06:00 hrs. Diciembre 25 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1230

 

 

 

 

 

Pie de foto al final del boletín

DESEMPLEO, BAJOS SALARIOS Y APERTURA COMERCIAL AFECTAN A  EMPRESAS MEXICANAS: ISABEL RUEDA

 

·        La investigadora del IIEc dijo que entre los mayores problemas de las microempresas está lo estrecho de la demanda

·        Alrededor de 50 por ciento de las microempresas no viven más de 5 años; sin embargo, al mismo tiempo que mueren, se crean otras, aseveró

 

La contracción del mercado interno, el aumento del desempleo, la baja de los salarios reales y la apertura comercial que ha vivido el país en los últimos años, han afectado principalmente a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), afirmó Isabel Rueda, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

 

La académica dijo en entrevista que uno de los mayores problemas de las microempresas es lo estrecho de la demanda de sus productos.

 

La reducción del mercado interno, por causa del creciente desempleo, es un problema que ha afectado a estas organizaciones, ya que su producción está dirigida al consumo nacional, el cual también se ha visto reducido debido al descenso de los salarios reales, puntualizó.

 

Mientras en los países industrializados, acotó, estas empresas generalmente emprenden actividades que constituyen nichos de mercado, en México la mayor parte se dedican a la elaboración de productos alimenticios y bebidas, compitiendo con las grandes transnacionales.

 

Es por ello, sostuvo, que más de 50 por ciento de las microempresas no viven más de 5 años; sin embargo, al mismo tiempo, se crean otras.

 

Esto se debe básicamente a la necesidad que tiene la gente de sobrevivir, pues al disminuir su participación en la actividad económica se inserta al mundo laboral con micronegocios, los cuales en realidad constituyen formas de autoempleo.

 

Señaló que en la actualidad en México existen 30 millones 38 mil 514 establecimientos, de los cuales 95.4 por ciento son micro y participan con 44 por ciento del empleo.

 

En cambio, abundó, las grandes empresas sólo constituyen 0.4 por ciento de los establecimientos económicos, pero participan con cerca de 28 por ciento del personal ocupado.

 

Por sectores de actividad, dijo, las microempresas participan en las manufacturas con 28 por ciento de las personas ocupadas, en el comercio con  61 por ciento y en los servicios con 44 por ciento.

 

En servicios, las grandes representan 0.7 por ciento, pero participan con 33 por ciento del personal ocupado; en el comercio, apenas conforman 0.1 por ciento de establecimientos y participan cerca de 11 por ciento del total de trabajadores, indicó la también profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

 

Mencionó que de acuerdo con la encuesta de micronegocios realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), cerca de 66 por ciento de esas empresas tiene como máximo una persona empleada, lo cual convierte a los micronegocios en formas de autoempleo y, en ese sentido, es el segmento que más crece.

 

Según dicho sondeo, continuó, casi 36 por ciento de los encuestados afirmaron que la razón para iniciarse en este tipo de actividad es completar el ingreso familiar; 33 por ciento lo hizo para mejorar como asalariada; para 16 por ciento fue no encontrar empleo o el despido y sólo 5.5 por ciento lo hizo por seguir con la tradición familiar.


Destacó que de los países miembros de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre 30 y 60 por ciento de las Mipymes son innovadoras y 10 por ciento realizan investigación.

 

En México, dijo, tampoco está ausente esta cuestión porque en los últimos años alrededor de 25 por ciento de las empresas manufactureras, que ocupan entre 20 y 49 trabajadores, introdujeron al mercado nuevos productos o procesos tecnológicamente mejorados.

 

Otro problema serio de estas organizaciones es la falta de agrupamiento, pues sólo 5.8 por ciento de los micronegocios está afiliado a alguna de las cámaras y 8.5 por ciento pertenece a alguna organización gremial, lo cual constituye una proporción muy baja.

 

Con todo esto, sostuvo, las Mipymes se encuentran en franca desventaja y, en este sentido, es necesario apoyarlas y financiarlas no con créditos usurarios, sino con préstamos cuyas tasas no sean tan elevadas.

 

Los altos intereses sólo están causando que estas empresas ya no pidan créditos, porque no tienen garantías y prefieren financiarse endeudándose con los proveedores, aseveró.

 

Por ello, concluyó, si se les quiere apoyar, se deben canalizar más recursos a los organismos ya existentes como el Programa Nacional de Empresas de Solidaridad, el cual sí ha significado apoyo a los microempresarios.

 

 

-o0o-

 PIE DE FOTO

 

El desempleo, los bajos salarios y la apertura comercial han afectado a las empresas mexicanas, afirmó Isabel Rueda, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.