06:00 hrs. Diciembre 20 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1217

 

 

 

FONDOS DE RETIRO HAN ACUMULADO 20 MIL MILLONES DE DÓLARES

 

·        Antonio Ruezga dijo que en los próximos años el 85 por ciento de los pensionados recibirán el equivalente a un salario mínimo

·        En siete años los recursos que manejen las Afores serán superiores a los de las reservas nacionales

·        En México no tenemos cultura de seguridad social

 

En México, en los próximos seis o siete años el monto por concepto de fondos de retiro será superior incluso a las reservas nacionales -en la actualidad  maneja más de 20 mil millones de dólares y las reservas ascienden a poco más de 36 mil millones de dólares-, pero ello no garantizará que la pensión de cada trabajador sea suficiente para atender sus necesidades cotidianas.

 

Según estudios prospectivos, el 85 % de las pensiones equivaldría a un salario mínimo, pues la ley establece que no pueden ser inferiores a ese monto, aseguró Antonio Ruezga Barba, catedrático de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

 

Añadió que el restante 15 por ciento estaría un poco arriba, ya que son los que en la actualidad obtienen mayores salarios.

 

Recordó que en 1996 el gobierno mexicano promulgó la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro que comenzó a funcionar en 1997. Se calcula que en menos de una década las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) contarán con unos 40 mil millones de dólares, es decir, aproximadamente cuatro mil millones de dólares más que las reservas nacionales actuales.

 

El académico universitario mencionó que las Afores buscan la autorización del gobierno para cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores e invertir sus capitales en el sector de energía eléctrica.

 

En la actualidad, el 94 % de esos 20 mil millones de dólares se invierten en papeles del gobierno, Certificados de la Tesorería (Cetes) y otros. No obstante que esta inversión es segura, el problema es que obtienen un interés bajo y quien paga ese interés es la sociedad a través de los impuestos.

 

Por ello, dijo Ruezga Barba, se busca invertir en rubros donde haya más ganancias, aunque igualmente se corran más riesgos. "Él decidirá si sus fondos se quedan en una inversión segura con poca ganancia o si asumen un riesgo pero con ganancias más elevadas”.

 

Chile generó un cambio en materia de seguridad social en 1981, cuando implementó la capitalización de los fondos de pensiones. Según los chilenos, ese sistema es muy noble, pero si el país registra una inflación anual de 60 o 70 por ciento, tendrá problemas serios en sus fondos.

 

Es decir, si un trabajador ahorra por 20 años, cuando se presente una crisis, una devaluación de la moneda o una inflación muy fuerte, el fondo que ha juntado podría reducirse de forma tal, que al llegar su jubilación no le alcanzará ni para tener una pensión de salario mínimo.

 

Aseveró que una crisis económica puede acabar o golpear de manera seria los fondos que se crean a través de la vida laboral. Ningún país de América Latina tiene la certeza de que en el futuro no vaya a tener una crisis económica seria que dé al traste con esos frutos.

 

"El riesgo que se corre es serio porque somos países muy endebles desde el punto de vista económico, no tenemos una infraestructura sólida que pueda asegurarnos que estos fondos crecerán de manera perfecta durante los 30 o 40 años en que un trabajador cotizará su fondo".

 

Explicó que esos recursos deberían estar sujetos a una ley que garantice un beneficio de dos por ciento arriba de la inflación, sólo con ello se puede prever que al momento de su retiro el trabajador cuente con una pensión más o menos adecuada. Empero, apuntó, en México no hay esa obligación.


El catedrático de la ENEP Acatlán dijo que en Chile el trabajador destina más recursos a su fondo de retiro (AFP) que en México. Aquí deposita alrededor del dos por ciento de su salario, más 4.5 del seguro social, es decir, 6.5 más el apoyo del gobierno federal que es muy bajo, mientras en casi todos los países es del 10 % o más.

 

La ley determina los porcentajes que se deben destinar para el fondo, los cuales no se pueden incrementar, pues el patrón tendría que absorber una parte importante de ese aumento, otra el trabajador y el Gobierno, pero éste último ya no quiere hacerlo.

 

Ante esa posibilidad, señaló, el empresario asegura que si destina más recursos para el fondo los productos se encarecen y no podrá competir en el ámbito internacional. El gobierno acepta esos argumentos y hace lo imposible por no incrementar las cuotas.

 

Ante ese panorama, Ruezga Barba dijo que en México tendremos una verdadera seguridad social sólo cuando el gobierno tenga una participación económica fuerte. "En sistemas como el nuestro, en el que el gobierno quiere retirarse y que la iniciativa privada sea la que pague todo, la seguridad social nunca será la adecuada".

 

A los europeos les cuesta cara la seguridad social, los gobiernos aportan cantidades muy importantes, pero es la única forma de tener un sistema adecuado.

 

Agregó el académico que todos los recursos que se destinen para ese propósito serán los mejores gastados, lo cual todavía no se entiende en América Latina.

 

Señaló que en México no hay una cultura de la seguridad social ni de jubilación. "No exigimos mayores prestaciones porque vemos lejano el retiro, y no se piensa a futuro, como en otros países donde el trabajador desde que empieza a laborar se preocupa de sus fondos".

 

Por ello, "no puede haber seguridad social sin solidaridad. Es necesario que quienes obtienen ingresos superiores y pueden pagar más, aporten mayores recursos para sostener la seguridad social de los que ganan menos o no obtienen nada", concluyó.

 

 

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