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Boletín UNAM-DGCS-404
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 13 de julio de 2015


María Olvido Moreno Guzmán

   

RÉPLICA DEL PENACHO DE MOCTEZUMA, FIEL AL ORIGINAL

• La copia cumple con las características formales en términos de dimensiones, colores, combinación de materiales y formato
• En la época de la posrevolución reforzó la identidad nacional al convertirse en uno de los símbolos que formaría parte del gran imaginario colectivo mexicano
• El documental El Penacho de Moctezuma. Plumaria del México Antiguo, basado en la investigación de María Olvido Moreno, del IIE de la UNAM, obtuvo el Premio Ariel 2015, en la categoría Cortometraje documental

Un abanico extendido se entrevé luego de iluminar la vitrina. Está compuesto por resplandecientes plumas verdes de casi un metro de largo; al centro otras en tonos marrón, rojo y azul forman una especie de diadema decorada con acentos de pequeñas plumas verdes y medias lunas, discos y torrecillas de oro. A primera vista, el ojo inexperto no distinguiría esta réplica del original.

Se trata de la reproducción del quetzalapanecáyotl, mejor conocido como “Penacho de Moctezuma”, que alberga la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, en la ciudad de México.

Esta copia cumple, en buena medida, con las características formales del original en términos de dimensiones, colores, combinación de materiales y formato, aseguró María Olvido Moreno Guzmán, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.

La elaboración de este tocado, resaltó la experta, fue parte de la construcción de la identidad nacional en la época posrevolucionaria (1929-1938), al convertirse en uno de los símbolos que formaría parte del “imaginario colectivo mexicano”.

Con base en la investigación de la universitaria se realizó el documental El Penacho de Moctezuma. Plumaria del México Antiguo, que obtuvo el Premio Ariel 2015, en la categoría Cortometraje documental.

El original vs la réplica

Por décadas se ha dicho que el penacho original –en las colecciones del Weltmuseum de Viena (Museo del Mundo), en Austria– perteneció al tlatoani Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520). Este ejemplo de arte plumario del siglo XVI se elaboró, por su cara frontal, con plumas de cuatro especies de aves (conocidas por su nombre común como: quetzal, pájaro vaquero, espátula rosada y charlador turquesa) y más de mil 500 laminillas metálicas, originalmente de oro.

Bajo el liderazgo de Aberlado L. Rodríguez (político y Presidente interino de México de 1932 a 1934) y con la participación de cazadores que recolectaron las plumas necesarias, entre 1938 y 1939 Francisco Moctezuma, un amanteca (quien se dedica al arte plumario) del que poco se sabe, realizó la reproducción sin tener acceso directo al objeto original; se piensa que trabajó sólo con copias de la imagen.

“A pesar de ser una réplica, se ha convertido en un objeto único, valioso e irreproducible, pues no se podría elaborar uno nuevo porque no existen las suficientes aves que proporcionen las plumas”, explicó Moreno Guzmán.

Durante el proyecto de investigación binacional México (Instituto Nacional de Antropología e Historia)-Austria (2010-2012), que tuvo como ejes principales la investigación y conservación del penacho del siglo XVI, la universitaria elaboró una copia de la estructura con el fin de entender su mecánica, es decir, cómo se usaba y manipulaba.  

Los disímiles

“Una de las grandes virtudes del penacho prehispánico es que se elaboró para ser usado, a diferencia del segundo, hecho ex profeso con fines museográficos”, dijo.

Otra diferencia es que el original incluye un gorro, unas varillas con las que se podía manipular, tiras de piel (posiblemente para amarrarse) y una estructura dinámica que en su estado original le permitió doblarse, enrollarse y flexionarse. Las intervenciones a lo largo de casi cinco siglos lo volvieron semirígido.

Con microscopía óptica, en el quetzalapanecáyotl del siglo XVI se identificaron técnicas de anudados, actualmente en desuso. Son procesos complicados, de precision y destreza, pues hay que anudar las plumas a un nivel milimétrico para que no se maltraten y queden en la posición adecuada sin dañar el material, describió.

En la elaboración de mosaicos, los amantecas contemporáneos utilizan la cera de campeche para pegar las plumas. Se trata de un material económico, de fácil obtención, duradero y más sencillo de trabajar.

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María Olvido Moreno Guzmán elaboró una copia de la estructura del penacho, con el fin de entender su mecánica, es decir, cómo se usaba y manipulaba. Cortesía María Olvido Moreno Guzmán