Boletín UNAM-DGCS-1242
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Patricia Andrade, académica de la FP, dijo que según el INEGI el
incremento de suicidios ha sido de 142.7% para los hombres y de 68.9 % para las
mujeres
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Consideró que al estudiar las causas de esta conducta se deberían tomar
en cuenta no sólo factores individuales, sino económicos, políticos y sociales
En los últimos años
en México se ha incrementado el número de suicidios, sobre todo en adolescentes
y personas jóvenes en edad productiva, afirmó Patricia Andrade Palos, jefa de
la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Psicología.
Mencionó que de
acuerdo con datos del INEGI el incremento porcentual de suicidios ha sido de
142.7 en hombres y de 68.9 en mujeres, lo cual obliga a estudiar este fenómeno
en términos de prevención y a reflexionar por qué ese grupo de la población
está atentando contra su vida.
La psicóloga
destacó que no obstante que México es uno de los países con un índice bajo de
suicidio, se ha visto que de 1970 a 1995 esta conducta ha ido en aumento; por
ello, en la actualidad el suicidio es considerado un importante problema de
salud entre la población joven mexicana.
En los 90, refirió,
en el continente americano, las tasas más altas por cada cien mil habitantes se
presentaron en Cuba (22.6), El Salvador (12.20) y Canadá (10.60), y las más
bajas en Jamaica (0.20), Perú (0.5) y Guatemala (0.6).
En México, indicó,
la tasa fue de 2.10 por cada cien mil habitantes, la cual es baja si se compara
con países como Hungría donde los índices de suicidio alcanzaron 59.9.
Dijo que aunque
muchas de las causas de esta conducta se pueden inferir, en realidad todavía es
muy difícil precisarlas. No hay investigación que diga el origen de este
incremento; sin embargo, al estudiar las causas deberían tomarse en cuenta los
factores individuales, económicos, políticos y sociales.
Por lo general,
acotó, se tiende a relacionar el suicidio con la depresión en los adolescentes,
pero aún no hay datos concluyentes sobre esto, porque no siempre un joven
deprimido llega a suicidarse.
En este sentido, no
es un factor lo que provoca esta conducta, sino la combinación de múltiples
elementos, y uno de los más importantes es, sin duda, el ambiente familiar,
sostuvo.
Con base en una investigación
realizada en una muestra de dos mil adolescentes de los Cecatis y el Conalep,
se encontró que alrededor de 13 por ciento de los jóvenes encuestados
reportaron haber intentado suicidarse, explicó.
Esto, subrayó,
puede ser un factor de prevención, porque se trata de gente que puede repetir
esta conducta si no se le da atención oportuna. Es precisamente esta situación
lo que ha puesto a reflexionar por qué un adolescente con oportunidades de
desarrollo intenta suicidarse.
Según los datos de
esta investigación, agregó, el principal motivo que dan los jóvenes, tanto
hombres como mujeres, para intentar quitarse la vida, son problemas familiares.
También encontramos
que otra de las posibles razones para suicidarse es no saber cómo enfrentar
determinadas situaciones, por lo cual optan por quitarse la vida para salir de
sus problemas.
Si bien es cierto,
mencionó, que existe mayor número de mujeres que intentan suicidarse,
generalmente lo logran más los hombres. Esto podría tener relación con los procedimientos
utilizados, porque los varones emplean formas mucho más severas que la mujer.
Las jóvenes,
continuó, generalmente se suicidan por intoxicación y, en última instancia,
ocupan armas punzo cortantes; en cambio, el hombre ocupa, en primera instancia,
cuchillos o navajas y en algunos casos el ahorcamiento, es decir, emplean
métodos con los que están seguros de perder la vida.
Por ello,
consideró, es importante no sólo fortalecer las habilidades de los jóvenes para
enfrentar situaciones de estrés, sino elaborar programas dirigidos a padres
para ayudarlos a apoyar a sus hijos.
Asimismo, agregó,
es necesario darle seguridad a los adolescentes para que logren su autonomía de
manera satisfactoria, así como buscar mayor comunicación y acercamiento entre el
joven y quienes lo rodean, tanto en la escuela como en la casa.
Si conocemos las
actividades de los jóvenes y nos ganamos su confianza, podríamos prevenir el
suicidio, por lo menos a este nivel, concluyó.
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