
sólo la tercera parte se atreve a presentar denuncia, esto es, el 30 por
ciento. De éstos, sólo el 19 por ciento de los ilícitos procedió. El 43 por
ciento no denuncia porque no tiene tiempo, debido a que se tiene la conciencia
de que levantar un acta penal es perder horas.
El 18 por ciento de
los entrevistados no cree en la justicia y 15 por ciento dice que no sabría
identificar al agresor. También en esta jurisdicción el delito que más
incidencia tiene es el robo en medio de transporte, en tanto que el robo de
vehículo con violencia se comete durante todo el día.
En la Gustavo A.
Madero, dijo, el 45 por ciento de los entrevistados presentó problemas de
inseguridad y el 30 por ciento fue víctima de más de dos delitos. La mitad de
ellos denunció ante las instancias respectivas y sólo procedió el 20 por ciento
de las querellas.
El 25 por ciento no
cree en la justicia; el 26 por ciento fue víctima de robo en medio de
transporte; 22 por ciento de robo a transeúnte, de las 17:00 a las 20:00 horas,
y 15 por ciento fue agredido en asalto con violencia, amenazas y amago con
arma, de 9:00 a 12:00 horas.
Esto demuestra que la
gente se niega a denunciar no sólo por apatía sino porque tiene temor a sufrir
represalias, debido a que nadie le garantiza que el delincuente permanecerá
resguardado por las instancias encargadas de investigar su presunta
responsabilidad.
Además, los delitos y
su recurrencia varían según la delegación política, porque el nivel cultural,
actividades económicas y tipo de vivienda tienen características diferentes.
En su estudio, la
académica engloba a la población en seis rubros: angustia, por la impunidad, el temor, el miedo a la venganza y la
inseguridad; desconfianza, al gobierno y los cuerpos policiacos; apatía, “para
qué meterse en problemas”; desconsuelo, porque “las autoridades nunca hacen
nada, no pasa nada”; enojo, ante la ineficiencia de las corporaciones
policiacas, y enojo por la corrupción imperante en estas instancias.
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