06:00 hrs. Diciembre 31 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1248

 

 

 

 

 

Pies de foto al final del boletín

DEPRESIÓN, AGRESIVIDAD Y BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR, EFECTOS DEL DIVORCIO EN LOS NIÑOS

 

·        María de Lourdes Sánchez y Araceli Pedroche, especialistas de la Escuela Nacional de Trabajo Social, dijeron que durante la separación de los padres, los menores se enfrentan a graves conflictos

·        Ambas laboran en el Bufete Jurídico de la UNAM, el cual otorga apoyo a familias de escasos recursos

 

 

Los niños hijos de padres divorciados se enfrentan a un grave conflicto durante el proceso de separación, porque no se les explica la situación que se vive ni lo que ocurrirá a futuro. Como consecuencia, sufren depresiones, actúan con agresividad y, en el caso de los que están en edad escolar, tienen bajo rendimiento, informaron las especialistas de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) María de Lourdes Sánchez Islas y Araceli Pedroche Cruz.

 

Las trabajadoras sociales del Bufete Jurídico de la UNAM –el cual está en funcionamiento desde 1968 y desde el 2000 cuenta con tres oficinas, en el Centro Histórico, la Facultad de Derecho y Xochimilco–, precisaron que en materia familiar en doce meses atendieron 477 casos, lo que representa 60 por ciento del total de servicios brindados en esa área.


Las abogadas del Departamento de Trabajo Social del Bufete Jurídico explicaron que las causas por las que se origina el divorcio son violencia intrafamiliar, relacionada con el alcoholismo y la drogadicción, y las diferencias económicas entre los cónyuges.

 

Los infantes, señalaron las especialistas, resultan afectados porque los padres los utilizan como mensajeros, instrumentos para agredirse uno al otro y de “chivos expiatorios” para saber qué hace la pareja o con quién sale. Incluso, investigan con los niños sobre el destino que la otra parte le da a los recursos económicos que le proporciona, ya sea como pensión alimenticia o en efectivo.

 

Araceli Pedroche explicó que en el Bufete Jurídico se atienden, entre otros rubros, los de índole familiar o civil. Los primeros se canalizan al Departamento de Trabajo Social, el cual registra la mayor incidencia en los casos de divorcios necesarios y voluntarios, pensiones alimenticias, guarda y custodia, pérdida de patria potestad y régimen de visitas. En todos ellos están involucrados los menores.

 

Dio a conocer que del total de la población registrada en los doce meses de referencia, 171 casos fueron por divorcios necesarios, 28 voluntarios y 160 pensiones alimenticias, así como 45 por guarda y custodia, 13 por régimen de visitas y seis de pérdida de patria potestad.

 

En cuanto a la pensión alimenticia, argumentó, por lo regular las demandas son contra los hombres, quienes con frecuencia se niegan a cubrir los gastos de los infantes y, en el momento en que interviene la ley, piden permiso para ausentarse del empleo o lo abandonan a fin de no entregar de manera obligatoria ningún porcentaje de su salario. Los motivos son: falta de compromiso con los hijos, irresponsabilidad o haber formado otra familia a la que le dan prioridad.

 

Los casos en que la mujer tiene que cubrir pensión alimenticia al ex marido,  son pocos y se dan, principalmente, cuando el ex esposo tiene alguna discapacidad.

 

María de Lourdes Sánchez explicó sobre el régimen de visita que por lo regular la madre le niega al progenitor la posibilidad de verlos, lo cual se considera utilización del infante. Por ello, los varones acuden a un medio legal para que se les permita ver a los niños.


Indicó que en los casos de guardia y custodia la pérdida de la patria potestad se da en pocas ocasiones, porque es muy difícil comprobar que los niños peligran con algún padre. Sólo cuando hay pruebas contundentes,  donde se muestra de  que está en riesgo la integridad física y emocional del infante, es cuando se aplica esta ley.

 

La trabajadora social expuso que como resultado del proceso de separación, en los niños entran en conflicto, porque en la mayoría de los casos no se les explica que sucede entre los padres, a pesar de que la situación es percibida hasta por los infantes de poca edad.

 

En esos momentos, los menores saben que algo ocurre porque los padres no se hablan o sé agreden mutuamente. El ambiente familiar es tenso y tienen repercusiones: bajo rendimiento escolar y en múltiples casos, incluso, presentan depresiones o actúan con agresividad.

 

Al acudir al área de Trabajo Social del Bufete Jurídico de la UNAM, las especialistas dan orientación social a los padres sobre cómo explicarle a sus hijos la situación en forma clara y concreta, de acuerdo con la edad que tienen.

 

María de Lourdes Sánchez consideró fundamental que los infantes no sean utilizados y se les aclare que aunque estén separados los padres continuarán cerca de ellos para protegerlos y apoyarlos.

 

Los progenitores, dijo, deben tener una relación cordial y, por lo menos, no discutir frente al niño;  además es conveniente que lleguen a acuerdos sobre los límites y las normas que se aplicarán, aunque también sobre cómo funcionarán las reglas dependiendo si están con el padre o con la madre.

 

En los casos en que los menores fueron abusados sexualmente, los padres son canalizados a la instancia especializadas para su atención. El seguimiento del Departamento de Trabajo Social consiste en buscar los medios para que al niño no le falte esta atención y los padres no dejen de llevarlos a las instituciones donde se les brindará ayuda para superar el problema.


Araceli Pedroche informó que de acuerdo con la ley los menores deben estar al cuidado de la madre hasta los siete años. A partir de esa edad el padre puede pedir la guarda y custodia.

 

Sin embargo, hay casos en los que se demuestra que la conducta de la madre o quien tenga la guarda y custodia del menor afecta su integridad física y emocional, lo que puede ocasionar la pérdida de ese derecho.

 

Con el tiempo, dijeron las especialistas, los menores aceptan la separación de sus padres y que deben convivir con ambos de manera distinta. También los hace madurar.

 

En 90 por ciento de los casos registrados en el Bufete Jurídico de la UNAM la madre es la que tiene la responsabilidad de los hijos. En el restante diez por ciento lo tiene el padre porque la progenitora se fue de la casa o los abandonó por tener compromiso con otra pareja, entre otros argumentos.

 

El Bufete Jurídico apoya a familias de escasos recursos económicos, es decir, que perciban de uno a cuatro salarios mínimos, y atiende con mayor frecuencia a personas de Iztapalapa, Iztacalco y Gustavo A. Madero.

 

 

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María de Lourdes Sánchez Islas y Araceli Pedroche Cruz, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, señalaron que los hijos de padres divorciados se enfrentan a un grave conflicto psico–emocional durante el proceso de separación