Boletín UNAM-DGCS-1217
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Antonio Ruezga dijo que en los próximos años el 85 por ciento de los
pensionados recibirán el equivalente a un salario mínimo
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En siete años los recursos que manejen las Afores serán superiores a los
de las reservas nacionales
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En México no tenemos cultura de seguridad social
En México, en los
próximos seis o siete años el monto por concepto de fondos de retiro será
superior incluso a las reservas nacionales -en la actualidad maneja más de 20 mil millones de dólares y
las reservas ascienden a poco más de 36 mil millones de dólares-, pero ello no
garantizará que la pensión de cada trabajador sea suficiente para atender sus
necesidades cotidianas.
Según estudios
prospectivos, el 85 % de las pensiones equivaldría a un salario mínimo, pues la
ley establece que no pueden ser inferiores a ese monto, aseguró Antonio Ruezga
Barba, catedrático de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.
Añadió que el
restante 15 por ciento estaría un poco arriba, ya que son los que en la
actualidad obtienen mayores salarios.
Recordó que en 1996
el gobierno mexicano promulgó la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro
que comenzó a funcionar en 1997. Se calcula que en menos de una década las
Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) contarán con unos 40 mil
millones de dólares, es decir, aproximadamente cuatro mil millones de dólares
más que las reservas nacionales actuales.
El académico
universitario mencionó que las Afores buscan la autorización del gobierno para
cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores e invertir sus capitales en el sector
de energía eléctrica.
En la actualidad,
el 94 % de esos 20 mil millones de dólares se invierten en papeles del
gobierno, Certificados de la Tesorería (Cetes) y otros. No obstante que esta
inversión es segura, el problema es que obtienen un interés bajo y quien paga
ese interés es la sociedad a través de los impuestos.
Por ello, dijo
Ruezga Barba, se busca invertir en rubros donde haya más ganancias, aunque
igualmente se corran más riesgos. "Él decidirá si sus fondos se quedan en
una inversión segura con poca ganancia o si asumen un riesgo pero con ganancias
más elevadas”.
Chile generó un
cambio en materia de seguridad social en 1981, cuando implementó la
capitalización de los fondos de pensiones. Según los chilenos, ese sistema es
muy noble, pero si el país registra una inflación anual de 60 o 70 por ciento,
tendrá problemas serios en sus fondos.
Es decir, si un
trabajador ahorra por 20 años, cuando se presente una crisis, una devaluación
de la moneda o una inflación muy fuerte, el fondo que ha juntado podría
reducirse de forma tal, que al llegar su jubilación no le alcanzará ni para
tener una pensión de salario mínimo.
Aseveró que una
crisis económica puede acabar o golpear de manera seria los fondos que se crean
a través de la vida laboral. Ningún país de América Latina tiene la certeza de
que en el futuro no vaya a tener una crisis económica seria que dé al traste
con esos frutos.
"El riesgo que
se corre es serio porque somos países muy endebles desde el punto de vista
económico, no tenemos una infraestructura sólida que pueda asegurarnos que
estos fondos crecerán de manera perfecta durante los 30 o 40 años en que un
trabajador cotizará su fondo".
Explicó que esos
recursos deberían estar sujetos a una ley que garantice un beneficio de dos por
ciento arriba de la inflación, sólo con ello se puede prever que al momento de
su retiro el trabajador cuente con una pensión más o menos adecuada. Empero,
apuntó, en México no hay esa obligación.
El catedrático de
la ENEP Acatlán dijo que en Chile el trabajador destina más recursos a su fondo
de retiro (AFP) que en México. Aquí deposita alrededor del dos por ciento de su
salario, más 4.5 del seguro social, es decir, 6.5 más el apoyo del gobierno
federal que es muy bajo, mientras en casi todos los países es del 10 % o más.
La ley determina
los porcentajes que se deben destinar para el fondo, los cuales no se pueden
incrementar, pues el patrón tendría que absorber una parte importante de ese
aumento, otra el trabajador y el Gobierno, pero éste último ya no quiere
hacerlo.
Ante esa
posibilidad, señaló, el empresario asegura que si destina más recursos para el
fondo los productos se encarecen y no podrá competir en el ámbito
internacional. El gobierno acepta esos argumentos y hace lo imposible por no
incrementar las cuotas.
Ante ese panorama,
Ruezga Barba dijo que en México tendremos una verdadera seguridad social sólo
cuando el gobierno tenga una participación económica fuerte. "En sistemas
como el nuestro, en el que el gobierno quiere retirarse y que la iniciativa
privada sea la que pague todo, la seguridad social nunca será la
adecuada".
A los europeos les
cuesta cara la seguridad social, los gobiernos aportan cantidades muy
importantes, pero es la única forma de tener un sistema adecuado.
Agregó el académico
que todos los recursos que se destinen para ese propósito serán los mejores
gastados, lo cual todavía no se entiende en América Latina.
Señaló que en
México no hay una cultura de la seguridad social ni de jubilación. "No
exigimos mayores prestaciones porque vemos lejano el retiro, y no se piensa a
futuro, como en otros países donde el trabajador desde que empieza a laborar se
preocupa de sus fondos".
Por ello, "no
puede haber seguridad social sin solidaridad. Es necesario que quienes obtienen
ingresos superiores y pueden pagar más, aporten mayores recursos para sostener
la seguridad social de los que ganan menos o no obtienen nada", concluyó.
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