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Boletín UNAM-DGCS-172
Ciudad Universitaria.
14:45 hs. 13 de marzo de 2017


Luis Eduardo Servín Garcidueñas 1


Luis Eduardo Servín Garcidueñas 2

       

DOCENTE DE LA UNAM, NOMBRADO JOVEN EMBAJADOR DE LA ASOCIACIÓN AMERICANA DE MICROBIOLOGÍA

• En reconocimiento a su trayectoria académica será representante de México durante 2017, y se integrará a una red de 61 jóvenes embajadores de otras naciones
• Más de la mitad de la historia geológica del planeta fue habitada exclusivamente por microbios; además, entre uno y tres kilogramos de nuestro peso corporal son microorganismos

En reconocimiento a su trayectoria académica, Luis Eduardo Servín Garcidueñas, docente de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad Morelia, fue nombrado Joven Embajador de la Asociación Americana de Microbiología (ASM, por sus siglas en inglés).

De ese modo, el académico que será representante para México en ese programa durante 2017, se integrará a una red de 61 jóvenes embajadores de otras naciones interesados en la microbiología, con el propósito de fomentar ese conocimiento entre estudiantes, profesores y público en general de sus países de origen.

El universitario pretende fomentar la generación de seminarios, congresos y reuniones que abran espacios donde la comunidad de especialistas dé a conocer su información a todo el público.

Asimismo, Servín acudirá a la reunión de los jóvenes embajadores de todos los países, del 1 al 5 de junio próximo, en Nueva Orleans, Estados Unidos, en la reunión ASM Microbe 2017.

El experto en microorganismos de sitios termales de México recordó que vivimos en un mundo microbiano. “Más de la mitad de la historia geológica de nuestro planeta fue habitada exclusivamente por microbios, y entre uno y tres kilogramos de nuestro peso corporal son microorganismos”. Ellos están presentes en el mar, el suelo y el aire, entre otros ambientes.

En nuestro cuerpo, el mundo microbiano no sólo se limita a los intestinos, donde tienen un papel relevante en las funciones metabólicas y la nutrición, sino que investigaciones recientes demuestran que pueden afectar nuestro estado de salud mental e, incluso, la elección de pareja, control de hormonas, envejecimiento, alergias, olor corporal u obesidad.

No obstante, la mayoría de los microorganismos encontrados en la naturaleza (aproximadamente 99 por ciento) no ha podido ser cultivada en condiciones de laboratorio, por el gran desconocimiento que se tiene de ellos. De ahí la importancia de la metagenómica, cuyas técnicas permiten aislar el material genético de los microorganismos directamente del ambiente.

Luis Eduardo Servín Garcidueñas se ha dedicado a estudiar los que habitan en sitios termales, en específico, en el campo geotérmico Los Azufres, en Michoacán.

Junto con sus colaboradores, ha analizado el material genético de virus y microorganismos nunca antes descritos o que han sido pobremente caracterizados. Sus estudios han revelado la presencia de microorganismos extremófilos, es decir, bacterias, arqueas y microalgas que son capaces de habitar en sitios volcánicos que presentan acidez extrema, temperaturas elevadas y concentraciones tóxicas de metales.

Se trata de especies con un material genético muy variable, con genomas circulares o lineales, con 900 genes y hasta miles de millones de bases de nucleótidos, algunos con todo un arsenal genético que participa en la detoxificación de metales pesados, resistentes a la acidez con ayuda de paredes celulares gruesas que los protegen de las condiciones del ambiente.

En México, recalcó, hay cientos de miles de lugares geotérmicos que no han sido explorados, “entonces tenemos una riqueza biológica que permanece completamente desconocida y que podría ser útil no sólo para la ciencia básica, sino para la industria”.

Al respecto, detalló que los microbios se han utilizado en aplicaciones industriales como biominería, bioconversión de metales, para “cambiar” sitios contaminados en ambientes no tóxicos, o en detergentes. “Los microorganismos son nuestros amigos y participan en muchas actividades biológicas en la Tierra, en los ciclos biogeoquímicos, en nuestra propia salud”.

Para impulsar el estudio de cómo se establecen las comunidades microbianas y cómo interaccionan entre sí, en diciembre de 2016 se fundó el Laboratorio de Microbiómica en la ENES Morelia, del cual el joven académico de 30 años forma parte.

Junto con colaboradores de esa entidad, del Laboratorio Nacional de Análisis y Síntesis Ecológica, del Centro de Ciencias Genómicas y del Instituto de Ecología de la UNAM, Servín Garcidueñas también desarrolla proyectos para analizar la diversidad genética de microorganismos de otros sitios extremos, así como del microbioma intestinal de la mariposa monarca, que podría resistir sus largos viajes invernales gracias a los microorganismos asociados a ella.

De igual forma, explora la diversidad de bacterias asociadas a las plantas leguminosas, en específico, a los frijoles, de los cuales existen alrededor de 70 especies silvestres, pero sólo cinco son aprovechadas para el consumo humano. Para crecer de forma adecuada, esas plantas necesitan interactuar con bacterias del suelo y “una de las áreas de investigación es ver qué microorganismos las ayudan a crecer y producir mejores alimentos para la población”, finalizó.

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Luis Eduardo Servín Garcidueñas, ENES Morelia de la UNAM.