Boletin: UNAM-2000/231
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Miércoles, 10 de Mayo de 2000
HAY UNA ESTRATEGIA EN ESTADOS
UNIDOS PARA EXPULSAR INMIGRANTES MEXICANOS, MONICA VEREA.
Con técnicas sofisticadas, el
gobierno de Estados Unidos ha puesto en práctica una serie de programas de
militarización en la frontera con México que provoca que los indocumentados
busquen las rutas más peligrosas y lejanas para entrar a ese país. Ello, ha
propiciado un aumento considerable en acusaciones por disparos, violaciones y
asesinatos perpetrados en contra de los inmigrantes.
Lo anterior lo expresó Mónica
Verea, fundadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN)
de la Universidad Nacional, al hablar de las estrategias de expulsión de
inmigrantes mexicanos que aplica el gobierno de la Unión Americana.
Verea advirtió que un gran
número de indocumentados pierden la vida al enfrentarse a numerosos obstáculos
en los distintos cruces a ese país. Ejemplificó el desierto, donde los
connacionales llegan a sufrir graves daños por deshidratación. Otros causas son
los llamados crímenes por odio, cuyo origen es el sentimiento de xenofobia, que
se ha incrementado sustancialmente a la raíz de la propuesta 187.
Abundó que, por ejemplo, la
cacería en Douglas, Arizona, es un síntoma que los inmigrantes son considerados
como animales y no como personas que desempeñan un arduo trabajo.
La maestra Verea subrayó que
la militarización en la frontera estadounidense obedece, principalmente, a una
estrategia cuya línea se acerca más al conservadurismo. Dijo que debido a que
en este momento hay un auge en la economía de la nación del norte se requiere
de “mano de obra calificada y barata” .
La fundadora del CISAN explicó
que cuando se presenta una depresión económica en Estados Unidos existe la
necesidad de sacar a los inmigrantes. En cambio, al darse un “boom” económico
se eleva la demanda de trabajadores, no sólo en el sector agrícola sino en
otros sectores de la economía.
Sin embargo, la apertura de la
frontera norteamericana a inmigrantes latinos, asiáticos y europeos en algunas
temporadas, a partir de los años 90, generó la preocupación de la sociedad de
ese país al aceptarse a los más pobres y menos educados. Su interés es porque
sólo ingresen personas realmente calificadas, es decir, “the best of the great”
(lo mejor de lo mejor).
La funcionaria universitaria
consideró que el gobierno mexicano, por su parte, ha tenido una política
silenciosa sobre el tratamiento de los connacionales. Aunque en muchas
ocasiones, sobre todo en momentos críticos, se ha acercado a su homologo
estadounidense para firmar acuerdos bilaterales, “no es posible que México
establezca una valla en la frontera mexicana para detener el flujo de los
indocumentados”.
Al referirse a la importante
participación que han tenido los “coyotes y polleros” en el traslado de
indocumentados, la investigadora señaló que debido a la militarización de la
frontera, los traficantes de ilegales cada vez utilizan métodos más
sofisticados para el ingreso ilegal, lo que les redunda mejores beneficios
económicos.
Debido a que más del 50 por
ciento de los indocumentados que trabajan en Estados Unidos ingresan con
pasaporte y visa, abusan de estos documentos con el fin de permanecer más
tiempo del lo permitido en ese territorio. Esta situación es bien aprovechada
por los “coyotes”, quienes también se dedican a falsificar visas.
En 1994, la propuesta 187 de
Pete Wilson, gobernador de California –de tintes racistas e intolerantes hacia
los inmigrantes negros-, significó un parteaguas en la política migratoria
estadounidense, lo que motivó en 1996 el Congreso Republicano aprobara una
nueva Ley de Inmigración, con el consiguiente incremento de la vigilancia
fronteriza.
La maestra Verea subrayó que
la dificultad para cruzar la frontera obliga a los inmigrantes a permanecer más
tiempo en el país vecino, exponiéndose a la violación de sus derechos humanos.
Indicó que a partir de la
propuesta 187 la dureza de la política migratoria obligó a los indocumentados a
permanecer más tiempo en territorio norteamericano, sin el deseo de convertirse
en ciudadanos estadounidenses por temor a perder los derechos que les otorga la
Constitución Mexicana.
Es en este momento donde
México actúa por primera vez para apoyarlos, al establecer la Ley de Doble
Nacionalidad, cuya consecuencia es el aumento que hoy se registra en el número
de solicitudes para obtener la naturalización estadounidense.
La fundadora del CISAN indica
que en los últimos cinco años se aprobaron tres millones de naturalizaciones a
indocumentados, y están pendientes 1.9 millones de solicitudes.
“Las proyecciones hacia
finales de los 90 son que la mayoría de la población estadounidense ya iba a
consentir a los inmigrantes asiáticos y latinos, de tal manera que se calcula
que para el año 2050, donde la población norteamericana será de 400 millones de
habitantes, habrá un inmigrante latino por cada tres habitantes anglosajones.
Es decir, que se está previendo la latinización de Estados Unidos”, afirmó
Verea.
La maestra propone que ambos
países podrían regular esta actividad, sin afectar o violar los derechos de
nuestros connacionales, que emigraron principalmente de estados como Jalisco,
Zacatecas, Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Sonora, Tamaulipas, Baja California
y últimamente de Oaxaca y Chiapas.
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