06:00 hrs. Diciembre 25 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1232

 

 

 

 

 

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LAS MEXICANAS POSPONEN MATRIMONIO Y EMBARAZO

 

·        El incremento en la escolaridad de la mujer y su incursión en la economía han propiciado una importante caída de la tasa fecundidad, aseveró Carlos Welti Chanes, investigador del IIS

·        Nueve de cada diez mexicanas al concluir su vida reproductiva han sido madres

 

 

Importante caída de la fecundidad se ha registrado en México en los últimos 30 años, por el incremento en la escolaridad de las mujeres y su incursión en las actividades económicas, aseguró Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

 

Si bien es cierto que la mujer no ha eliminado totalmente de sus expectativas de desarrollo personal el embarazo y el matrimonio, cuando menos los ha pospuesto, debido a la apertura de nuevas opciones de desarrollo personal, puntualizó.

 

Esto no significa que las mexicanas no deseen ser madres ni casarse, sólo han postergado estos eventos, aclaró el especialista en demografía.

 

En realidad, mencionó, en México todavía nueve de cada diez mujeres al terminar su vida reproductiva han sido madres y esto no se ha modificado mucho en el transcurso del tiempo, lo que ha cambiado es el número de hijos, porque esta cifra cada vez más disminuye.


En la mitad de la década de los setenta, el promedio de hijos por mujer era de 6.8. En este momento, los datos estiman que es de 2.4, con lo cual se está llegando al nivel de remplazo generacional que podría introducir a la sociedad mexicana en un proceso acelerado de envejecimiento, advirtió.

 

Esto es importante, alertó, porque mientras en México el descenso en las tasas de fecundidad se realizó en un periodo de alrededor de tres décadas, en los países desarrollados este mismo proceso llevó más años.

 

En términos demográficos, explicó, para que una generación pueda ser sustituida por la siguiente, cada mujer debe tener en promedio poco más de dos hijos; y advirtió que en caso de continuar la disminución de las tasas de fecundidad aproximadamente en dos décadas estaríamos por debajo del nivel de reemplazo.

 

Chanes Welti destacó que este es un fenómeno novedoso en esta sociedad, acostumbrada a marginar de su propio desarrollo a las mujeres.

 

Pero además, precisó, plantea la preocupación sobre qué hacer para crear el número de empleos requeridos para incorporar a las actividades económicas, en las mejores condiciones, a este sector de la población.

 

Con ello, se podría estimar que la caída de la fecundidad responde a dos situaciones: el desarrollo tecnológico, que puso en las manos de las mujeres los medios para transformar su fecundidad y el cambio en sus condiciones sociales, indicó.

 

Ahora, enfatizó, las mujeres cada vez se preparan mejor y tienen más opciones para controlar su fecundidad. Saben que son capaces de realizar actividades distintas a la de ser madres o amas de casa.

 

Sin embargo, aún se ven en la necesidad de resolver el trabajo doméstico mediante la doble o triple jornada. La actividad extradoméstica de la mujer más que contribuir a su desarrollo personal le ha generado otras responsabilidades como la contribuir al ingreso familiar.

 

Además, abundó, buena parte de estas mujeres se incorpora a lo que se denomina economía informal, lo cual les trae como consecuencia inestabilidad en el empleo, bajos salarios y falta de servicios de seguridad social.

 

En este momento, acotó, según los datos censales, la tasa de trabajo femenino se estima en alrededor de 30 por ciento, aunque algunos especialistas manejan una cifra cercana a 40 por ciento, lo cual significa que muchas de las actividades extradomésticas de la mujer aún son subestimadas.

 

El incremento en los niveles de escolaridad y su creciente participación en el mercado laboral, dijo, trajo como consecuencia nuevos arreglos familiares, pues la posibilidad de ser independiente en términos económicos ha hecho que tome decisiones relacionadas con el divorcio.

 

En la actualidad la población femenina representa una proporción importante de quienes solicitan el divorcio en México, lo cual pone a estas mujeres en una posición distinta respecto de aquellas que todavía dependen totalmente de los ingresos del marido, comentó.

 

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En México todavía nueve de cada 10 mujeres al terminar su vida reproductiva han sido madres, afirmó Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales.