06:00 hrs. Diciembre 23 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1224

 

 

 

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VIABLE LA RECUPERACIÓN DEL LAGO DE TEXCOCO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL AEROPUERTO: FELIPE LEAL

 

·        El director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM se pronunció porque el nuevo puerto aéreo contemple la recuperación de la zona lacustre y el mejoramiento ecológico

·        El proyecto, última oportunidad para revertir esta visión de deterioro de los mantos acuíferos y lechos de ríos

 

El nuevo aeropuerto de la ciudad de México tendrá un perfil promisorio, adecuado y sustentable sólo si contempla la recuperación de la zona lacustre del Lago de Texcoco y contribuye al mejoramiento ecológico del Valle de México, afirmó Felipe Leal Fernández, director de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM.

 

“La ventaja del nuevo puerto aéreo, con lago, es quizás una de las últimas oportunidades para revertir esta visión de deterioro de los mantos acuíferos y de  los lechos de ríos”, además de que dará una solución conjunta al problema del agua en la cuenca hidrológica del Valle de México.

 

Es una zona de captación de agua natural. Hay una serie de veneros, derrames y riveras muy marcadas que en este futuro desarrollo urbano se podrían considerar, indicó el funcionario universitario, quien aseguró que la presencia de estos cuerpos de agua contribuirían a mejorar el clima, se podría corregir la situación atmosférica de la ciudad y ayudaría al rescate de la flora y la fauna de la región.

 

“Nosotros hemos concluido que el aeropuerto sin lago es realmente un riesgo enorme. Lo que puede ser una extraordinaria ventaja y un avance, sobre todo a en la cultura ambiental y de desarrollo urbano, es que el aeropuerto venga ligado con el lago. El aeropuerto necesita del lago y éste necesita del aeropuerto”, subrayó Leal Fernández.

 

Aún se desconocen las ventajas múltiples que podría tener un proyecto de esta naturaleza. De concretarse, dijo, México sería ejemplo de cómo una ciudad –que por diversas razones ha ido perdiendo su riqueza natural- logra revertir las consecuencias de deterioro y mejora sus condiciones ambientales con al aumento de la humedad, la oxigenación y el abatimiento de las bajas temperaturas, pues se sabe que en las regiones cercanas a los lagos mejora el clima.

 

Además de recuperar parte de nuestro pasado lacustre y de establecer infraestructura ligada con la ecología (que será el gran tema del siglo XXI: arquitectura e infraestructura con ecología y naturaleza), se verá cómo pueden coexistir y marchar juntas sin que se destruyan, como ha sucedido históricamente, indicó.

 

 “Establecer el diseño del aeropuerto ligado a un proyecto ecológico, como lo es la recuperación de los lagos para el desarrollo ambiental, implica aprovechar el agua para que la ciudad pueda recuperar su pasado lacustre con una visión contemporánea de desarrollo económico, sustentable y que permita mejorar la calidad de vida de los habitantes del Valle de México”.

 

Leal Fernández manifestó su confianza en que el nuevo aeropuerto sea el punto de llegada en el que los turistas se encontrarán rodeados por el lago, con el paisaje de los volcanes y convivirán con alternativas de desarrollo urbano.

 

Asimismo, explicó, podría ser la última oportunidad de recuperar terrenos ocupados y la única forma de poner límites o barreras físicas al crecimiento irregular de la mancha urbana.

 

Informó que el Taller de la Ciudad de México, integrado a la FA de la UNAM, ha estudiado durante los últimos tres años la geografía, historia e infraestructura de la ciudad y con esta información ha generado una serie de planes y proyectos que sugieren una propuesta integral para la recuperación ambiental de la Cuenca del Valle de México.


 

El nuevo proyecto Texcoco, además de ser un proyecto de manejo hidráulico, es un esquema de infraestructura y desarrollo urbano que pretende ayudar en la recuperación del equilibrio hidrológico dentro de la cuenca.

 

 

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Felipe Leal Fernández, director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, comentó que el nuevo puerto aéreo de Texcoco será, quizá, una de las últimas oportunidades para revertir el deterioro de los mantos acuíferos de dicha zona