Boletín UNAM-DGCS-1229
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Federico Navarrete Linares, del IIH, señaló que es una preocupación de
los mexicanos no indígenas construir una identidad más definida
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Los pueblos indios están más preocupados por el presente y su
sobrevivencia cultural en el futuro, que por el pasado remoto
De entre los países de América, México se
caracteriza por dar más importancia a su pasado prehispánico, afirmó el
académico del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM,
Federico Navarrete Linares, quien agregó que, paradójicamente, los indígenas no
son quienes más reivindican ese periodo.
Quienes están
obsesionados con esa época, explicó, son los mexicanos no indígenas,
probablemente porque tenemos una identidad menos definida y necesitamos
buscarnos en esa etapa remota.
Por el contrario,
indicó, las poblaciones indígenas del país reivindican más su presente, ya que
buscan sobrevivir culturalmente y requieren encontrar formas de definirse y
diferenciarse en el presente.
Defienden su
identidad en términos comunitarios y no tienen necesidad de hablar del pasado
prehispánico. Para ellos la tradición es importante, pero no la remontan tan
lejos, precisó.
Navarrete sostuvo
que el problema para los indígenas no tiene que ver con la conquista de los
españoles, sino sus relaciones con los finqueros para quienes trabajan y el
hecho de que emigren cada vez más.
En este sentido,
dijo que la visión de la conquista, como una derrota de todos los indígenas,
obedece a un mito histórico derivado de la exaltación de los aztecas o mexicas,
que fueron los únicos efectivamente vencidos por los españoles.
La conquista,
aseguró, la hicieron mayoritariamente los indígenas que se aliaron a los
españoles. Estos últimos representaban, sólo cinco por ciento del ejército que
destruyó Tenochtitlán.
En consecuencia,
continuó, el régimen colonial fue de dominación en el cual se negociaba con los
indígenas.
Federico Navarrete
sostuvo que más allá de la obediencia a la corona y la imposición del
cristianismo, el gobierno dentro de las comunidades indígenas era susceptible
de negociarse; los españoles muchas veces reconocieron a los gobernantes
indígenas que había antes de su llegada.
Ello se debe a que
los españoles carecían del personal y los recursos para gobernar cada aldea. De
esta manera, muchos indígenas se sentían partícipes del régimen y aliados de la
corona, no sujetos a ella como se podría entender hoy en día.
En muchas
ocasiones, añadió, la corona defendió las tierras y los derechos de los
indígenas contra los criollos, y fue bajo el dominio de éstos, una vez
consumada la independencia, cuando comenzaron las rebeliones indígenas en el
país.
El académico del
IIH resaltó que gran parte de los mitos y las creencias en México acerca del
pasado prehispánico son producto tanto de los indígenas como de los españoles.
Es un proceso muy
complejo y plural en el cual los indios, colocados frente a una nueva realidad,
se veían en la necesidad de contarse a sí mismos su propia historia de otra
forma, mientras que los españoles, por su parte, necesitaban conocer más sobre
los indígenas, sus formas de organización, la distribución de las tierras y
otras informaciones que los propios indígenas les proporcionaron.
Todo ello llevó a
una gran producción de historias sobre el México prehispánico durante los
siglos XVI y XVII y ahí es donde se gestaron muchas de las imágenes simbólicas
vigentes sobre el país antes de la conquista, concluyó.
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Las luchas indígenas en la actualidad
buscan más una reivindicación hacia el futuro que un rescate del pasado
prehispánico, dijo Federico Navarrete, de la UNAM