06:00 hrs. Diciembre 18 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1210

 

 

 

Pies de foto al final del boletín

PROGRESA COMIENZA A DAR RESULTADOS POSITIVOS EN MATERIA DE NUTRICIÓN

 

·        Así lo indicó el doctor Ignacio Méndez Ramírez, quien colaboró en el  análisis de la más reciente Encuesta Nacional de Nutrición

·        Necesario dar continuidad al programa; beneficia a la población en extrema pobreza

 

Ha mejorado la nutrición de cientos de familias mexicanas en extrema pobreza, gracias al programa gubernamental Progresa. A cuatro años de su operación, su apoyo ha sido significativo también en los ámbitos de educación y salud, de ahí la necesidad de darle continuidad.

 

Así lo aseguró el doctor Ignacio Méndez Ramírez, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (IIMAS), quien se ha encargado, junto con otros especialistas, de analizar la más reciente Encuesta Nacional de Nutrición, y de la evaluación del aspecto nutricional del programa Progresa.

 

El especialista en estadística señaló que el análisis de la parte nutricional del programa se realiza mediante el seguimiento de las familias y comunidades beneficiadas. Se valoran los cambios del patrón de nutrición actual con respecto al inicio del programa. Así, se observa una mejora que, aunque es mínima, porque no se cambia la situación de manera radical de un año para otro, sí representa un cambio benéfico.

 

Luego de hacer muestreos y evaluaciones estadísticas, se confirma que hay indicios de que el Progresa funciona. Los niños están menos desnutridos según los indicadores de peso con respecto a la edad y talla.

 

“Es probable que los indicadores estadísticos que registraban una mejora, aunque mínima, fueron los que ayudaron a la decisión de no eliminar el Progresa que, por el contrario, fue reforzado”.

 

Sin embargo, el científico reconoció, que debido a que el Programa, puesto en marcha el 8 de agosto de 1997, es un proyecto integral, falta tiempo para asegurar que su funcionamiento sea el adecuado.

 

El programa proporciona un suplemento alimenticio con micronutrientes, fundamentales para una correcta alimentación para niños y niñas menores de 5 años y para mujeres embarazadas o que estén en periodo de lactancia.

 

Este consumo diario proporciona el 100 % de los micronutrientes requeridos por día, lo que permite atacar el grave problema de desnutrición infantil desde la etapa de gestación y durante los primeros años de vida, fase de crecimiento en la que la mala nutrición conlleva graves secuelas.

 

Asimismo, incluye ayuda económica mensual de 125 pesos, con el propósito de que todos los miembros del hogar tengan una alimentación adecuada.

 

El doctor Méndez Ramírez mencionó que la información estadística obtenida de éstos y otros programas y encuestas, permitirá orientar la toma de decisiones del gobierno para encaminar las acciones tendientes a resolver este grave problema.

 

Así ocurrió luego de que él y otros especialistas del país participaron en la Encuesta Nacional de Alimentación en el Medio Rural (1996), donde se estudió a 43 mil niños de 861 localidades, de 500 a dos mil 500 habitantes.


Dicho estudio reveló que: en Baja California el 82 % de los menores tienen una nutrición normal en contraste con el 37 % de Chiapas; en tanto, el porcentaje de desnutrición preocupante en esas mismas entidades, es de 0.2 y 2.3 %, respectivamente.

 

Las cifras que arroja la Encuesta Nacional de Nutrición, cuya base de datos está a cargo del Instituto Nacional de Salud Pública, indican que de la población total del país, 17.7 %, presenta talla baja para su edad, como impacto de la desnutrición, mientras que el 7.5 tiene bajo peso.

 

Las encuestas han confirmado que en el sur de México hay mayores problemas de desnutrición, En estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Tabasco, el 29 % de la población tiene una talla menor a la normal; en tanto que en el norte es de 7 %.

 

Otra característica importante, señaló el doctor Méndez, es la prevalencia de anemia o insuficiencia de hemoglobina, que es de 27.2% en niños menores de cinco años, sin variaciones significativas entre regiones.

 

Por otra parte, el sobrepeso u obesidad se detectó en 5.3 % de los menores; en el norte el 7 % de los niños presentan este problema, en tanto que en el resto del país es de entre 4 y 5 %.

 

El especialista refirió la complejidad de hacer una encuesta de estas dimensiones: se trata de 40 mil cuestionarios con decenas de preguntas cada uno, referentes a antropometría (medición de las personas), edad, sexo, peso y talla. Además se describe el consumo de alimentos para establecer el valor nutricional de lo que ingieren las familias.

 

No se omiten aspectos como composición familiar y migración, así como las características básicas de la vivienda; el saneamiento, disposición de agua y eliminación de excretas, información que se suma a la que se obtiene de cada individuo.

 

Al ser cuestionarios tan amplios, el manejo de la información requiere mayor cuidado. “No porque una investigación utiliza la estadística significa que es científica; para serlo, requiere evitar errores al momento de captar la información y durante todo el proceso hasta obtener conclusiones”.

 

“La calidad estadística de la muestra implica que los errores de estimación sean pequeños. Lo importante es que lo que digamos esté cerca de la verdad, con una probabilidad elevada”, abundó el estadístico.

 

Se espera que el programa Progresa siga teniendo éxito. De ser así, la disminución de la desnutrición tendría efectos en otros rubros: decrecerían las enfermedades, sobre todo infecciosas, y la tasa de abandono de las escuelas, concluyó.

 

 

--o0o—

PIES DE FOTO

Ignacio Méndez Ramírez, investigador de la UNAM, señaló que el impacto del Programa Progresa en la nutrición de los beneficiarios es mínimo, pero sí representa un cambio positivo, por lo que debe tener continuidad.