06:00 hrs. Diciembre 17 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1206

 

 

 

Pies de foto al final del boletín

EN MÉXICO, SE VIVE COTIDIANAMENTE CIERTA FORMA DE TERRORISMO

 

·        El filósofo Alejandro Tomasini aseguró que es necesario ir a las raíces del problema para eliminarlo de manera política

·        Sostuvo que el aumento de impuestos es una especie de terrorismo hacendario

·        Dijo que hay por lo menos tres formas de terrorismo: el de los exaltados, el de Estado y el de baja intensidad

 

En México se vive y padece de manera cotidiana cierta forma de terrorismo, por ello hay que ir a las raíces y tratar de eliminarlo de manera política, aseguró Alejandro Tomasini Bassols, del Instituto de Investigaciones Filosóficas.

 

Afirmó que después de los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, el terrorismo no puede ser identificado como un acto aislado grandioso o espectacular, sino que apunta a una compleja situación permanente.

 

Cuando finalmente se realiza una acción de esta naturaleza, ello significa que todo se vale, que la vida institucional se quebrantó, que las fuerzas armadas del Estado son libres de actuar y los grupos inconformes se sienten con esa misma libertad.

 

En México se ha agudizado esa situación, por ello, el Ejército mexicano está bien preparado y hay diversas fuerzas interesadas en que cada vez esté mejor armado.

 

Indicó que el aumento de impuestos, por ejemplo, es una especie de terrorismo fiscal, ya que tarde o temprano tiene efectos en otros contextos y de otras maneras.

 

El investigador universitario sostuvo que existen diversas formas de violentar los derechos de las personas, no sólo el de unos individuos aislados que protestan por una situación que no pueden remediar; esa es sólo su forma más representativa.

 

Añadió que los atentados del 11 de septiembre sólo hicieron explícito un fenómeno político cotidiano. Ahora lo importante es realizar el análisis cuidadoso de las modalidades de terrorismo. Es erróneo pensar que se trata de la actuación de unos desenfrenados o locos que andan sueltos  con los cuales hay que acabar por la fuerza, como si se tratara de un problema de salud mental.

 

Más bien, recalcó Alejandro Tomasini, se trata de un asunto político con al menos tres grandes modalidades. Por un lado, el terrorismo de los exaltados, de los que colocan bombas en un centro comercial o destruyen edificios, y que causan la muerte de mucha gente inocente.

 

Por otro lado, está el terrorismo de Estado, el que se ejerce con bombarderos, apoyados en toda una infraestructura institucional y en los medios de comunicación como la televisión y que es igual de aterrador que el anterior. Un ataque aéreo es tan estremecedor para los niños de una ciudad bombardeada como el atentado de un individuo en un supermercado.

 

En cuanto al efecto consideró que es quizá más diabólico el ejercido por el Estado, que es dirigido, sistemático e indiscriminado, y en grandes proporciones.

 

Una tercera modalidad es lo que podría llamarse terrorismo de baja intensidad, el cual padecen, de manera cotidiana, millones de personas que viven en situaciones desastrosas: en la insalubridad, la suciedad, el hambre y sin instrucción, y no pueden salir de ella porque cualquier intento que hagan es reprimido de forma severa.

 

Así, diariamente hay casos en donde prevalece una situación de terror ejercida sobre grandes poblaciones, como la de los palestinos con sus reivindicaciones frente a Israel; o la de los campesinos de las zonas de combate en Colombia, que cuando no son atacados por los guardias blancos y los asesinos a sueldo, lo son por los guerrilleros.

 

Mucha gente que habita las llamadas ciudades perdidas o de miseria, como en la zona de Chalco, vive en un estado de terror de baja intensidad, porque no tiene perspectivas de vida ni de progreso, y no pueden hacer nada para salir de ahí, donde la violencia a sus derechos está institucionalizada y no se percibe como agresión.

 

El investigador del IIF mencionó que la posibilidad que tiene el Estado de actuar militarmente también es una forma de terrorismo, que se ejerce en el interior del país y a escala mundial.

 

Afortunadamente, en México todavía no se ha producido el fenómeno terrorista similar al sucedido en Estados Unidos. Debe entenderse que tales acciones, sean rechazadas o aprobadas, son una forma de lucha política que requiere conciencia en el mismo sentido y en el país el nivel de ésta  es bajo.

 

Recalcó que hay formas de agresión hacia la población como secuestros, asaltos, asesinatos y robos, pero sin el cariz político del terrorismo. "Si los actos delictivos que se realizan todos los días en todo el país tuvieran una bandera política, viviríamos declaradamente en una situación de terrorismo".

 

Hay, pues, un terrorismo de baja intensidad, el cotidiano, el no espectacular, el cual queda oculto porque no tiene banderas políticas ni se presenta como una forma de protesta. No obstante, si la situación no cambia puede fácilmente desembocar en un terrorismo abierto y una lucha fratricida.

 

Se deben encontrar vías de solución a los problemas urgentes del país antes de que las manifestaciones de descontento se generalicen y asuman un toque político porque el terrorismo, por un lado, afecta a la población y, por otro, suscita una respuesta brutal e indiscriminada del Estado.

 

Opinó que cuando en el país haya soldados en las calles, policías que pregunten y pidan documentos a cada momento o entren a las casas, el terrorismo se habrá apoderado del país, y eso es algo que a toda costa debe evitarse.

 

El concepto de terrorismo se revela cada vez más como un concepto  complejo y con múltiples ramificaciones: con la vida política, las instituciones, la economía, la cultura y las tradiciones.

 

Reconoció que el país está lejos de vivir una “colombianización”, no obstante es alarmante ver la evolución de México porque todo indica que hacia allá vamos.

 

 

        o0o –

PIE DE FOTO

 

Cierta forma de terrorismo se vive y padece de forma cotidiana en México, indicó Alejandro Tomasini Bassols, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM