Boletín UNAM-DGCS-1223
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DESAPARECEN MÁS LENGUAS INDÍGENAS POR
PRESIONES SOCIALES
Una lengua se
pierde porque los hablantes dejan de comunicarse a través de ella, orillados
por presiones sociales y no por desgaste, empobrecimiento o porque los
elementos lingüísticos se desvanezcan, comentó Fernando Nava López, secretario
académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA).
Si en México
realmente se pretende mantener vivas las lenguas indígenas, no es suficiente la
promulgación de leyes se requiere que la población modifique su actitud y
respete las lenguas.
El también
investigador comentó que sobre las lenguas indígenas hay desconocimiento de la
gran variedad de ellas y es que, dijo, tendemos a generalizar de acuerdo a las
culturas, lo cual dificulta la contabilización puntual de aquellas que se han perdido,
las que aún subsisten o que están en vías de extinción.
“No sabemos cuántas lenguas existen o han
desaparecido, toda vez que hace falta un estudio comparativo para definir con
exactitud su existencia, así como sus variedades”. Señaló que el número no es tan importante, lo que se debe buscar
es detectar las causas de cada desaparición.
Lamentó la carencia
de interés manifiesto y efectivo de las autoridades, porque las condiciones
sociales favorezcan el uso de las lenguas, toda vez que cualquier política
encaminada a salvaguardar esa parte de la cultura nacional debe considerar a la
población en su conjunto.
Y es que, abundó,
la inercia social en cuanto a actitudes racistas ha sido la base fundamental
del desprecio hacia los hablantes de las lenguas indígenas, lo cual ha
redundado en el abandono de su expresión oral natural.
Por ello, Fernando
Nava enfatizó que las políticas no deben encaminarse sólo a la atención de un
sector de la población, porque en tanto la mayoría no se eduque para dejar de presionar,
continuará la pérdida de hablantes y, por ende, de lenguas indígenas.
Destacó que el
panorama ante la desaparición o permanencia de estos lenguajes es muy difícil,
aunque también reconoció que se han dado cambios en la actitud de amplios
sectores de la sociedad en cuanto al reconocimiento de las culturas indígenas;
sin embargó, advirtió que en tanto no cambie la postura para cederles espacios,
el problema continuará.
Sobre la educación
bilingüe señaló que atiende sólo a un pequeño grupo y no sensibiliza a los
mestizos, lo cual deriva en problemas técnicos, por lo que se pronunció por la
enseñanza monolingüe en los primeros años de educación de los niños indígenas,
quienes deben adquirir el español como segunda lengua, contrario a lo que se ha
hecho que es “castellanizar a la población”.
Nava reconoció la
existencia de proyectos enfocados a combatir la desaparición de las lenguas
indígenas, pero la realidad los rebasa, toda vez que el número de ellas es
mucho mayor de las 60 que se llegan a manejar, por lo que para lograr un
registro aceptable se requiere de un gran presupuesto.
“Nuestra sociedad se perfila hacia cierto
tipo de intereses tecnológicos, donde aparentemente las ciencias sociales no
tienen mucha cabida”, concluyó.
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Fernando Nava
López, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, lamentó la
carencia de un estudio comparativo real acerca de las lenguas indígenas en
México.