06:00 hrs. Diciembre 22 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1223

 

 

 

 

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DESAPARECEN MÁS LENGUAS INDÍGENAS POR PRESIONES SOCIALES

 

 

Una lengua se pierde porque los hablantes dejan de comunicarse a través de ella, orillados por presiones sociales y no por desgaste, empobrecimiento o porque los elementos lingüísticos se desvanezcan, comentó Fernando Nava López, secretario académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA).

 

Si en México realmente se pretende mantener vivas las lenguas indígenas, no es suficiente la promulgación de leyes se requiere que la población modifique su actitud y respete las lenguas.

 

El también investigador comentó que sobre las lenguas indígenas hay desconocimiento de la gran variedad de ellas y es que, dijo, tendemos a generalizar de acuerdo a las culturas, lo cual dificulta la contabilización puntual de aquellas que se han perdido, las que aún subsisten o que están en vías de extinción.

 

 “No sabemos cuántas lenguas existen o han desaparecido, toda vez que hace falta un estudio comparativo para definir con exactitud su existencia, así como sus variedades”.  Señaló que el número no es tan importante, lo que se debe buscar es detectar las causas de cada desaparición.


Lamentó la carencia de interés manifiesto y efectivo de las autoridades, porque las condiciones sociales favorezcan el uso de las lenguas, toda vez que cualquier política encaminada a salvaguardar esa parte de la cultura nacional debe considerar a la población en su conjunto.

 

Y es que, abundó, la inercia social en cuanto a actitudes racistas ha sido la base fundamental del desprecio hacia los hablantes de las lenguas indígenas, lo cual ha redundado en el abandono de su expresión oral natural.

 

Por ello, Fernando Nava enfatizó que las políticas no deben encaminarse sólo a la atención de un sector de la población, porque en tanto la mayoría no se eduque para dejar de presionar, continuará la pérdida de hablantes y, por ende, de lenguas indígenas.

 

Destacó que el panorama ante la desaparición o permanencia de estos lenguajes es muy difícil, aunque también reconoció que se han dado cambios en la actitud de amplios sectores de la sociedad en cuanto al reconocimiento de las culturas indígenas; sin embargó, advirtió que en tanto no cambie la postura para cederles espacios, el problema continuará.

 

Sobre la educación bilingüe señaló que atiende sólo a un pequeño grupo y no sensibiliza a los mestizos, lo cual deriva en problemas técnicos, por lo que se pronunció por la enseñanza monolingüe en los primeros años de educación de los niños indígenas, quienes deben adquirir el español como segunda lengua, contrario a lo que se ha hecho que es “castellanizar a la población”.

 

Nava reconoció la existencia de proyectos enfocados a combatir la desaparición de las lenguas indígenas, pero la realidad los rebasa, toda vez que el número de ellas es mucho mayor de las 60 que se llegan a manejar, por lo que para lograr un registro aceptable se requiere de un gran presupuesto.

 

 “Nuestra sociedad se perfila hacia cierto tipo de intereses tecnológicos, donde aparentemente las ciencias sociales no tienen mucha cabida”, concluyó.

 

 

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Fernando Nava López, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, lamentó la carencia de un estudio comparativo real acerca de las lenguas indígenas en México.