9:00 hrs. Diciembre 17 de 2000


Boletín UNAM-DGCS-850

 

MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DEBEN REVISAR SU RELACION AMBIENTAL, SUGIEREN ESPECIALISTAS

 

·        Temas como  la disposición final de aguas residuales y el confinamiento de residuos tóxicos, prioritarios

·        En los últimos meses la agenda bilateral sobre este tema ha estado en un impasse

 

Es urgente que las nuevas administraciones de México y Estados Unidos revisen su relación respecto al tema ambiental para que acuerden la disposición de aguas residuales y el confinamiento de los residuos tóxicos en la zona fronteriza, aseguró Jaime Peña Ramírez, profesor de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

 

Dijo que además de los aspectos de carácter demográfico, del empobrecimiento y la gran polaridad en la frontera, el problema del agua tratada que se manda de los grandes centros urbanos de ambos lados a la Laguna Madre, en Tamaulipas, es uno de los que requiere mayor atención debido a que afecta severamente el hábitat de esa zona.


 

El economista, que recién concluyó el estudio Agricultura y medio ambiente fronterizos: el caso de El bajo río Bravo, Tamaulipas-Texas, afirmó que en la región está latente un desastre ambiental, porque hay todo un hábitat en peligro de desaparecer por los grandes volúmenes de agua contaminada que provienen de Matamoros y de otros lugares, los cuales terminan en el mar sin ningún tratamiento, a pesar de que existe el programa de recuperación.

 

Asimismo, consideró que el tema de los residuos tóxicos y peligrosos también requiere atención especial, lo que exige la vigilancia y supervisión de la propia sociedad civil bajo conocimiento de causa, con investigadores que conozcan el tema y puedan revertir los daños.

 

El investigador universitario comentó que otro aspecto importante es la falta de información, lo que impide que la sociedad mexicana esté al tanto de la problemática y las campañas ambientales que se llevan a cabo en el país. "La participación, por ejemplo, de la sociedad civil estadounidense es una esperanza, porque hay gente consciente y grupos muy fuertes de diferentes características. La vía fundamental es la concientización, información y difusión del problema".

 

En los últimos meses, agregó, la agenda bilateral de ambos países sobre tema ambiental ha llegado a un impasse, y aún no está clara la orientación que tendrán los acuerdos con las nuevas administraciones.

 

Reconoció que en la actualidad hay cierta armonía en los acuerdos México-EU sobre el tratamiento de aguas residuales, lo que favorece la visión equilibrada en torno a como se debe atender el problema del agua y su distribución, pero no la calidad del líquido que viaja sobre los ríos Bravo y Colorado.

 

Peña Ramírez destacó que en esta relación uno de los asuntos que se ha logrado, es la claridad sobre las causas del fenómeno. "Cuando se identifican los orígenes de la crisis ambiental se empieza a clarificar el problema del agua: la utilización de agroquímicos venenosos en la agricultura que impactan en el agua, el suelo, el aire y, por supuesto, en el hombre.


 

En Estados Unidos hay una agricultura con ciertas características y uso de tecnología que degradó el ambiente de forma impresionante, en tanto que en México tenemos monoproducción, que no impacta. Nuestra debilidad o fragilidad productiva es la ventaja en cuanto al impacto ambiental y tiene menos consecuencias que la agricultura estadounidense.

 

Sin embargo, cuando se incorpora la parte industrial, se gesta todo el fenómeno que afecta el agua y el aire, lo cual también tiene consecuencias en los ríos Bravo y Colorado y en los que impacta ese tipo de agricultura depredadora.

 

El profesor de la ENEP Acatlán, quien estudió el problema ambiental de la parte baja del río Bravo, aseguró que lo que más daña el medio ambiente del lado mexicano son las maquiladoras, instaladas con capital estadounidense.

 

Añadió que el tema ambiental cobró más importancia cuando las empresas maquiladoras provocaron un desastre ambiental en Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, y otras.

 

Externó que con el TLC la relación entre los dos países mejoró en cuanto al diagnóstico, lo que se desprende de los acuerdos paralelos que dejaron cierto grado de equilibrio. El Tratado abrió la cloaca del asunto del diagnóstico. "Se establecieron vínculos entre ambientalistas de ambos países, lo que favorece un avance dentro de posibles soluciones a esta problemática".

 

Al recordar la historia de Estados Unidos y ver que es el responsable principal del problema ambiental en el mundo, “debemos entender que no estamos ante cualquier país, sino ante uno que debe resolver de alguna manera su problemática, no tirando sus residuos en el lado frágil: en México”, concluyó el profesor.

 

 

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