06:00 hrs. Diciembre 15 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-1200

 

 

MÁS POBRES AHORA QUE HACE 40 AÑOS; LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES CONTRIBUYEN A ELLO

 

·        Alicia Ziccardi, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, consideró necesario revisar las políticas económicas en busca de equidad y respeto

·        En el actual año, agregó, aumentó este problema en América Latina a consecuencia de las crisis económicas registradas

 

En América Latina el número absoluto de pobres se duplicó en los últimos 40 años, por lo que el crecimiento económico es una condición necesaria para reducir este fenómeno pero no para garantizar su abatimiento, destacó la académica del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Alicia Ziccardi Contigiani, quien resaltó la necesidad de revisar las actuales políticas económicas en busca de equidad y respeto a los derechos básicos de la población.

 

Puntualizó que a pesar de que en los últimos años de la década de los 90, la incidencia de la pobreza se redujo del 41 al 36%, la situación se revirtió durante el presente año, debido a las crisis económicas y financieras en varias naciones latinoamericanas como México.

 

Informó que según el Banco Mundial (BM) se considera pobres a aquellas personas que reciben menos de dos dólares diarios y el 43% de los mexicanos está por debajo de esa línea. Y con ingresos de un dólar por persona la cifra  es del 18%.

 

Al hablar sobre la pobreza urbana y la exclusión social, la especialista en ciudades  hizo el desglose de los sectores que se encuentran en condiciones precarias, dijo que entre el 25 y el 40% de los ocupados con altos niveles de pobreza trabajan como asalariados en micro empresas de baja productividad. Esta comunidad, junto con  el servicio doméstico y el empleado por cuenta propia, está fuera del mercado vinculado a las actividades modernas.

 

La investigadora del IIS subrayó que existe un número considerable de pobres entre empleados públicos y asalariados de empresas privadas medianas y grandes.

 

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) estima que en más de la mitad de los países de la región entre el 30 y 50% de los trabajadores de industrias privadas viven en hogares pobres. Sin embargo, hay grandes fluctuaciones, pues mientras en Argentina y Uruguay representa el 10%, en Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay, Venezuela y México va del 30 al 40%.

 

En el caso de los empleados públicos, indicó, los bajos ingresos constituyen un obstáculo para el proceso de reforma y modernización del Estado. Una alta proporción del total de asalariada del sector formal gana tan poco que el contar con un empleo no les asegura situarse por encima del umbral de la pobreza.

 

Ziccardi planteó que los trabajadores informales realizan su labor un mayor número de horas, pero perciben la mitad de la remuneración recibida por los obreros y empleados en establecimientos modernos.

 

En varios países de América Latina, expuso, entre 1998 y 1999 se registró algún grado de deterioro del salario real. En tanto, en México todavía en ese último año el valor real de las remuneraciones se situaba 20% por debajo del nivel de 1994.

 

En cuanto a la exclusión social, indicó que como consecuencia del deterioro de los ingresos de las poblaciones en pobreza, numerosas familias están fuera de la posibilidad de acceder a bienes y servicios básicos, así como de los mecanismos  que organizan la vida social, la justicia y la equidad, entre otros aspectos.

 

En Latinoamérica, siempre se ha presentado este fenómeno y se amplió con las políticas neoliberales. En las zonas urbanas, la marginalidad social aumentó en el último año.

 

La especialista comentó que a la pobreza y exclusión se agregan las marcadas desigualdades sociales, características de los últimos años. Se advierten en la segregación urbana e inequidad que prevalece en el acceso a bienes y servicios sociales.

 

La principal desigualdad, recalcó, es la de tipo estructural y corresponde a las diferencias de ingreso entre los trabajadores. Se estima que en América Latina la distancia entre los ingresos de profesionales y técnicos, y los de los sectores de baja productividad aumentó entre el 40 y el 60% durante los primeros cuatro años de la década de los 90.

 

Las desigualdades también se expresan en el origen étnico. La académica del IIS señaló que los indígenas en Lima, La Paz o ciudad de México deben superar diferentes obstáculos para hacer efectivos los principios de igualdad de oportunidades en el acceso a bienes y servicios básicos.

 

 

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