9:00 hrs. Noviembre 11 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-748
LOS DEFICIENTES ESQUEMAS ASISTENCIALES EN EL MUNDO, CAUSA DEL TRABAJO INFANTIL
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Más de 250 millones de niños, entre cinco y 14 años de edad, trabajan
en el mundo
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Patricia Kurczyn, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM
La agudización de
la pobreza en el mundo y los deficientes esquemas de asistencia social provocan
que más de 250 millones de niños, entre cinco y 14 años de edad, se incorporen
al mercado laboral aseguró Patricia Kurczyn Villalobos, del Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Sin embargo, en la
realidad la cifra debe ser superior porque no considera el trabajo doméstico y
otras actividades no remuneradas, agregó la investigadora al destacar que de
los 250 millones de niños trabajadores en el mundo, el siete por ciento
corresponde a América Latina y el Caribe.
Kurczyn Villalobos
habló en el ciclo de conferencias Niños
en situación de calle, que se realizó en la Facultad de Derecho, donde se
refirió al Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
relativo a las peores formas de trabajo para menores como son la esclavitud, la
venta y el tráfico de infantes, la servidumbre, el trabajo forzoso y
obligatorio, la prostitución, así como el reclutamiento para otro tipo de
actividades ilícitas.
Añadió que muchos
de los menores realizan trabajos peligrosos, relacionados con la minería, las
artes marítimas, explosivos, construcción, transporte, venta y consumo de
alcohol, aunque el empleo informal es
el más difícil de proteger y controlar en el sentido legal, sociológico, sanitario y económico.
El problema del
trabajo infantil es producto de la descomposición social actual. En todas las
épocas se han presentado casos de menores con necesidad, en orfandad o
abandonados, pero a decir de Patricia Kurczyn Villalobos antes los esquemas de
atención asistencial eran más eficientes y facilitaban el arraigo y desarrollo
de los menores desamparados.
Sobre las acciones
para remediar este problema, consideró fundamental registrar y poner en
práctica acciones idóneas para acabar con el trabajo infantil, crear servicios
telefónicos de contacto, promover el empleo y la capacitación de los padres. En
México, debería ser obligatorio que coincidan las vacaciones de progenitores e
hijos, así como el otorgamiento de becas y talleres, entre otros aspectos.
Kurczyn Villalobos explicó la diferencia entre
niños “de” la calle y niños “en” la calle. Los primeros han roto
definitivamente el vínculo familiar, mientras que los segundos aún lo
conservan, pero pasan mucho tiempo fuera de su casa.
De los aspectos
que posibilitan la elaboración del diagnóstico de la condición actual del
trabajo infantil, resaltó la composición familiar de estos menores, el nivel de
enseñanza, el lugar de origen -si viene de un medio rural o urbano, por
ejemplo-, el hecho social del trabajo -la edad en que lo inician, las
actividades que desarrollan, el promedio de la jornada y de sus ingresos, así
como el destino de éstos- y, en algunos casos, la migración, aspecto en el que
Tijuana ocupa primer lugar.
A su vez, Irma
Griselda Amuchategui Requena, profesora de la Facultad de Derecho, insistió en
que para acabar con el problema de los niños de la calle es fundamental la
prevención, aspecto es el que se trabaja.
Por su parte, Joel
Jiménez García, del IIJ, manifestó que
los infantes tienen muchas posibilidades de ejercicio de actos jurídicos dentro
de la sociedad, no están indefensos como se les quiere ver, pero en general no
conocen ni ejercen sus derechos.
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