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Boletín UNAM-DGCS-039
Ciudad Universitaria.
12:20 hs. 23 de enero de 2018


Carlos Gershenson

Gustavo Carreón


Luis Pineda

       

PROPONEN INVESTIGADORES DE LA UNAM SISTEMA DE AUTORREGULACIÓN PARA MEJORAR EL SERVICIO DEL METRO

• Factores como el comportamiento de los pasajeros, obstrucción de puertas y saturación impactan en la eficiencia de ese sistema, que mejoraría en un 20% con la regulación de trenes, dijeron

Luego de los buenos resultados obtenidos en la estación del metro Balderas en la Ciudad de México para mejorar el abordaje y descenso de pasajeros en los vagones, Gustavo Carreón, Luis Pineda y Carlos Gershenson, investigadores de la UNAM, han elaborado una nueva propuesta para reducir los problemas en la movilidad de los trenes.

Gershenson, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) y coautor del estudio, precisó que habitualmente cuando se retrasa un tren, en la siguiente estación hay muchos pasajeros esperando, lo que deriva en un colapso de la línea.

“Si hay un retraso, lo que proponemos es ajustar los tiempos, para que se distribuya la cantidad de pasajeros entre todos los trenes, aumentando la capacidad del sistema y su eficiencia”, precisó.

Pineda, también investigador del IIMAS, detalló que cuando se interrumpe el servicio el sistema tarda horas en recuperarse, pero con el algoritmo de autorregulación propuesto, los trenes a los que no les tocó el problema esperarían más tiempo en las estaciones para que haya un balance, de tal forma que al momento de restablecer el servicio no habrá tantos pasajeros acumulados en unas cuantas paradas, sino que la carga estará distribuida de mejor manera.

Carreón, candidato a doctor del posgrado en Ciencia e Ingeniería de la Computación, expuso que la ventaja de esta propuesta es que cuenta con simulaciones computacionales y que aprovecha los datos reales generados durante el trabajo del 2016 en la estación del metro Balderas.

“Hay muchos factores impredecibles, como el comportamiento de los pasajeros, la probable obstrucción en puertas, la saturación... y todo eso impacta; pero si atacamos esos problemas con la regulación de trenes, incrementamos la eficiencia en un 20 por ciento, y si sumamos un comportamiento adecuado de los pasajeros, esta cifra se incrementa”, añadió Carreón, actualmente adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas.

Para que el método funcione, prosiguió Gershenson, es importante mantener un flujo de información en tiempo real para que cada convoy se adapte a la demanda de pasajeros en las estaciones.

Así, la recuperación sería mucho más rápida y eficiente, se asegura en la nueva propuesta, presentada por los investigadores en la revista PLOS ONE.

Buen precedente

Pineda destacó que la clave para realizar el ejercicio en Balderas (2016), así como la nueva propuesta, fue el trabajo realizado por Carreón en las instalaciones del metro, en donde revisó las diferentes causas de los retrasos en el sistema.

Gershenson y Pineda comentaron que el precedente que sentó el ejercicio de señalización en esa estación demostró que para que las cosas funcionen mejor no es necesario cambiar a los usuarios o viajar a otros países, pues la autorregulación en la Ciudad de México es posible y viable.

“La sorpresa es que no tuvimos que traer a pasajeros japoneses o alemanes. Éste es un ejemplo que nos demuestra que muchas veces son más importantes las interacciones que los componentes de un sistema”, dijo Gershenson.

Para Carreón, ver a la gente formarse desde el primer día fue algo inesperado, y el principal beneficio es que se pasó de un ejercicio en el metro Balderas a las 14 estaciones más concurridas (por la transferencia de personas), como Zapata, San Lázaro, Centro Médico y Salto del Agua, que mejoraron en al menos 15 por ciento el flujo de sus pasajeros.

Propuestas adicionales

Para mejorar aún más la eficiencia del Sistema de Transporte Colectivo, los universitarios sugirieron la necesidad de brindar información en tiempo real a pasajeros y operadores, pues con ésta el usuario puede decidir si quedarse o buscar otro medio de transporte; para ello existen aplicaciones móviles que podrían ser de utilidad.

También contribuiría que los pasajeros usaran apropiadamente las instalaciones, conocieran las implicaciones de un mal comportamiento, y que las autoridades contaran con mejores estrategias para actuar de manera eficiente ante un colapso en el sistema.

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Carlos Gershenson, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM.