Boletín UNAM-DGCS-1230
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DESEMPLEO, BAJOS SALARIOS Y APERTURA
COMERCIAL AFECTAN A EMPRESAS MEXICANAS:
ISABEL RUEDA
·
La investigadora del IIEc dijo que entre los mayores problemas de las
microempresas está lo estrecho de la demanda
· Alrededor de 50 por ciento de las microempresas no viven más de 5 años; sin embargo, al mismo tiempo que mueren, se crean otras, aseveró
La contracción del
mercado interno, el aumento del desempleo, la baja de los salarios reales y la
apertura comercial que ha vivido el país en los últimos años, han afectado
principalmente a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), afirmó Isabel
Rueda, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).
La académica dijo en entrevista que uno
de los mayores problemas de las microempresas es lo estrecho de la demanda de
sus productos.
La reducción del mercado interno, por
causa del creciente desempleo, es un problema que ha afectado a estas
organizaciones, ya que su producción está dirigida al consumo nacional, el cual
también se ha visto reducido debido al descenso de los salarios reales,
puntualizó.
Mientras en los
países industrializados, acotó, estas empresas generalmente emprenden
actividades que constituyen nichos de mercado, en México la mayor parte se
dedican a la elaboración de productos alimenticios y bebidas, compitiendo con
las grandes transnacionales.
Es por ello, sostuvo, que más de 50 por
ciento de las microempresas no viven más de 5 años; sin embargo, al mismo
tiempo, se crean otras.
Esto se debe básicamente a la necesidad
que tiene la gente de sobrevivir, pues al disminuir su participación en la
actividad económica se inserta al mundo laboral con micronegocios, los cuales
en realidad constituyen formas de autoempleo.
Señaló que en la
actualidad en México existen 30 millones 38 mil 514 establecimientos, de los
cuales 95.4 por ciento son micro y participan con 44 por ciento del empleo.
En cambio, abundó,
las grandes empresas sólo constituyen 0.4 por ciento de los establecimientos económicos,
pero participan con cerca de 28 por ciento del personal ocupado.
Por sectores de
actividad, dijo, las microempresas participan en las manufacturas con 28 por
ciento de las personas ocupadas, en el comercio con 61 por ciento y en los servicios con 44 por ciento.
En servicios, las grandes representan 0.7
por ciento, pero participan con 33 por ciento del personal ocupado; en el
comercio, apenas conforman 0.1 por ciento de establecimientos y participan
cerca de 11 por ciento del total de trabajadores, indicó la también profesora
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Mencionó que de acuerdo con la encuesta
de micronegocios realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática (INEGI), cerca de 66 por ciento de esas empresas tiene como
máximo una persona empleada, lo cual convierte a los micronegocios en formas de
autoempleo y, en ese sentido, es el segmento que más crece.
Según dicho sondeo, continuó, casi 36 por
ciento de los encuestados afirmaron que la razón para iniciarse en este tipo de
actividad es completar el ingreso familiar; 33 por ciento lo hizo para mejorar
como asalariada; para 16 por ciento fue no encontrar empleo o el despido y sólo
5.5 por ciento lo hizo por seguir con la tradición familiar.
Destacó que de los países miembros de
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre 30 y
60 por ciento de las Mipymes son innovadoras y 10 por ciento realizan
investigación.
En México, dijo, tampoco está ausente
esta cuestión porque en los últimos años alrededor de 25 por ciento de las
empresas manufactureras, que ocupan entre 20 y 49 trabajadores, introdujeron al
mercado nuevos productos o procesos tecnológicamente mejorados.
Otro problema serio de estas
organizaciones es la falta de agrupamiento, pues sólo 5.8 por ciento de los
micronegocios está afiliado a alguna de las cámaras y 8.5 por ciento pertenece
a alguna organización gremial, lo cual constituye una proporción muy baja.
Con todo esto, sostuvo, las Mipymes se
encuentran en franca desventaja y, en este sentido, es necesario apoyarlas y
financiarlas no con créditos usurarios, sino con préstamos cuyas tasas no sean
tan elevadas.
Los altos intereses sólo están causando
que estas empresas ya no pidan créditos, porque no tienen garantías y prefieren
financiarse endeudándose con los proveedores, aseveró.
Por ello, concluyó, si se les quiere
apoyar, se deben canalizar más recursos a los organismos ya existentes como el
Programa Nacional de Empresas de Solidaridad, el cual sí ha significado apoyo a
los microempresarios.
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El desempleo, los bajos salarios y la
apertura comercial han afectado a las empresas mexicanas, afirmó Isabel Rueda,
del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.