Boletin: UNAM-2000/544
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Viernes, 08 de Septiembre de 2000
SIN EXCAVAR, SE PUEDE HACER EL
MAPA PRECISO DE LOS VESTIGIOS PREHISPÁNICOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO
El Instituto de
Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM presentó hoy los resultados de
una investigación realizada en la ciudad de México que permite detectar, a
través de la utilización de la más moderna tecnología, vestigios prehispánicos
bajo la ciudad sin tener que realizar excavaciones. Estos asentamientos,
aunados a la excesiva extracción de agua, son la principal causa de los hundimientos
irregulares que provocanlas fracturas en construcciones y en las redes
hidráulicas.
La directora y el secretario
académico del IIA, Linda Manzanilla y Luis Barba, respectivamente, informaron
que por medio de esta metodología, única en América Latina, el gobierno de la
ciudad podría definir con exactitud el trazo de los proyectos de
infraestructura urbana, con el conocimiento previo de las características del
subsuelo, a fin de que las obras de construcción no tengan riesgos ni sean
interrumpidas o suspendidas, como ha ocurrido en el pasado con las líneas del
Sistema de Transporte Colectivo (Metro), edificaciones con grandes inversiones
o la rehabilitación de inmuebles históricos.
Dieron a conocer que
presentarán el estudio realizado con el Laboratorio de Prospección Arqueológica
al nuevo jefe de gobierno del Distrito Federal,Andrés Manuel López Obrador, con
el fin de incidir en las decisiones de construcciones futuras y para preveer
desastres en caso de que se presente un sismo fuerte en las zonas donde haya
asentamientos ocultos.
En conferencia de prensa,
realizada en el auditorio del IIA, explicaron el funcionamiento del Laboratorio
de Prospectiva Arqueológica, por medio del cual los especialistas de la
Universidad Nacional pueden desarrollar un estudio sistemático de las zonas
irregulares del Distrito Federal para hacer un inventario de sitios
arqueológicos para tomar acciones preventivas.
El equipo consta de diversos
aparatos, como radares, resistencias electrostática -de manufactura francesa- y
eléctrica, cada componente puede tener un costo de entre cinco mil y 45 mil
dólares. Para las investigaciones que hasta el momento han abarcado la parte
sur del Distrito Federal, la UNAM ha recibido una aportación del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de casi 350 mil pesos.
Pero no basta con la
tecnología, se requiere la experiencia y el conocimiento de los investigadores
del IIA, para la interpretación correcta de la información que obtiene el
equipo. Su reconocimiento en esta materia lo ha llevado a participar como
asesores en proyectos desarrollados en Bolivia y otros países de América
Latina.
Los investigadores han
efectuado diversos recorridos por la ciudad de México, del Centro Histórico
hasta Ciudad Universitaria, para registrar los hundimientos irregulares
visibles en calles y construcciones. Estudiaron sobre todo la zona de Coyoacán
y, en forma específica, la plaza y la capilla de "La Conchita".
Los análisis demostraron que
la extracción desmedida del agua del subsuelo, aunada a la presencia de un
promedio de 100 asentamientos subterráneos, que se encuentran en el 10 por
ciento del suelo de la ciudad de México, han causado hundimientos irregulares
que afectan en forma notable la infraestructura urbana, debido a que la
compactación del terreno altera el comportamiento de las estructuras de las
construcciones.
Existe una tasa promedio de
hundimiento que en los últimos 100 años varía de entre siete y nueve metros, lo
que permite una elevación del suelo de uno ó dos metros, según la zona.
Además, los investigadores
subrayaron que el acelerado incremento en la tasa de extracción de agua ha
provocado fisuras profundas en toda la arcilla de los lagos de Chalco y
Xochimilco, por lo que los contaminantes químicos generados en la ciudad de
México y las áreas periféricas podrían infiltrarse hacia el acuífero del Valle
de México, del que se extrae el 75 por ciento de agua que consumen los
capitalinos.
De no revertirse esta
tendencia, advirtieron, en 20 años la población ya no podría consumir esa agua
y la única alternativa sería la que se trae de los ríos Lerma y Cutzamala.
Linda Manzanilla y Luis Barba
señalaron que de acuerdo con diversos estudios realizados en el Instituto, otra
grave consecuencia del hundimiento de la tierra es la afectación a las
estructuras arquitectónicas, con el consiguiente costo en su mantenimiento,
sobre todo cuando son consideradas como patrimonio nacional. Pusieron como ejemplo
la gran inversión económica realizada para reforzar la estructura de la
Catedral Metropolitana.
Agregaron que con la
tecnología del IIA se podrá evitar que continuaran los daños a las redes de
tubería y drenaje que hasta la fecha han sido provocados por los hundimientos
irregulares.
En el caso de obras públicas,
como la construcción del Sistema de Transporte Colectivo (METRO), los
investigadores señalaron que estudios como el realizado por el IIA, pueden
ayudar a elegir el trazo más conveniente que evite cruzar por la zona de mayor
concentración de estructuras, con lo que se reduciría la destrucción del
patrimonio y el tiempo y costo de la obra.
Asimismo, expusieron que con
esta metodología se podrá realizar estudios en terrenos de particulares para
determinar las condiciones del suelo y la posibilidad de construcción de
inmuebles, tanto de casas habitación como de edificios.
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