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Boletín UNAM-DGCS-440
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 31 de julio de 2015


Ana Flisser Steinbruch

   

EL PARÁSITO CAUSANTE DE LA CISTICERCOSIS NO DEBE DESAPARECER

• Es importante mantener la biodiversidad de los organismos vivos. Ante su efecto como agente dañino a la salud debemos controlar el exceso para que no se infecten los humanos y enfermen, consideró Ana Flisser, de la FM de la UNAM
• Por su trayectoria de 40 años de investigación experimental, diagnóstica y de educación para la salud sobre la cisticercosis, recibió el Premio Carlos Slim en Salud 2015

Con más de 40 años de estudiar el ciclo de vida de la Taenia solium en cerdos y humanos, así como su supervivencia en el intestino y cerebro de estos últimos, Ana Flisser Steinbruch, profesora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, recibió el Premio Carlos Slim en Salud 2015.
 
El galardón reconoce su trayectoria de investigación experimental, desarrollo de pruebas diagnósticas para identificar la cisticercosis y la realización de campañas de educación para la salud, aplicadas en comunidades rurales y zonas marginadas del país para instruir sobre el ciclo de contagio del parásito y erradicarlo.
 
“Es un reconocimiento importante a mi labor, a mi vida. Trabajo con mucho gusto, me encanta lo que hago. La Universidad es mi adoración y la investigación y, si me reconocen, pues qué mejor, me hace sentir muy bien”, compartió.
 
Proteína inmunomoduladora
 
Convencida de que el parásito causante de la cisticercosis no debe desaparecer porque es importante mantener la biodiversidad de los organismos vivos, Flisser precisó que, ante su efecto como agente dañino a la salud “debemos controlar el exceso para que no se infecten los humanos y enfermen”.
 
Aunque la cisticercosis y la teniasis siguen presentes, han dejado de ser un problema de salud pública en México, aseguró.
 
“El trabajo realizado durante al menos cuatro décadas ha servido. Ahora en muchas comunidades del país ya no se deja libres a los cerdos para que se alimenten de excremento contaminado con huevos de Taenia solium y así reproduzcan el ciclo de vida del parásito. También hay más control sobre la calidad de la carne que se comercializa y la gente es consciente de que si alberga a la solitaria intestinal debe desparasitarse”, dijo.
 
La universitaria señaló que actualmente en el país es difícil encontrar a una persona con una solitaria o a un cerdo con cisticercos, que a veces necesita para realizar estudios experimentales con animales de laboratorio.
 
Con la colaboración de Fela Mendlovic Pasol, también profesora de la FM y quien encontró la calreticulina en una biblioteca de ADN del parásito, se han adentrado en el estudio de esa proteína inmunomoduladora, capaz de modificar la capacidad del sistema inmune para ejercer alguna de sus funciones, como la producción de anticuerpos, el reconocimiento antigénico o la secreción de mediadores antiinflamatorios.
 
Flisser detalló que el sistema inmunológico tiene dos formas de acción: una agresiva para matar a los virus y bacterias que llegan al organismo, lo que propicia una respuesta proinflamatoria semejante a lanzar toda la artillería en una batalla contra el agente enemigo; y otra estratégica, que surge si hay parásitos, consistente en una respuesta antiinflamatoria que ayuda tanto al parásito como al hospedero.
 
En naciones desarrolladas han logrado erradicar a los parásitos desde hace 50 o 60 años, pero ahora muchos de sus habitantes padecen inflamaciones como colitis ulcerativa y otras enfermedades inflamatorias intestinales, “porque no están para modular nuestra respuesta inmune, pues tienen una función en nuestro cuerpo”, subrayó.
 
El parásito Taenia solium, o solitaria intestinal, produce cisticercosis en humanos y en cerdos, y contiene una proteína, la calreticulina, que modula el entorno cuando vive dentro del intestino humano.
 
A esta sustancia, que participa en una relación “conciliatoria” entre el patógeno y su hospedero, Flisser Steinbruch, junto con Mendlovic Pasol, dedica su más reciente investigación.

“Enfocamos nuestros estudios hacia la calreticulina del parásito, que estimula la respuesta inmune, para ver si puede modular las enfermedades inflamatorias. Es un nuevo abordaje”, resumió la bióloga y doctora en inmunología.
 
Humano infectado, principal factor de riesgo
 
De toda su trayectoria, lo que a Flisser le parece más importante es haber identificado que el individuo que tiene la solitaria intestinal es el principal factor de riesgo para adquirir cisticercosis, tanto humanos como cerdos.
 “Aunque todos los libros de parasitología muestran a individuos con la taenia y al cerdo o al humano con cisticercos, nadie le daba importancia al teniásico, todo el estudio se iba hacia el enfermo con neurocisticercosis, para curarlo, y al porcino, porque representa pérdidas económicas importantes. Pero el teniásico es el que mantiene el ciclo de vida”, recalcó.

Una vez que la cisticercosis está casi controlada, Flisser espera que el modelo inmunológico, que aborda actualmente, pronto signifique nuevos aportes para la salud humana.

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Ana Flisser Steinbruch, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.