Boletin: UNAM-2000/546
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Sábado, 09 de Septiembre de 2000
IDENTIFICAR A LAS PERSONAS
SUSCEPTIBLES AL CÁNCER, EL MEJOR CAMINO PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD
Para implementar medidas de
prevención efectivas en contra del cáncer, los investigadores debemos enfocar
nuestro trabajo a la identificación de los individuos susceptibles de
padecerlo, afirmó Patricia Ostrosky, jefa del Departamento de Genética y Toxicología
Ambiental del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.
En el momento que se
identifiquen los factores reales que provocan esa enfermedad en cada persona y
se definan los mecanismos moleculares, será posible hacer entender a las personas
el riesgo al que están expuestas y se podrán tomar medidas de protección
individualizadas.
Al dictar el Seminario
Institucional Genes, ambiente y cáncer, que tuvo lugar en el auditorio
Francisco Alonso de Florida del IIBm, la especialista agregó que “el cáncer es
un fenómeno de individuos, no de grupos”.
En los estudios que se hacen
sobre este padecimiento, explicó, generalmente se trabaja con grupos, lo que
provoca que si se analiza a diez personas que estuvieron expuestas a antimonio,
por ejemplo, se espera que el efecto de esta sustancia sea idéntico en todas,
“lo cual no sucede”.
El ejemplo más claro de lo
anterior es que de diez fumadores crónicos, que consumen tres cajetillas de
cigarros al día, sólo dos desarrollan cáncer.
Otra muestra la encontramos en
la exposición al cloruro de vinilo, del cual diversos estudios señalan que de
100 trabajadores de la industria del plástico, expuestos a dicho compuesto,
sólo tres pueden desarrollar cáncer de cerebro.
Por ello, la doctora Ostrosky
cuestionó el por qué mejor no se estudia a las personas que sí les afecta
cierto elemento cancerígeno. “Si encontramos que dos personas son sensibles
estudiémoslas, y no a las diez expuestas para ver si hubo o no alguna
consecuencia; trabajemos nada más con las afectadas”.
Desafortunadamente, prosiguió
la doctora Ostrosky, la frecuencia del cáncer cada día va en aumento, en
especial en los niños. Además, su atención tiene un costo social y económico
muy alto.
De acuerdo con estudios
epidemiológicos, prosiguió, se sabe que actualmente el 80 por ciento de los
tumores cancerosos pueden ser tratados en forma dolorosa, y se habla también de
que un 20 por ciento de éstos últimos son hereditarios, y 80 por ciento son
producto de una exposición a sustancias ambientales.
No obstante, Patricia Ostrosky
se preguntó si esas cifras serán reales, porque la realización de estudios
epidemiológicos requiere de la participación de mucha gente, del análisis de
grupos bien controlados y definidos, siendo que cada “individuo tiene
características muy diferentes”.
Por eso, lo que plantea la
especialista es hacer epidemiología molecular, a través de la cual se midan, en
forma individual, las dosis de cancerígenos a las que estamos expuestos, las
mutaciones que nos inducen en el ADN, entre otras cuestiones. “Todo para tratar
de prevenir el proceso de enfermedad”.
En este sentido, consideró
necesario encontrar la forma de medir la susceptibilidad genética intrínseca,
el grado de exposición ambiental, así como el tiempo, esto es, alguna prueba de
laboratorio que permita conocer esa información.
“Si a la persona expuesta
pudiera sacarle sangre y decirle con un 99 por ciento de seguridad que si sigue
fumando le va a dar cáncer de pulmón, seguramente dejaría de realizar esa
actividad”, aseveró Patricia Ostrosky.
Informó que en varios lugares
ya se está trabajando en la identificación de genotipos para poder entender a
más largo plazo la sensibilidad a los cancerígenos. Pero no es un tipo de
investigación común, “ha costado mucho trabajo que se entienda su importancia”.
Este tipo de estudios,
concluyó la doctora Ostrosky, tiene que ver con la medicina génica; mejor aún,
con la medicina proteómica, es decir, aquella que analiza las proteínas, de las
cuales están formados justamente los genes.
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