06:00 hrs. Diciembre 23 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1225

 

 

 

 

 

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25 MIL CINTAS INTEGRAN LA FILMOTECA DE LA UNAM

 

·        El archivo más antiguo y grande, y con uno de los laboratorios más importantes de AL

·        Algunas de las cintas son verdaderos hallazgos universales

·        A la fecha ha restaurado más de cinco mil películas nacionales y extranjeras, señaló su subdirector, Francisco Gaytán

 

En 40 años de historia la Filmoteca de la UNAM ha restaurado más de cinco mil películas, tanto nacionales como internacionales, algunas de ellas auténticos "hallazgos universales", lo que la hace el principal laboratorio de restauración y conservación de América Latina, aseguró su subdirector, Francisco Gaytán Fernández.

 

En nuestro país no hay un archivo cinematográfico similar a la Filmoteca, "somos el más antiguo, el más grande y el que tiene uno de los laboratorios más importantes en conservación y restauración en Latinoamérica", dijo.

 

Reconoció que si bien en el ámbito internacional el archivo no está mal, no se compara con los de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, o con los de Inglaterra o Francia, que cuentan con máquinas muy sofisticadas que además de copiar de una película a otra, permiten observar en video lo que realizan.

 

La Filmoteca resguarda la memoria fílmica del siglo XX, con más de 25 mil cintas de todos los formatos. Por las condiciones de liderazgo de la UNAM, el archivo encabeza a Latinoamérica en materia de restauración, sobre todo por el laboratorio tan avanzado que posee y sus bóvedas, en las que se guardan los filmes en inmejorables condiciones; además, se instruye e  la materia a técnicos de diversos países, apuntó.


Ahora, se utilizan modernos métodos de restauración digital que permiten escanear la imagen de las películas y recomponerlas para quitarles rayas, mejorar la imagen que se ha dañado por hongos o roturas. Después, con rayo láser se imprime lo restaurado, se pasa a película cinematográfica y se hacen copias para su exhibición.

 

El proceso

 

Gaytán explicó que, por lo general, las imágenes que se restauran, para estudiarlas y exhibirlas, están en un material viejo y único.

 

En el cine, todo lo que se proyecta se destruye; por ello, no se pueden exhibir copias únicas porque con el uso se destruirían y se perdería el objeto de la conservación. Se debe tener un material de archivo.

 

Al realizar la restauración, generalmente el material se traslada de un tipo de imagen a otro, es decir, de negativo a positivo, y viceversa, lo que tiene sus bemoles ya que se pierde calidad y la imagen se hace más contrastada.

 

Uno de los principales problemas en la restauración es que los materiales antiguos son inestables y presentan diferencias de tamaño. Una cinta vieja se encoge y no se puede copiar de manera directa a una nueva, ya que ambas son de diferentes dimensiones.

 

En ocasiones, la copia es usada, vieja, rayada o sucia, pero es el único que existe, de ahí su importancia. Entre éste existen "hallazgos universales", películas consideradas desaparecidas, o que no se tenían informes de ellas.

 

La restauración se hace de dos formas: mecánica y óptica. En la primera se debe arreglar en lo físico, ya que tiene cuadros que pueden estar sucios, pegados, rotos y rayados, por lo que se limpia y se busca volverla lo más posible a su estado original.

 

En cuanto a la óptica, las imágenes se deben pasar a un material nuevo. Mediante una máquina, las imágenes se calcan a una película nueva que se pega por contacto, se le aplica luz a las imágenes hacia la cinta virgen, se revela y queda lista.

 

Las películas llegan a la Filmoteca como depósito por todos los caminos: productores, laboratorios y distribuidores entregan sus negativos o copias para que las guardemos y nos permiten exhibirlas.


Asimismo, por intercambio con otro archivo o con particulares, a quienes se les proporciona un filme de su interés y ellos nos dan otro. Por repatriación, cuando un archivo extranjero nos da copia de un filme mexicano. También por permiso de copia, cuando el que posee los derechos de una cinta autoriza su copiado; o por donativo.

 

También se han encontrado en basureros u otros sitios. "Un día, tras los terremotos de 1985, una persona trajo un pedazo de película, vi que era mexicana, silente y realizada en nitrato de celulosa. La encontró entre los escombros. Fuimos al lugar, y los pedazos de película estaban a primera vista, les había llovido, caído concreto y tierra. Sacamos el material, lo limpiamos, copiamos y unimos, le dimos una restauración editorial para tener la mejor continuidad posible. En él se observa la construcción de una carretera en el campo mexicano.

 

En la Filmoteca "hemos encontrado películas que no existen en otro lado, por lo que nuestro trabajo es muy importante y gratificante, nos volvemos descubridores".

 

Entre los principales "hallazgos universales" de este archivo destacan: Quién me quiere a mí, producida por Luis Buñuel durante la Revolución Española, que estaba perdida en aquella nación. Aunque fue hecha en 35 milímetros, se encontró un negativo en 16 milímetros, y se dio copia a España.

 

También Viva Madrid que es mi pueblo (1927), copia única en perfecto estado de conservación. Se hizo el internegativo y se está en proceso de copiarla y proporcionar un ejemplar a España.

 

Hay materiales italianos, como Muerte en vida, filme único del cual ya se proporcionó copia a Italia que se exhibió en el pasado festival de Bolonia con gran éxito, porque no se había visto antes.

 

Entre otros hallazgos están segundos finales de películas, algunos de ellos no estaban registrados como los de Los Olvidados o Vámonos con Pancho Villa, que cambian por completo la visión del filme original. Además, hay cortos no documentados en los catálogos.

 

"De seguro tenemos más películas de éstas, pero hasta que se realice un análisis exhaustivo del acervo se podrán conocer. Aún tenemos lagunas en él y materiales sin clasificar", concluyó Gaytán.

 

 

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PIES DE FOTO

 

La Filmoteca de la UNAM ha restaurado más de cinco mil películas en los 40 años que tiene de existir, indicó Francisco Gaytán Fernández, subdirector de la misma