Boletín UNAM-DGCS-1099
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Queda un largo trecho que recorrer antes de
que haya una participación amplia de ellas en ese ámbito: Judith Licea, de la
FFyL
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Existe desigualdad en estudios de doctorado
en el extranjero, así como en la ocupación de puestos y la entrega de
distinciones
Las mujeres científicas mexicanas aún son una
minoría, la igualdad con los hombres todavía no se alcanza, a pesar de que en
el transcurso de los años han habido enormes progresos. En este sentido, queda
un largo trecho que recorrer antes de que tengan una participación amplia en
ese ámbito, señaló la catedrática Judith Licea.
Al participar en el ciclo Mujeres en la ciencia
organizado por el Seminario Permanente Interdisciplinario e Interinstitucional
de Ciencia y Tecnología del Instituto de Investigaciones Sociales, dijo que el
sexo femenino representa el 51% de la población total del país, y a pesar de
que las estadísticas revelan que el porcentaje de mujeres con licenciatura
aumenta rápidamente, existe gran desigualdad en estudios de doctorado en el
extranjero, así como en la ocupación de puestos y la entrega de distinciones.
La catedrática de la Facultad de Filosofía y
Letras expresó que cada año, cientos de mujeres jóvenes concluyen sus estudios,
pero sólo un pequeño número llegan a ser científicas. La cifra de interesadas
que abandona sus aspiraciones en el camino se desconoce, así como la manera de
evitarlo.
El crecimiento de la población y una mayor
apertura de la sociedad han contribuido a ampliar la matrícula femenina en la
licenciatura. Empero, aún cuando el porcentaje de éstas que obtuvo su título
profesional en todas las disciplinas en universidades mexicanas en 1998 fue de
46%, sólo 20% del total de estudiantes de posgrado en el extranjero, fueron
mujeres. Además, en ese mismo año, sólo el 32% de los empleos estables y
remunerados fueron ocupados por ellas.
En relación con los reconocimientos señaló que
sólo una mujer ha recibido la máxima distinción que otorga el gobierno de
México, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área científica y sólo
tres han recibido el nombramiento de investigadora nacional emérita.
Añadió que 109 científicas de la medicina de un
total de 511 integrantes, se han incorporado a la elite de la Academia Mexicana
de Ciencias, y organizaciones internacionales como la UNESCO y la FAO han
distinguido sólo a tres investigadoras.
En contraste, las científicas agrupadas en
nueve disciplinas que han tenido gran tradición en México, entre ellas, la
fisiología y la bioquímica, mostraron una producción constante. Las
bioquímicas, por ejemplo, han sido más productivas y más citadas que sus
colegas científicos ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes.
“Nos preguntamos a qué grado la ignorancia, la
discriminación o el ninguneo han minado la confianza y afectado a las mujeres”,
abundó la catedrática universitaria.
La historia nos enseña, añadió, cómo se han
desarrollado las instituciones a lo largo de los años y su papel en la
evolución o involución de la mujer y muestra que la división entre el trabajo
doméstico y el remunerado ha constituido una barrera difícil de vencer.
Aseguró que el éxito de las científicas depende
del prestigio de las instituciones, de condiciones políticas, de la estructura
familiar y la situación económica, y que la participación en la ciencia no es
continua, sino cíclica, algunas veces de desarrollo y otras de estancamiento.
Licea señaló que se ha insistido en que la
escasa presencia de las mujeres en la ciencia se debe, entre otras causas, a la
falta de paradigmas de trabajadoras intelectuales para las jóvenes y las
mujeres interesadas en la carrera científica, pero también, sin que esté
suficientemente documentado, el desprecio y persecución de profesores hacia sus
alumnas.
Ante este panorama, la historia de
las científicas mexicanas es una asignatura pendiente, así como se encuentran
en lista de espera los estudios de la productividad y repercusión que ellas
tienen y han tenido, concluyó.
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