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Boletín UNAM-DGCS-461
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 11 de agosto de 2015


Marta Mier y Terán

   

PATERNIDAD TEMPRANA, EN DETRIMENTO DE TRAYECTORIAS EXITOSAS

• Los efectos en hombres son prácticamente uniformes, mientras que en mujeres depende de la generación y el sector socioeconómico al que pertenecen, expuso Marta Mier y Terán, del IIS de la UNAM, en ocasión del Día Internacional de la Juventud, que se conmemora este 12 de agosto

Ser padres a edades tempranas marca la existencia; pasar por ese proceso hace que los jóvenes tengan trayectorias de vida menos exitosas e, incluso, impacta la estabilidad de sus uniones. El efecto negativo de ser padres jóvenes exacerba las desigualdades socioeconómicas previas de hombres y mujeres, advirtió Marta Mier y Terán, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

Luego de una investigación realizada a través de las trayectorias de vida de personas de 12 a 42 años de edad, constató las repercusiones que implica la paternidad temprana. Si los jóvenes permanecieran más tiempo en la escuela, habría una mayor valoración de otro tipo de campos, como contar con un proyecto de vida personal, y no sólo familiar, ejemplificó.

Tras considerar la maternidad temprana antes de los 18 años de edad y la paternidad en esa condición antes de los 20, la académica indicó que “los jóvenes eligen entre las opciones que tienen a su alcance, y si son escasas en cuanto a educación de calidad y empleo digno, pues entonces la alternativa de formar una familia es atractiva: un niño es vital, fuente de satisfacción afectiva y favorece la consolidación de la pareja”.

Desde esa perspectiva se puede entender cuál es su motivación. Algunas declaran desear un hijo para tener compañía, por la sensación de soledad ante una sociedad que les ofrece pocas oportunidades y limita sus posibilidades de contar con un proyecto de vida a mediano y largo plazos.

En ocasión del Día Internacional de la Juventud, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorarse cada 12 de agosto, la universitaria señaló que socialmente hay aceptación y valoración de la familia, la pareja y la paternidad.

Tradicionalmente, el rol de la familia ha sido apoyar a los jóvenes en la decisión de iniciar su propio hogar. Ante las condiciones de creciente inestabilidad laboral, es cada vez más frecuente que la pareja recién formada permanezca en casa de los padres. En zonas rurales es más común que se queden en la del varón, y en las urbanas, en la de ella; entonces, se generan dinámicas que actúan en detrimento de la autonomía.

El efecto negativo de la paternidad temprana en los varones es igual, independientemente de su generación y sector social, pero no ocurre así con las mujeres, aclaró Mier y Terán.

En ellas es importante considerar la generación y sector socioeconómico al que pertenecen. Por ejemplo, si su estrato es alto, logran recuperarse y no tener la trayectoria más desfavorable, mientras que en las de sectores bajos la pobre escolaridad limita sus oportunidades laborales, al tiempo que tienen grandes demandas de trabajo doméstico y de cuidados asociados a un mayor número de hijos, situaciones que se acentúan por la falta de apoyo de una pareja estable.

Diez años de juventud

El referente de 15 a 24 años para delimitar la población joven fue adoptado por la ONU a partir del año 2000. En México, en 2013 el INEGI reportó 21.5 millones de jóvenes, que representan el 18.2 por ciento de la población total. De ellos, 6.8 millones (31.6 por ciento) son menores de edad (entre 15 y 17 años).

Del total de población joven 10.9 millones son mujeres (7.9 solteras, 1.2 casadas, 1.6 en unión libre y el resto alguna vez unidas a una pareja) y 2.8 millones (25.56 por ciento) han tenido hijos.

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Este 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud.
Marta Mier y Terán, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.