Boletin: UNAM-2000/424
Lugar: Ciudad
Universitaria
Fecha: Sábado,
22 de Julio de 2000
LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN SURGE DE UNA VISIÓN
DECEPCIONADA: EDITH NEGRÍN
·
· Con “Los de abajo” comienza uno de los procesos
culturales más importantes de la literatura mexicana
El denominador común de la novelística de la Revolución
Mexicana forma un hecho aparte en la historia de la literatura de nuestro país
por la peculiaridad de su tema histórico, la ambigüedad de su final, el
realismo y lo que el escritor José Revueltas llamó “la visión decepcionada” de
uno de los movimientos sociales más grandes de nuestro siglo.
Esta óptica de desesperanza se encuentra en Los de abajo,
de Mariano Azuela, primera novela de la Revolución, y prevalece hasta las
últimas, en contraposición con el muralismo y su perspectiva optimista y
triunfante del movimiento revolucionario de 1910, manifestó Edith del Rosario
Negrín Muñoz, especialista del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF)
de la UNAM.
Al hablar sobre las grandes figuras de la novela mexicana,
del siglo XIX y principios del XX, Negrín Muñoz afirmó que con la novela de
Azuela comienza uno de los procesos culturales más importantes de la literatura
mexicana.
Los de abajo -agregó- nos ofrece una visión fragmentada,
surgida de la inseguridad, de no saber qué va a pasar, ya que se escribe en
plena revolución y su hilo conductor “es el pesimismo, la voz de los
revolucionarios y de los revolucionados”, afirmó la investigadora.
Las novelas modernas, sin embargo, recuperan el
fragmentalismo como un elemento positivo. ”No me parece que la novela esté mal
escrita, como afirmaron algunos críticos de la época. Por el contrario, es un
texto complejo y rico, que aún tiene mucho que decir a sus lectores”.
La investigadora del IIF dijo que la principal aportación
de la novelística de la Revolución fue “su visión de la historia”.
Sin la novela de la Revolución Mexicana, abundó Negrín
Muñoz, “no entenderíamos nuestra historia reciente; desde el punto de vista de
la literatura no comprenderíamos las rupturas formales como el fragmentalismo y
la experimentación que se observa en José Revueltas, Mauricio Magdaleno, Agustín
Yáñez y, posteriormente, en Carlos Fuentes, con el monólogo interior, lo
temporal y lo espacial”.
De acuerdo con la investigadora, algunos temas que fluyen a
lo largo de esa etapa literaria son: la vida antes del movimiento armado; los
hechos armados y los hombres; las memorias; la formación del poder político; la
lucha armada por la tierra; la novela proletaria social y la guerra cristera.
Reconoció la recuperación moderna de la herencia de la
novela del periodo revolucionario que hace Jorge Ibargüengoitia en forma de
parodia, el rescate que presenta Carlos Fuentes al hablar del cacique, o Juan
Rulfo, quien rompe con la convención del realismo, pero asume las
características de la novela anterior en Pedro Páramo.
Según Negrín Muñoz, algunos grandes escritores del período
revolucionario son Martín Luis Guzmán: José Rubén Romero; Rafael F. Muñoz, José
Vasconcelos y Nellie Campobello.
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