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Boletín UNAM-DGCS-623
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 30 de octubre de 2015


Rubén Argüero

   

A ESCALA GLOBAL, 27 POR CIENTO DE LAS MUERTES SE ATRIBUYEN A ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

• Rubén Argüero, académico de la FM de la UNAM y jefe del Servicio de Cardiología del HGM, explicó que en el país más de 95 mil defunciones se relacionan con hipertensión, enfermedad coronaria y síndrome de insuficiencia ventricular izquierda
• Con escasos 800 gramos, el corazón es capaz de mover cinco litros de un líquido cinco veces más viscoso que el agua, acción que realiza por medio de arterias y capilares, equivalentes a 80 mil kilómetros de conductos de diferentes diámetros, en menos de un minuto y contra gravedad

Los padecimientos del corazón ocupan un lugar importante como causa de muerte. Se calcula que 27 por ciento de los fallecimientos a escala global se deben a ellos; de ese total, un buen número corresponde a enfermedades coronarias y vasculares cerebrales, refirió Rubén Argüero Sánchez, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital General de México (HGM) Dr. Eduardo Liceaga.

El académico e integrante del Seminario en Medicina y Salud de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM explicó que entre las principales causas de fallecimientos se encuentra el ataque al corazón, el derrame cerebral y la presión arterial elevada. “Es una realidad incontrovertible. No menos de 17 millones de personas mueren en el mundo por problemas relacionados con ese órgano”. Además, esto cobra importancia creciente en estos días.

En el país más de 95 mil defunciones se vinculan a la hipertensión, enfermedad coronaria y al síndrome de insuficiencia ventricular izquierda. “Estas son causas importantes de decesos, por eso se considera la epidemia de la sociedad contemporánea”.

Argüero Sánchez refirió que el corazón es un músculo de escasos 800 gramos, pero capaz de mover cinco litros de un líquido cinco veces más viscoso que el agua, acción que realiza por medio de “tubitos”, arterias y capilares, equivalentes a 80 mil kilómetros de conductos de diferentes diámetros. Ese recorrido no sólo se hace en menos de un minuto, sino contra gravedad, independientemente de la posición que tenga el individuo.

Se contrae cuatro mil veces por hora, 100 mil por día y 40 millones por año; es un órgano extraordinario, una máquina maravillosa que empieza a trabajar desde antes de nuestro nacimiento, pero a la cual nunca le hacemos caso, dijo.

Los padecimientos relacionados pueden afectar el pulmón, por eso se les debe llamar en muchas ocasiones enfermedad cardiopulmonar, remarcó. En otras, están vinculadas con el territorio cerebral.

El especialista y autor del primer trasplante de corazón realizado en nuestro país (Centro Médico La Raza, 21 de julio de 1988) recordó que en siete de cada mil nacimientos se presenta alguna malformación congénita grave.

Entre las más frecuentes que permiten la sobrevida del niño –porque las más complejas provocan el deceso en los primeros meses o años si no son diagnosticadas y tratadas– se encuentran la llamada persistencia del conducto arterioso, es decir, la continuación después del nacimiento de la comunicación entre la aorta y la (arteria) pulmonar –que normalmente existe en el feto–, y que se debe operar lo más pronto posible para evitar la presión arterial pulmonar irreversible.

Otra entidad congénita habitual y que se observa alrededor de los 20 años de edad es la comunicación interauricular debida al defecto del tabique que divide a las dos cavidades auriculares.

Otras menos recurrentes son la coartación de la aorta, que es la estrechez de la arteria principal del cuerpo, como reloj de arena, o la aorta bicúspide –que en lugar de tres valvas tiene sólo dos– acompañada de estenosis. “Todas ellas son susceptibles de corrección quirúrgica con éxito”.

De acuerdo con su tipo, las enfermedades cardiacas pueden afectar a hombres o mujeres. Por ejemplo, la presencia del conducto arterioso es más frecuente en ellos y la comunicación interauricular en ellas; en tanto, la estenosis aórtica bivalva afecta por igual a ambos sexos.

Al alcanzar la cuarta o quinta década de la vida el padecimiento más común es la enfermedad de las arterias coronarias, “que los médicos llamamos cardiopatía isquémica”, a consecuencia de la hipertensión o el consumo de tabaco.

Es el precio de vivir muchos años: el depósito de “grasa” en la pared de las arterias, que disminuye la luz de las mismas, en particular, las pequeñas, las coronarias.

Todos estos males comparten, en lo general, algunos signos y síntomas; por ejemplo, si falla el lado derecho del corazón se hinchan los pies, el abdomen se llena de líquidos, las venas del cuello se engrosan, incluso tienen latido, “que es lo que llamamos ingurgitación yugular”, y el paciente no puede dormir en posición horizontal, tiene que usar muchas almohadas. Cuando falla del lado izquierdo, el primer síntoma es la falta de aire o disnea.

Para el experto, en los casos posibles lo ideal es la prevención; si sabemos que una de las causas de enfermedad cardiaca es la hipertensión y que ésta se vincula de manera estrecha a la obesidad, y ambas a las cifras elevadas de lípidos y diabetes, debemos estar conscientes de que sí podemos hacer mucho para, por lo menos, tener mejor calidad de vida.

Desde niños hay que aprender a no abusar de los alimentos y seguir una dieta saludable; en los adultos “el sobrepeso tampoco nos va bien”. Si hay antecedentes familiares de muertes prematuras por problemas de presión arterial, diabetes o enfermedad cardiaca, la visita al médico debe darse una o dos veces al año.
También destacó la importancia de hacer ejercicio, porque la inactividad, junto con el consumo de tabaco, son causas principales de enfermedad cardiaca.

El corazón es un órgano maravilloso y hay que cuidarlo mediante la ingestión de más verduras y cereales, poca sal y azúcar, y mínimo 20 minutos diarios de ejercicio, por ejemplo, caminata cinco veces a la semana, “porque los ‘atletas’ de cada ocho días no son los ideales”.

Al hablar de los tratamientos mencionó el avance de los procesos de diagnóstico, que ayudan a resolver problemas antes de que sean irreversibles.

Además, los trasplantes y el empleo de células troncales para regenerar el músculo cardiaco representan adelantos indiscutibles. En el Centro Médico La Raza tan sólo el año pasado se hicieron más de 50 de aquéllos. Éste, junto con otros centros, realiza esos procedimientos a nivel de excelencia, con resultados equiparables a cualquier lugar del mundo.

Los avances en los mecanismos para evitar el rechazo del corazón (en terapia intensiva, en el conocimiento del donador y del receptor, entre otros aspectos) han permitido el éxito en ese tipo de intervenciones.

En tanto, el empleo de células troncales para regeneración está en ciernes. “Aunque personalmente he hecho más de 108 procedimientos de este tipo, falta mucho por investigar”. Consiste en el uso de células “madre” que normalmente se emiten a la circulación a partir de la médula ósea. Dos billones de este tipo se producen diariamente en el organismo; también conocidas como “multipotenciales”, en este caso se obtienen a partir del tejido hematopoyético.

Tan sólo en el Centro Nacional de Trasplantes existen no menos de 18 mil pacientes en lista de espera, por lo que el cardiólogo sostuvo que debe incrementarse el número de esos procedimientos para éste y otros órganos. “Falta hacer conciencia entre la población de que éstos son, para muchos enfermos, la única oportunidad de vida”.

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