Boletín UNAM-DGCS-1200
MÁS POBRES AHORA QUE HACE 40 AÑOS; LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES CONTRIBUYEN A ELLO
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Alicia Ziccardi, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de
la UNAM, consideró necesario revisar las políticas económicas en busca de
equidad y respeto
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En el actual año, agregó, aumentó este problema en América Latina a
consecuencia de las crisis económicas registradas
En América Latina
el número absoluto de pobres se duplicó en los últimos 40 años, por lo que el
crecimiento económico es una condición necesaria para reducir este fenómeno
pero no para garantizar su abatimiento, destacó la académica del Instituto de
Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Alicia Ziccardi Contigiani, quien
resaltó la necesidad de revisar las actuales políticas económicas en busca de
equidad y respeto a los derechos básicos de la población.
Puntualizó que a
pesar de que en los últimos años de la década de los 90, la incidencia de la
pobreza se redujo del 41 al 36%, la situación se revirtió durante el presente
año, debido a las crisis económicas y financieras en varias naciones
latinoamericanas como México.
Informó que según
el Banco Mundial (BM) se considera pobres a aquellas personas que reciben menos
de dos dólares diarios y el 43% de los mexicanos está por debajo de esa línea.
Y con ingresos de un dólar por persona la cifra es del 18%.
Al hablar sobre la
pobreza urbana y la exclusión social, la especialista en ciudades hizo el desglose de los sectores que se
encuentran en condiciones precarias, dijo que entre el 25 y el 40% de los
ocupados con altos niveles de pobreza trabajan como asalariados en micro
empresas de baja productividad. Esta comunidad, junto con el servicio doméstico y el empleado por
cuenta propia, está fuera del mercado vinculado a las actividades modernas.
La investigadora
del IIS subrayó que existe un número considerable de pobres entre empleados
públicos y asalariados de empresas privadas medianas y grandes.
La Comisión
Económica para América Latina (CEPAL) estima que en más de la mitad de los
países de la región entre el 30 y 50% de los trabajadores de industrias
privadas viven en hogares pobres. Sin embargo, hay grandes fluctuaciones, pues
mientras en Argentina y Uruguay representa el 10%, en Bolivia, Brasil,
Colombia, Paraguay, Venezuela y México va del 30 al 40%.
En el caso de los
empleados públicos, indicó, los bajos ingresos constituyen un obstáculo para el
proceso de reforma y modernización del Estado. Una alta proporción del total de
asalariada del sector formal gana tan poco que el contar con un empleo no les
asegura situarse por encima del umbral de la pobreza.
Ziccardi planteó
que los trabajadores informales realizan su labor un mayor número de horas,
pero perciben la mitad de la remuneración recibida por los obreros y empleados
en establecimientos modernos.
En varios países de
América Latina, expuso, entre 1998 y 1999 se registró algún grado de deterioro
del salario real. En tanto, en México todavía en ese último año el valor real
de las remuneraciones se situaba 20% por debajo del nivel de 1994.
En cuanto a la
exclusión social, indicó que como consecuencia del deterioro de los ingresos de
las poblaciones en pobreza, numerosas familias están fuera de la posibilidad de
acceder a bienes y servicios básicos, así como de los mecanismos que organizan la vida social, la justicia y
la equidad, entre otros aspectos.
En Latinoamérica,
siempre se ha presentado este fenómeno y se amplió con las políticas
neoliberales. En las zonas urbanas, la marginalidad social aumentó en el último
año.
La especialista
comentó que a la pobreza y exclusión se agregan las marcadas desigualdades
sociales, características de los últimos años. Se advierten en la segregación
urbana e inequidad que prevalece en el acceso a bienes y servicios sociales.
La principal
desigualdad, recalcó, es la de tipo estructural y corresponde a las diferencias
de ingreso entre los trabajadores. Se estima que en América Latina la distancia
entre los ingresos de profesionales y técnicos, y los de los sectores de baja
productividad aumentó entre el 40 y el 60% durante los primeros cuatro años de
la década de los 90.
Las desigualdades
también se expresan en el origen étnico. La académica del IIS señaló que los
indígenas en Lima, La Paz o ciudad de México deben superar diferentes
obstáculos para hacer efectivos los principios de igualdad de oportunidades en
el acceso a bienes y servicios básicos.
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