El Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM puso en línea el fondo de la especialista en arte precolombino Beatriz de la Fuente, y con ello inició también la digitalización de su archivo histórico.
El director del IIE, Renato González Mello, afirmó que con la puesta en marcha de este fondo la Universidad da un ejemplo de que los archivos históricos deben ser públicos, y más si se trata de archivos académicos.
El Fondo Beatriz de la Fuente está compuesto por ocho series que contienen mil 272 expedientes, dos mil 982 fichas catalográficas y 15 mil 947 digitalizaciones, en los que se pueden encontrar materiales de docencia, apuntes de investigación, y correspondencia con investigadores e intelectuales, entre otros.
“Lo que se puede hacer con él es conocer la trayectoria intelectual, el debate, las dudas y propuesta de una investigadora central en el desarrollo de la historia del arte en México”, destacó.
El IIE, prosiguió, ha alcanzado los 440 teras para el almacenamiento de las imágenes que entraña éste y otros proyectos. La idea, añadió González Mello, es mostrar que el Instituto puede recibir fondos, organizarlos y ponerlos al servicio del público.
En su oportunidad, Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM e hijo de la desaparecida investigadora emérita del IIE, agradeció a nombre de su familia el proyecto para conservar los archivos, y celebró que esto permita desarrollar el sistema de preservación y puesta en línea de la memoria histórica de la entidad.
Fieles a los principios universitarios de que la educación y la ciencia son un bien público, los archivos de la Universidad deben también estar abiertos como parte de la trascendencia social de la institución, agregó.
El proyecto, expuso, destaca el papel estratégico de la UNAM como generadora y difusora del conocimiento, no sólo en México, sino en América Latina.
El Fondo Beatriz de la Fuente, agregó el exrector, es una muestra de la combinación de la tecnología más sofisticada para conservar y difundir contenidos que reflejan nuestra historia y pasado, fundamentales para entendernos.
Las nuevas generaciones podrán acceder a su vida profesional y algunos aspectos de su vida íntima. Qué bueno que estén allí, que sigan siendo origen de conocimiento y de inspiración, concluyó.
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