Boletín UNAM-DGCS-1247
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La toxina que produce afecta células vegetales y animales; además ocasiona baja de rendimiento en las
plantas
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Sus efectos tóxicos dañan a los animales y disminuye de manera
importante la producción de maíz, destacó Francisco Javier Plasencia de la
Parra, profesor de la Facultad de Química de la UNAM
La seguridad
alimentaria podría estar en riesgo por
los efectos tóxicos en animales propiciados por el hongo Fusarium moniliforme,
ya que éste parásito se hospeda en el maíz alertó Francisco Javier Plasencia de
la Parra, profesor de la Facultad de Química de la UNAM.
La presencia del
hongo Fusarium moniliforme es peligrosa porque ocasiona la baja importante en
el rendimiento del maíz. De ahí la importancia de desarrollar métodos para
determinar su incidencia, proyecto en el cual trabaja Plasencia de la Parra.
Recordó el
especialista, el descubrimiento de la toxina que produce el hongo (la
fumonisina) se hizo en equinos, los cuales padecían síntomas de degeneración
encefálica, casi se les licuaba el cerebro, lo cual siempre estaba asociado al
consumo de maíz mohoso.
El desarrollo de
este proyecto, señaló el experto, ha contribuido a abrir el área de fitopatología
molecular, en la cual se ha trabajado realmente poco, porque tradicionalmente
el estudio de las enfermedades de las plantas se ha hecho más en campo y en
relación con sus aspectos prácticos.
En el caso de los
animales, hay especies de mamíferos que son más susceptibles que otras; en
porcinos produce una edema pulmonar y en animales de laboratorio, como ratas,
produce cáncer de hígado. En humanos su consumo se ha asociado con la alta
incidencia de cáncer esofágico. Por eso, dijo, es importante determinar los
niveles de esta toxina en alimentos.
Al ser reciente el
hallazgo de la fumonisina, en 1988 en Sudáfrica, el investigador de la FQ
indicó que no se tiene mucha información en México sobre su incidencia, en
contraste con otras toxinas producidas por hongos con más de 40 años de
estudio. Plasencia de la Parra, empezó a estudiarla en 1997, en colaboración
con la doctora Marina Gavilanes Ruiz, también de la misma facultad.
Resaltó que la
mazorca de maíz puede tener dos destinos, ya sea que se utilice como semilla,
para generar una planta nueva, o como grano para alimento humano o animal, y si
está muy infectada, obviamente que causa daños.
Al entrar el maíz
en el proceso de nixtamalización, hace que la toxina sufra un cambio en su
estructura química, permitiendo que el compuesto que se forme siga teniendo
actividad biológica. De este modo, el enfoque es desarrollar los métodos
analíticos. Por ello, insistió, se requiere estudiar no sólo el grano, sino
también los productos de maíz nixtamalizado, como la tortilla.
El Fusarium
moniliforme está presente en el Estado de México y Sonora, zonas en las que el
investigador ha estudiado su manifestación. Las características de las
poblaciones de este hongo pueden ser diferentes. En cuanto a patogenicidad y
por la cantidad de toxinas producidas, hay unas más agresivas con la planta que
otras.
Al estudiar la
virulencia del hongo a partir de un compuesto que produce la toxina fumonisina
–particularmente por sus efectos
bioquímico y molecular–, explicó que hay cepas de Fusarium que la
producen en grandes cantidades y otras que lo hacen en bajo volumen o no la
producen. Sobre estas diferencias comentó que la mayoría de las cepas de maíz
de Sonora producen la toxina en cantidades más o menos altas, mientras que las
del Estado de México lo hacen en una menor proporción.
Plasencia de la
Parra estudia, además, el proceso de respuesta de la planta a la infección ante
la presencia de la toxina. "Las plantas -indicó- no tienen un sistema
inmune, pero han desarrollado procesos fisiológicos y mecanismos que les
permiten sobrevivir a infecciones. De hecho, han sido muy exitosas al
defenderse de microorganismos patógenos".
En este sentido,
encontró que con una pequeña dosis de la toxina –la cual hace lento el
desarrollo– se induce en la planta una serie de respuestas en forma selectiva,
es decir, se activan unos procesos de defensa y otros no. Falta por analizar la
razón por la cual la respuesta no es
generalizada.
Otro de sus
descubrimientos ha sido que a ciertas dosis de la toxina, la planta induce un
proceso de muerte celular y altera la membrana plasmática de las células
vegetales.
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PIE DE FOTO
El hongo Fusarium
moniliforme, cuya principal planta hospedera es el maíz, puede ocasionar que
baje el rendimiento de éste, señaló Francisco Javier Plasencia de la Parra,
profesor de la Facultad de Química de la UNAM.