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Boletín UNAM-DGCS-425
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 23 de julio de 2015


Bonifacio Don Juan Macías

   

PRODUCE LA UNAM CASI 65 MIL PLANTAS AL AÑO PARA SU DEMANDA INTERNA

• Árboles, herbáceas y arbustos se destinan a la renovación y sustitución vegetal en CU, refirió Bonifacio Don Juan, del Jardín Botánico

Para cubrir la demanda interna, renovación y sustitución de especímenes vegetales en Ciudad Universitaria, los viveros Alto y Bajo de la UNAM producen casi 65 mil plantas al año, como árboles, herbáceas y arbustos, informó Bonifacio Don Juan Macías, adscrito al Jardín Botánico (JB).

El Vivero Bajo genera 26 mil 518 árboles, mientras que el Alto, tres mil 960, además de 10 mil estacas que se producen en los túneles de propagación, de acuerdo a las necesidades y solicitudes. Actualmente se da énfasis a las plantas del Valle de México y pedregal, según reporte de la Coordinación de Áreas Verdes y Forestación, perteneciente a la Dirección General de Obras y Conservación (DGOC).

“Esta producción es suficiente para satisfacer la demanda interna, que contempla la restitución de árboles por sucesión paulatina de ejemplares vetustos; porque mueren debido a plagas o porque caen a consecuencia de fuertes vientos, crecimiento de raíces superficiales o reblandecimiento de suelos (en época de lluvias)”, indicó.

En instalaciones unamitas se producen árboles sena, ailes, liquidámbar, tejocote, Bursera, salvia, palo loco, hortensia, Echeverria, piracanto, casia azul, agaves, ficus, fresnos y encinos, entre otros, para distribuirlos en diferentes áreas del campus.

Aquí hay gran cantidad de fresnos, especie muy susceptible al ataque de muérdago del género Cladocolea, por lo que el JB sugiere su sustitución paulatina por otras que sean más tolerantes a esta planta parásita.

Informó que de acuerdo a reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país se pierden anualmente 155 mil hectáreas de árboles. Por ello, para el periodo 2012-2018 la Comisión Nacional Forestal (Conafor) estableció un programa de reforestación de 170 mil hectáreas por año para cubrir el déficit y disponer de un excedente.

En la actualidad, México cuenta con 309 viveros que en 12 meses producen 203 millones de plantas de todo tipo, entre las que hay de crecimiento rápido, medio y lento.

Ejemplares nativos

Don Juan Macías recomendó que al sembrar un árbol se tome en cuenta que sea nativo de la región, para asegurar que sean resistentes a las condiciones ambientales e incidencias de plagas o enfermedades.

Los ejemplares propios sufren menos, incluso sin mantenimiento adecuado, porque están adaptados a las condiciones climatológicas, explicó. Entre los que son originarios de la zona de CU figuran el tepozán, Tecoma, Bursera, palo loco y ciertas especies de encino.

A los ejemplares exóticos les cuesta trabajo adecuarse y son más susceptibles. “Toda planta que se introduce requiere mayores cuidados y, además, desplaza la vegetación nativa”, subrayó.

Vida y longevidad

Para que un árbol tenga alto porcentaje de sobrevivencia necesita dos elementos primordiales: agua y un buen suelo. “Si se toman en cuenta estas condiciones, va a responder”.

En cuanto al suelo, el idóneo para la mayoría de las plantas es el conocido como tierra negra, con un pH óptimo que va de cinco a siete (5.5 a 7.0). Otros ejemplares pueden crecer con agua y suelos con pH menores a cinco y superiores a siete, respectivamente.

El especialista detalló que las de crecimiento rápido llegan a su madurez entre los cinco y 15 años; si son de desarrollo medio, a los 15 o 25, y si es lento, a los 25 años o más.

Algunos árboles son muy longevos, se tienen registros de ejemplares que superan los cuatro mil años. “Los llamados Matusalén, en California, tienen cuatro mil 753 años; hay secuoyas y pinos de tres mil años; en Santa María del Tule, Oaxaca, está un ahuehuete que supera los dos mil años”, subrayó.

Otro representativo es el de la Noche Triste, que muestra signos de rebrotes. Hace un par de años un equipo universitario le hizo un diagnóstico fitosanitario y determinó que pese al tiempo y las condiciones sigue vivo, pero en situación sanitaria desfavorable por el incremento demográfico y nulo cuidado que recibe, acotó Don Juan Macías.

Asimismo, remarcó que la gente debe entender que las condiciones de la vegetación en México cambiarán cuando se deje de ver a las plantas como un simple objeto y sean consideradas seres vivos.

De ahí que la actuación de instituciones educativas resulte fundamental para entender la importancia de cuidarlas, pues proporcionan alimento, medicina y oxígeno, regulan la temperatura, además de evitar la erosión e inundaciones, entre otros beneficios.
 

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Bonifacio Don Juan, del Jardín Botánico de la UNAM.