06:00 hrs. Diciembre 24 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1229

 

 

 

 

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MÉXICO, EL PAÍS QUE MÁS REIVINDICA SU PASADO PREHISPÁNICO

 

·        Federico Navarrete Linares, del IIH, señaló que es una preocupación de los mexicanos no indígenas construir una identidad más definida

·        Los pueblos indios están más preocupados por el presente y su sobrevivencia cultural en el futuro, que por el pasado remoto

 

 

De entre los países de América, México se caracteriza por dar más importancia a su pasado prehispánico, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, Federico Navarrete Linares, quien agregó que, paradójicamente, los indígenas no son quienes más reivindican ese periodo.

 

Quienes están obsesionados con esa época, explicó, son los mexicanos no indígenas, probablemente porque tenemos una identidad menos definida y necesitamos buscarnos en esa etapa remota.

 

Por el contrario, indicó, las poblaciones indígenas del país reivindican más su presente, ya que buscan sobrevivir culturalmente y requieren encontrar formas de definirse y diferenciarse en el presente.

 

Defienden su identidad en términos comunitarios y no tienen necesidad de hablar del pasado prehispánico. Para ellos la tradición es importante, pero no la remontan tan lejos, precisó.

 

Navarrete sostuvo que el problema para los indígenas no tiene que ver con la conquista de los españoles, sino sus relaciones con los finqueros para quienes trabajan y el hecho de que emigren cada vez más.

 

En este sentido, dijo que la visión de la conquista, como una derrota de todos los indígenas, obedece a un mito histórico derivado de la exaltación de los aztecas o mexicas, que fueron los únicos efectivamente vencidos por los españoles.

 

La conquista, aseguró, la hicieron mayoritariamente los indígenas que se aliaron a los españoles. Estos últimos representaban, sólo cinco por ciento del ejército que destruyó Tenochtitlán.

 

En consecuencia, continuó, el régimen colonial fue de dominación en el cual se negociaba con los indígenas.

 

Federico Navarrete sostuvo que más allá de la obediencia a la corona y la imposición del cristianismo, el gobierno dentro de las comunidades indígenas era susceptible de negociarse; los españoles muchas veces reconocieron a los gobernantes indígenas que había antes de su llegada.

 

Ello se debe a que los españoles carecían del personal y los recursos para gobernar cada aldea. De esta manera, muchos indígenas se sentían partícipes del régimen y aliados de la corona, no sujetos a ella como se podría entender hoy en día.

 

En muchas ocasiones, añadió, la corona defendió las tierras y los derechos de los indígenas contra los criollos, y fue bajo el dominio de éstos, una vez consumada la independencia, cuando comenzaron las rebeliones indígenas en el país.

 

El académico del IIH resaltó que gran parte de los mitos y las creencias en México acerca del pasado prehispánico son producto tanto de los indígenas como de los españoles.

 

Es un proceso muy complejo y plural en el cual los indios, colocados frente a una nueva realidad, se veían en la necesidad de contarse a sí mismos su propia historia de otra forma, mientras que los españoles, por su parte, necesitaban conocer más sobre los indígenas, sus formas de organización, la distribución de las tierras y otras informaciones que los propios indígenas les proporcionaron.

 

Todo ello llevó a una gran producción de historias sobre el México prehispánico durante los siglos XVI y XVII y ahí es donde se gestaron muchas de las imágenes simbólicas vigentes sobre el país antes de la conquista, concluyó.

 

 

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Las luchas indígenas en la actualidad buscan más una reivindicación hacia el futuro que un rescate del pasado prehispánico, dijo Federico Navarrete, de la UNAM