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Boletín UNAM-DGCS-660
Ciudad Universitaria.
11:00 hs. 16 de noviembre de 2015

 

   

PRESENTAN PRIMER CALENDARIO POLÍNICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

• Encabezado por María del Carmen Calderón, del CCA de la UNAM, el estudio resume cinco años de monitoreo de datos de los principales pólenes capitalinos que causan alergias al 20 por ciento de la población
• El proyecto forma parte de la Red Mexicana de Aerobiología, con sede en la entidad universitaria

Los pólenes producidos por flores de árboles y pastos presentes en esta urbe, y que viajan en la atmósfera, causan alergias al 20 por ciento de la población, ocasionan conjuntivitis (enrojecimiento y lagrimeo de los ojos), rinitis (congestión nasal, estornudos, problemas de olfato) y síntomas respiratorios como tos, dificultad para respirar (disnea) y sonidos silbantes al pasar el aire (sibilantes).
 
Para saber cuáles son los principales que afectan a la población capitalina, María del Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, desarrolló con sus colaboradores el primer Calendario Polínico del Aire de la Ciudad de México, una relación de concentraciones de tipos polínicos y su variación estacional.
 
Además, la Red Mexicana de Aerobiología (REMA) publica semanalmente un semáforo de alerta (www.atmosfera.unam.mx/rema) para informar a las personas alérgicas sobre la calidad biológica del aire, con el fin de evitar exponerse en ciertas zonas en determinadas épocas del año.
 
Proyecto de la REMA
 
El estudio, desarrollado dentro de la REMA, coordinado por Calderón y con sede en el CCA, resume siete años de monitoreo continuo de aeroalérgenos polínicos que, con mayor frecuencia e intensidad, son transportados en la atmósfera de la capital.
 
“Un calendario polínico requiere al menos un lustro de monitoreo continuo para la obtención de datos, los 365 días del año. Ayuda a determinar la exposición a pólenes y su efecto en la salud humana, una relación que varía por regiones”, explicó la investigadora durante su participación en el ciclo Charlas de Divulgación del CCA.
 
La primera etapa se centra en esta metrópoli, seguida por el monitoreo en el Estado de México (Toluca y Tlalnepantla), pero la idea es ampliarlo a todo el país, que cuenta con gran variedad de climas y vegetación.
 
“En 2008 comenzamos a evaluar la calidad del aire para conocer qué tipos de pólenes había en la ciudad de México, determinar sus fuentes y trayectorias de transporte a lo largo de la capital”, recordó.
 
Ahora, el monitoreo se realiza en siete estaciones de muestreo: Coyoacán (en las instalaciones del CCA); Cuajimalpa (Colegio Franco-Inglés); Iztapalapa; Miguel Hidalgo (Museo de Historia Natural del Bosque de Chapultepec); Tlalpan (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias); Gustavo A. Madero (Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del IPN) y Toluca (Hospital Materno Infantil).
 
Fresnos y pastos, los que más afectan
 
Entre los principales resultados, Calderón encontró que los fresnos son árboles con un polen muy alergénico que alcanza concentraciones altas de diciembre a marzo, especialmente entre el mediodía y las seis de la tarde.
 
“Son muy abundantes en el Bosque de Chapultepec, donde existen unos nueve mil, y en Ciudad Universitaria tenemos casi ocho mil ejemplares”, señaló.
 
También los pastos, que tienen una distribución muy irregular en la capital del país, resultaron nocivos para las personas alérgicas.
 
Producen poco polen, pero muy alergénico; está presente todo el año, aunque cambia el tipo de especie que está activa en la temporada de lluvias y de secas, precisó.
 
Además de conocer los pólenes y otros alérgenos (provenientes de ácaros y hongos) que afectan a la población de esta urbe, la información del Calendario Polínico, especialmente la del atmosférico, puede utilizarse como un bioindicador de contaminación ambiental, e indicador del efecto del cambio climático, concluyó.

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Los pólenes producidos por flores de árboles y pastos presentes en esta urbe, y que viajan en la atmósfera, causan alergias al 20 por ciento de la población.

María del Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera.