Boletín UNAM-DGCS-1167
DISCRIMINACIÓN Y SEGREGACIÓN LABORAL Y SALARIAL AFECTAN A LA MUJER
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Jennifer Cooper, investigadora del PUEG,
dijo que estos problemas existen a pesar de que el sector femenino represente al
33% de la población económicamente activa
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Las prácticas de marginación pueden ser
sistemáticas o por naturaleza, señaló
A pesar de que el sector
femenino representa el 33% de la Población Económicamente Activa (PEA), todavía
se enfrenta a graves problemas de discriminación y segregación laboral y
salarial, aseguró la investigadora del Programa Universitario de Estudios de
Género (PUEG), Jennifer Cooper.
La modernización y los cambios
presentes en diferentes sectores, puntualizó, no han sido factores que contribuyan
a la eliminación de estos problemas que experimentan en el mercado laboral.
Así, al ser desvalorizadas socialmente, también lo son en el trabajo.
Al dictar la conferencia “Las
mujeres y el trabajo”, la especialista resaltó que es imposible que ambos sexos
sean iguales en términos de identidad, pero la lucha es por las mismas
oportunidades con respeto a la diferencia de género, lo cual representa una
necesaria equidad.
El sector femenino, subrayó,
sufre discriminación porque aun cuando alcanza la misma productividad que el
varón, recibe trato y salario distintos.
Dijo que las prácticas
discriminatorias pueden ser sistemáticas o por naturaleza: ser madres y
encargarse del cuidado de los hijos, asignación que se les otorga especialmente
en los países latinoamericanos.
Jennifer Cooper, aclaró que el hecho de que los hombres y las mujeres sean diferentes no implica trato desigual en la fuente laboral, como sucede en la actualidad. Ejemplificó con la política: nunca se ha elegido una mujer presidenta de la República y este sector es minoría en el Congreso de la Unión.
La discriminación y
desigualdad, agregó, limitan a las mujeres, quienes registran baja matrícula en
algunas carreras como las ingenierías, además no buscan empleo en algunas ramas
productivas como la petrolífera, porque, de antemano, saben que no podrán
acceder a esas fuentes laborales.
El trato desigual está presente
desde el momento de la contratación: debe estipularse el sexo del solicitante,
lo que es ilegal; se toma en cuenta la apariencia desde la primera entrevista;
no hay acceso a todas las áreas laborales; les cuesta mayor trabajo y tiempo
lograr ascensos, y las condiciones y los salarios son distintos, por lo regular
inferiores a los de los hombres.
En materia de segregación ocupacional, la investigadora del PUEG comentó que este fenómeno tiene como causas fundamentales la identidad y sexualidad.
Explicó que cuando una mujer invade el área de trabajo y la actividad del hombre, con un desempeño similar o mejor, proyecta su valor y sexualidad con lo que desafía la labor varonil.
Por ello, consideró
indispensable que nos acostumbremos a convivir como iguales con respeto a las
diferencias de sexo, para poder eliminar la discriminación y la segregación
ocupacional.
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