17:00 hrs. Noviembre 17 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-772
Juriquilla, Qro.
LAS INVESTIGACIONES VULCANOLÓGICAS
DE LA UNAM, BASE PARA LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS PREVENTIVAS
Científicos de la Unidad de
Investigación en Ciencias de la Tierra (Unicit) del Campus Juriquilla de la
UNAM, realizan estudios de residuos volcánicos recientes, con los cuales se
pueden hacer modelos predictivos en torno a los riesgos que podría llegar a ocasionar
a la población una erupción volcánica.
Los investigadores universitarios, especialistas en vulcanología,
geología y problemas del medio ambiente, se dedican al estudio de problemas
geológicos desde un punto de vista estrictamente académico y aportan
información de gran utilidad para la adopción de medidas preventivas y de
protección de las comunidades.
Jorge Aranda Gómez,
investigador de la Unicit, informó que, como parte de los estudios que ahí se
realizan, encontraron que el Pico de Orizaba, el volcán más grande de
Norteamérica, ha mostrado recientemente actividad.
A pesar de que el Pico de
Orizaba se considera un volcán “dormido”, presenta actividad sísmica, sin
presentar fumarolas ni expulsión de cenizas; sin embargo, el estudio detallado
de la historia geológica de este volcán ha mostrado que se encuentra
potencialmente activo y que en algún momento dado podría reactivarse poniendo
en peligro poblaciones aledañas, indicó el investigador universitario.
Aranda Gómez refirió que
gracias a los estudios de residuos volcánicos recientes es posible realizar
modelos predictivos y anticipar lo que sucedería en caso de fenómenos
volcánicos. Con respecto al Pico de Orizaba, sería posible saber el camino que
seguirían los residuos volcánicos y prevenir a los habitantes.
Empero, el científico
universitario advirtió que en el país existen otros volcanes que representan
mayor peligro que el Pico de Orizaba, por la densidad de población que los
circunda, como el Popocatépetl.
Indicó que la Unidad realizó un
estudio sobre la Zona Metropolitana y el Popocatépetl, donde se utilizan los
esquemas de caída de cenizas que muestra el grosor potencial de éstas. Se ha
demostrado, agregó, que existen riesgos asociados a erupciones intermedias del
Popocatépetl para la ciudad de México, donde influye de manera determinante la
dirección de los vientos según la época del año.
Al referirse a las
investigaciones realizadas por los geohidrólogos de la Unicit, dedicados al
estudio de la explotación y sobreexplotación de los mantos acuíferos, afirmó que las condiciones climatológicas
del país no permiten tener grandes reservas de agua superficial, por lo cual se
necesita extraerla del subsuelo.
El principal efecto de ese
problema es el agrietamiento, hundimiento y compactación del suelo en diversas
partes del país. “Lo grave es que nos estamos acabando el agua. La solución
técnica sería dejar de extraerla; sin embargo, esto no es viable desde el punto
de vista social, por lo que es necesario racionalizar su uso, sobre todo en la
industria, la agricultura, y los hogares, así como incrementar su reciclaje.
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