Boletín UNAM-DGCS-1202
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LA COMERCIALIZACIÓN, PRINCIPAL PROBLEMA DEL SECTOR ARTESANAL DEL PAÍS
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La mayoría de los artesanos provienen de grupos indígenas o campesinos,
señaló Hernán Salas Quintanal, investigador del IIA.
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Es necesario mejorar las condiciones de vida de los artesanos para
mantener la tradición cultural, advirtió.
La falta de
capacidad de las autoridades para promover la comercialización de las
artesanías es la causa de la situación desfavorable que viven los artesanos del
país, lo que les impide mejorar su calidad de vida y no les permite alcanzar el
reconocimiento de sus productos como bienes culturales, afirmó Hernán Salas
Quintanal, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA).
El investigador
universitario comentó que para realizar su actividad este sector de trabajadores
mexicanos necesita mayor apoyo del Estado y que la regulación de la
comercialización de sus artículos redunde en mejor calidad de los artesanos. Si
carecen de ello se corre el riesgo de que desvirtúen su trabajo, mediante la
elaboración de productos en serie.
Hernán Salas apuntó
que la mayoría de los artesanos pertenecen a grupos indígenas o campesinos que
no viven de esa actividad, sino que tienen una multiplicidad de labores, lo cual les impide dedicarse completamente a la artesanía y, por ende, a
fortalecerla.
Los artesanos, como
la mayoría de la población rural, tienen condiciones muy precarias de vida y
serias dificultades para desarrollar su actividad productiva, pues ésta es
costosa en términos de materias primas, herramientas y mano de obra, por el
tiempo y especialización que requieren.
Otro problema de
los artesanos, explicó Hernán Salas, ligado al de los pequeños productores del
país, son los intermediarios, ya que les compran sus productos a muy bajos
costos y lo revenden en mercados nacionales o internacionales a cantidades muy
superiores.
Sin embargó,
aclaró, debe reconocerse la labor de diversas instituciones gubernamentales,
tanto estatales como federales, que intentan crear fondos para apoyar a los
mismos artesanos vía créditos, capacitación o materias primas, aunque el fin
primordial es que continúen con su actividad.
Hernán Salas reveló
que los artesanos que no están agrupados en una cooperativa o vinculados con
alguna institución de gobierno están completamente desprotegidos, lo que
significa que no tienen mercados seguros. El Estado, consideró, debe
preocuparse de que su actividad sea rentable.
Asimismo, subrayó
que es lamentable que el mercado no reconozca la creatividad que hay en la
artesanía. En general, dijo, es muy difícil valorarla, toda vez que no sólo se
trata de un producto que implica cierto
tiempo de trabajo, sino que además existe el factor imaginación,
creatividad, así como la historia. Por ello, el consumidor no paga el valor
real de una pieza artesanal.
Puntualizó que
existen grandes dificultades para realizar un censo confiable de los artesanos,
ya que su labor no la consideran como su actividad principal, aunque
cualitativamente lo sea.
Por ejemplo, dijo,
el Programa de Fonart-Sedesol apoya aproximadamente a cuatro mil artesanos de
escasos recursos, pero seguramente hay muchos más que no se encuentran en esas
circunstancias.
Desde hace algunos
años la sociedad mexicana reconoce esta labor, que si bien es cierto representa
para muchos una moda, para otros ha cobrado relevancia de gran envergadura a
raíz del movimiento indígena, en términos culturales.
El investigador del
IIA precisó que las áreas indígenas no son sólo turísticas y las artesanías no
son sólo para un consumidor turístico, son parte de la tradición, de la
historia del propio país.
En cuanto a la
introducción a México de productos extranjeros, el investigador señaló la
necesidad de definir la artesanía, a fin de no confundirla, toda vez que muchas
de las piezas de importación son industriales, como es el caso de la mercancía
oriental.
Las artesanías son
objetos culturales, por lo que es menester valorarlos en esa medida y
promoverlos con publicidad masiva, enfatizó.
Al abordar la
llamada artesanía urbana, Hernán Salas destacó el problema de la innovación y
calificó de primordial el análisis de hasta qué punto una artesanía se puede
innovar sin perder sus rasgos tradicionales, aunque, señaló, las tradiciones
siempre se van a modificar debido a las circunstancias históricas y de vida de
la gente.
“Es tan artesano el
que está aislado en una comunidad como el que está en un taller de la ciudad,
ya que en su producto hay un espíritu cultural de tradición, de valores y de
pensamiento. La innovación y la tradición pueden ir de la mano sin contraponerse”,
concluyó.
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PIES DE FOTO
Es necesario un
mayor apoyo a la comercialización de las artesanías mexicanas por parte del
gobierno: Hernán Salas Quintanal, investigador de la UNAM.
El investigador universitario Hernán Salas Quintanal
se pronunció por la necesidad de brindar mejores condiciones de vida a los
artesanos del país.