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Boletín UNAM-DGCS-854
Ciudad Universitaria.
15:00 hs. 13 de diciembre de 2016


Luis Álvarez Icaza

   

EN TIEMPO REAL, MONITOREA LA UNAM CALIDAD DEL AGUA Y FUGAS EN CIUDAD UNIVERSITARIA

• Mediante el Observatorio del Agua, se cuenta con información que permite identificar con prontitud fugas e irregularidades en la dosificación de cloro del agua potable, entre otras
• Ciudad Universitaria cuenta además de este sistema de monitoreo único, con una planta de tratamiento de las más modernas en América Latina
• Ejemplo para otras comunidades del país, ya se tiene un programa de apoyo hidráulico en Tlaxcala, Oaxaca y Puebla

La Universidad Nacional, a través del Programa de Manejo, Uso y Reuso del Agua (Pumagua), presentó el Observatorio del Agua, cuyo objetivo es fomentar el mejoramiento del sistema de manejo de ese recurso en esta casa de estudios.

El Observatorio se despliega mediante una plataforma digital de acceso abierto, estructurada en las tres áreas comprendidas por Pumagua: consumo de agua, calidad de la misma y participación social. En los dos primeros rubros se cuenta con información en tiempo real, que permite identificar eventualidades con prontitud, tales como fugas que requieren  atención inmediata, e irregularidades en la dosificación de cloro del agua potable.

La herramienta de análisis, presentada en rueda de medios, permite comunicar incidentes a la Dirección General de Obras y Conservación y a entidades y dependencias universitarias, así como difundir y lograr una retroalimentación con la comunidad.

Luis Álvarez Icaza, director del Instituto de Ingeniería (II), explicó que la Red Universitaria del Agua conjunta a profesionales de distintas especialidades, quienes ven el problema de ese recurso de manera integral. A partir de esa red, se planteó a las autoridades universitarias la necesidad de que esta institución contara con el Pumagua.

En aproximadamente 10 años ha sido muy exitoso en conseguir que se modifiquen las prácticas de utilización del líquido. Se ha hecho “una gran labor en la reducción de los volúmenes de agua consumida y otra, muy importante, en la mejora de su calidad”, explicó Álvarez Icaza.

El Observatorio del Agua, en tanto, es un sistema de monitoreo en tiempo real, que permite a cualquier persona acceder a información en torno al volumen, calidad y distribución de agua potable para que “sepamos qué ocurre en la Universidad, no sólo dentro de CU”, acotó.

Fernando González Villareal, director del Pumagua, recordó que en 2008, 135 mil personas desarrollaban su actividad en CU. Como en cualquier otra ciudad, había problemas de pérdidas de agua del orden de 40 por ciento, y se tenía un líquido que no se podía beber directamente.

En aquel año, del recurso que se extraía de los tres pozos que abastecen al campus, equivalentes a 100 litros por segundo, en la red y en los edificios se perdía la mitad, es decir, 50 litros, y la utilizada para regar (reusada) no cumplía con las normas porque tenía coliformes y otras bacterias inaceptables.

Hoy, las pérdidas se han reducido a la mitad o menos. Para lograr mejorar aún más se requiere cambiar tuberías, trabajos que comenzarán en 2017. La meta es aminorar las pérdidas al 10 por ciento, anunció.

Además, hoy se tiene agua que se puede beber en cualquier parte, “porque contamos con un sistema completo de monitoreo y una planta de tratamiento de las más modernas en América Latina, consistente en un reactor biológico con membranas”, detalló.

De hecho, aclaró, uno de los tres pozos, el de Química, ya casi no se utiliza, pues aunque en CU ha crecido la población a 165 mil habitantes, ha disminuido el consumo.

Al hablar del Observatorio, señaló que se cuenta con bases de datos; ahí es posible observar, por ejemplo, el consumo mensual en metros cúbicos y sus variaciones (con menor consumo en época de lluvias y vacaciones).

En su oportunidad, Cecilia Lartigue Baca, coordinadora ejecutiva del Pumagua, comentó que se puede observar el consumo de los últimos años y sus comparaciones, así como los medidores que presentan fugas para que sean localizadas y reparadas. De igual forma, la calidad del agua potable y la que se usa para el riego de jardines, que es residual tratada.

Asimismo, se pueden monitorear los bebederos, que aparecen en verde cuando es factible consumir el agua, y si hay algún problema, se muestra en amarillo hasta que queda resuelto.

Pero también se hacen mediciones en tiempo real, de modo que se “cumpla la norma”. La información se recibe cada cinco minutos y en cuanto se detecta cualquier anomalía, se corrige de inmediato, dijo.

Los especialistas explicaron que el programa está hecho para ser replicado. Por ahora, está presente en CU, en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), en Morelos, en el campus Juriquilla y en todas las facultades de Estudios Superiores (con excepción de Cuautitlán).

En tanto, el monitoreo en tiempo real está en CU, Juriquilla, la FES Aragón y el CRIM, subrayó Lartigue Baca.

Debido a que este sistema puede ser ejemplo para otras universidades y comunidades del país, ya se tiene un programa de apoyo hidráulico en Tlaxcala, Oaxaca y Puebla, con ocho municipios que están probando la tecnología, y la Universidad Autónoma de Baja California Sur recibió asesoría para instalar medidores con un sistema de mensajes vía telefonía celular.

Mediante un convenio con la Secretaría de Desarrollo Social se implementará el programa en unidades habitacionales de la Ciudad de México.

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El objetivo del Observatorio del Agua es fomentar el mejoramiento del sistema de manejo de ese recurso en esta casa de estudios.
Cecilia Lartigue Baca, Luis Álvarez Icaza y Fernando González Villareal.