10:00 hrs. Noviembre 7 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-734
LA VIOLENCIA FAMILIAR, OBSTÁCULO PARA EL DESARROLLO DE LOS PAÍSES
·
Adriana Carmona, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social,
dice que el problema tiene “dimensiones dramáticas”
·
El 25 de noviembre se celebrará el Día Internacional de la No Violencia
hacia las Mujeres
Las dimensiones de la
violencia familiar en México y en el mundo son dramáticas. A pesar de que no
todos los casos se denuncian, se estima que en nuestro país el 50 por ciento de
las mujeres la sufre, aseguró Adriana Carmona, profesora de la Escuela Nacional
de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
Afirmó que la
violencia doméstica no es un asunto nuevo; en diferentes conferencias de
desarrollo y población de Naciones Unidas se ha detectado como un obstáculo
para lograr la evolución de los países. El Banco Interamericano de
Desarrollo estimó que como resultado de
ese problema existe una disminución en la productividad, deserción en las
escuelas e incremento en los costos de los servicios de salud, añadió.
Recordó que antes se
hablaba de violencia “intrafamiliar”, pero la ley fue modificada para referirse
a la violencia familiar debido a que no se trata de hechos privados o internos,
ya que a partir de que el Estado interviene se vuelve un problema público.
La violencia familiar,
explicó, es un acto de poder, de dominio o sometimiento, ejercido por alguno de
los miembros de la familia o quien tiene un vínculo afectivo, y quien propicia
maltrato a la persona que lo recibe. La Ley de Asistencia y Prevención de
Violencia Familiar para el DF establece tres tipos de maltrato: psicoemocional
(todas las acciones, prohibiciones, amenazas, coacciones e intimidaciones que
atenten y deterioren la personalidad), físico (actos u omisiones que pueden ir
desde golpes hasta el uso de sustancias cuando se mantiene a las personas
sedadas) y sexual.
De junio de 1999 al
mismo mes de este año en 12 Unidades de Atención a la Violencia Familiar,
dependientes del Gobierno del Distrito Federal, se atendieron 12 mil 424 casos,
sin embargo, con los casos reportados por otras instituciones se alcanzó la
cifra de 225 mil 958.
La especialista señaló
que todos los casos requieren de ayuda médica y psicológica. “Es muy difícil
superar los eventos de violencia”. En esas Unidades, donde colaboran
trabajadores sociales universitarios, se proporcionan 12 sesiones psicológicas
como una intervención urgente; luego se canaliza a las personas afectadas a
otras instituciones. Para la recuperación se requieren años y en el caso de los
niños se necesita enseñarles otra forma de vida para que no se vuelvan
reproductores de eventos violentos.
Explicó que desde la
creación en 1997 de la primera Unidad (a la fecha se cuenta con un total de 16,
una en cada delegación) se ha detectado que la violencia familiar se presenta
con igual intensidad en las distintas clases sociales, aunque hay matices en
las zonas urbanas y rurales.
En zonas como
Xochimilco, Cuajimalpa, Milpa Alta y Tláhuac, la violencia en la familia se
relaciona con el uso de bebidas embriagantes, los problemas económicos y las
tradiciones; en esos sitios “las ideas patriarcales están más arraigadas y se
piensa que golpear a la esposa es
‘normal’; se considera que las mujeres y los niños tienen calidad de objetos
que se pertenecen y se dominan”.
En tanto, delegaciones
como Benito Juárez y algunas zonas de Cuajimalpa, Santa Fe, por ejemplo, se
trata de señoras de altos recursos económicos, que se atienden en clínicas
particulares y tienen terapeutas, pero que en muchos casos no denuncian la
violencia. La idea de sometimiento y
maltrato se relaciona con un problema de formación e inseguridad de la pareja.
Afortunadamente,
añadió, la ley establece con claridad que todos, hombres y mujeres, tenemos la
misma dignidad y los mismos derechos, así como la necesidad de ser protegidos
contra la violencia.
Finalmente, comentó
que el próximo 25 de noviembre se celebrará el Día Internacional de la No
Violencia hacia las Mujeres.
-- o0o --