Boletín UNAM-DGCS-1021
ELABORAR EL REGLAMENTO EN MATERIA TRANSGÉNICA CON LA PARTICIPACIÓN DE INVESTIGADORES Y PRODUCTORES
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Opinó Amanda Gálvez Mariscal, investigadora de la Facultad de Química.
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Se llevó a cabo el foro Los alimentos
transgénicos: un debate impostergable, en
la FES Cuautitlán.
En México, las reglamentaciones en materia de
alimentos transgénicos deberán responder a las necesidades de un país tan
complicado como el nuestro, que es megadiverso importador de granos y
semillas y que tiene la más alta
biodiversidad del maíz en el mundo, afirmó Amanda Gálvez
Mariscal, investigadora de la Facultad de Química.
En el foro Los
alimentos transgénicos: un debate impostergable, organizado por la Facultad
de Estudios Superiores Cuautitlán, agregó que en la realización de esta
reglamentación deberán participar todas las dependencias públicas involucradas,
investigadores, sin dejar de lado la opinión de los productores.
En la actualidad los desarrollos comerciales en
la materia en el ámbito internacional no están enfocados para darle una mayor
resistencia a los cultivos contra plagas y enfermedades, sino a herbicidas.
Falta mayor compromiso con el consumidor y el ambiente, así como extender la
reglamentación a otros ámbitos (microorganismos animales y alimentos) en los
cuales debemos hablar de su cuidado e identificación.
Julio Muñoz Rubio, de la Facultad de Ciencias,
dijo que al hablar de alimentos transgénicos o genéticamente modificados, la
producción, difusión y comercialización de éstos queda legitimada por ser
resultado de la investigación científica.
“Queda legitimada ante la propia comunidad
científica y la opinión pública, porque aquello que ha resultado de una
investigación tiene un carácter de objetivo, verdadero y preciso, y una validez
universal desde hace varios siglos, y los alimentos transgénicos no son la
excepción”.
Amanda Gálves señaló que en nuestro país
también se debe apoyar la creación de nuevos negocios con una derrama económica
importante, pero con especial énfasis de cuidar la salud humana y el ambiente.
Al referirse al etiquetado de los alimentos
transgénicos, Amanda Gálvez destacó que en la actualidad hay un amplio debate
al respecto no obstante, “no contamos con un sistema de vigilancia y monitoreo
para ese etiquetado”. En alimentos, agregó, lo que debemos tener en cuenta es
que en Estados Unidos la reglamentación de etiquetado no existe, pero en Europa
sí.
“Nuestra posición en el Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica es muy difícil ya que importamos una gran cantidad de
productos de acuerdo con las cuotas del
propio tratado, sin segregar y sin etiquetar.
Por ello advirtió, si un industrial pretende
exportar a Europa, el problema será qué porcentaje será transgénico, ya que ni
siquiera sabemos qué importamos.
La Secretaría de Salud da los permisos de
importación para maíz, pero no investiga cuánto ni qué porcentaje es
transgénico, lo único que sabe es que ese maíz no hace daño.
Julio Muñoz Rubio señaló que es indispensable
iniciar una reflexión sobre los alimentos transgénicos pero sobre todo, acerca
del desarrollo de toda una concepción del mundo que permea desde hace muchos
siglos la investigación, y que en la actualidad en muchas esferas, pero en
particular la biotecnología y la ingeniería genética tienen un enorme peso.
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