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Boletín UNAM-DGCS-381
Ciudad Universitaria.
11:30 hs. 31 de mayo de 2017


César Pérez Becerril

POR SU ARQUITECTURA, DISTINGUEN A LA CAFETERÍA DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNAM

• Mejor Diseño Arquitectónico en la XX Bienal de Arquitectura de Quito 2016 y mención honorífica en Bienal de Arquitectura Mexicana
• El proyecto tardó nueve años en desarrollarse, pues desde 2007 el campus central de Ciudad Universitaria fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO

La mejor pócima del médico es el café. Aún en ciernes, previo o posterior a la clase, los estudiantes de bata blanca cuentan con un nuevo recinto no sólo para beber “la medicina de la socialización”, sino del esparcimiento del estudio.

La cafetería de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, enclavada a la diestra de los auditorios del plantel, fue inaugurada en noviembre de 2015, pero su calidad arquitectónica ha sido ya reconocida en dos certámenes:

En la Bienal de Arquitectura Mexicana 2016, en donde fue premiada con mención honorifica, y en la XX Bienal Panamericana de Arquitectura Quito 2016, que galardona a lo destacado de esta disciplina en Latinoamérica y Estados Unidos; el proyecto fue reconocido en la categoría de Diseño Arquitectónico –junto a otras nueve propuestas– “por ser un aporte real a sus respectivos entornos y por entregar lecciones relevantes para la disciplina”.

El recinto fue tutelado para su construcción por César Pérez Becerril, docente de la Facultad de Arquitectura (FA), quien propuso un plan que fuera respetuoso de la arquitectura, del contexto urbano inmediato y del espacio natural.

El nombre del proyecto completo es Tutorías, Sala de Maestros y Cafetería para la Facultad de Medicina, el cual no pretende competir, ni sobresalir, ni ser igual que la arquitectura del plantel; se funde en la discreción, entre la naturaleza y la edificación, entre el recuerdo y el contexto actual de la Universidad, dijo Pérez Becerril.

“El compromiso no se limitó a respetar y convivir con la arquitectura que la rodea, que es reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino también con el contexto natural, en donde el proyecto arquitectónico se funde, se fragmenta y se adapta a cada uno de los arboles existentes”.

Prueba de ello es la jacaranda sincretizada al recinto, justo a la entrada de la cafetería, donde celulosa y vidrio cohabitan.

El proyecto, un reto

La cafetería, ahora distinguida a nivel nacional y panamericano, tardó nueve años en desarrollarse, pues desde 2007 el campus central de Ciudad Universitaria fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y debe ser preservado.

“Varios años fueron necesarios para hacer notar la importancia de este espacio para Medicina. Fue un periodo de negociaciones y disertaciones a favor de CU, de su riqueza y glorias pasadas, así como de su grandeza e importancia presentes; de resaltar la necesidad de dotar a la facultad de espacios acordes a las necesidades actuales, que propicien una mejor relación entre académicos y alumnos”, explicó el arquitecto universitario.

Se dialogó con los representantes pertinentes de la FM, se presentó el análisis de la propuesta por parte del Subcomité Técnico del Patrimonio de la UNAM, la aprobación del proyecto arquitectónico por parte del INBA y del Instituto Nacional de Antropología e Historia. El destino era la UNESCO, el último juez.

Con la aprobación del organismo internacional arrancó la construcción de la cafetería y en noviembre de 2015 fue inaugurada, siempre con el apoyo de los entonces directores de la FM, José Narro y Enrique Graue.

Espacio

El proyecto se desarrolló en dos niveles, el primero es el sótano, al que se accede por medio de una rampa que comunica espacios introspectivos, en donde los alumnos y profesores pueden interactuar de manera más personal.

La cubierta se convierte en una plaza empedrada que asemeja los grandes espacios abiertos mesoamericanos retomados en el plan maestro de CU; esta área sirve de preámbulo para llegar al primer nivel, en donde se encuentra la zona que alberga la cafetería, describió Pérez Becerril.

Placas de acero, granito, piedra, espacios amplios, lineamientos de accesibilidad conforman los vestíbulos para propiciar el encuentro social en convivencia igualitaria.

Esta cafetería, concluyó, reforzará el ejercicio real de la Universidad: la docencia. Pretendíamos tener un lujo que no fuera disruptivo, una joya discreta, de esas que no notas, pero que cuando las miras no las puedes olvidar.

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La cafetería de la FM, premiada a nivel nacional y panamericano.

César Pérez Becerril, docente de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.