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Boletín UNAM-DGCS-398
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 10 de julio de 2015


Gonzalo Enriquez Soltero

   

CONTRIBUYE EL DESARROLLO CULTURAL AL BIENESTAR SUBJETIVO DE LA POBLACIÓN

• Los factores culturales explican la satisfacción de vida, más allá de cuestiones materiales
• En México, por ejemplo, cobra especial importancia la familia, explicó Gonzalo Soltero, de la ENES unidad León

En México, donde la sensación de nacionalidad es muy conflictiva –por un lado es causa de orgullo y, a la vez, genera una especie de vergüenza y fantasías de irse al otro lado– y la situación actual es difícil, se requiere impulsar un desarrollo cultural que contribuya al bienestar subjetivo de la población, además de disminuir las narrativas alarmantes. “Esto no significa que no haya problemas serios, pero a veces están sobreconstruidos y acaparan demasiada atención en detrimento de otras áreas”, consideró Gonzalo Soltero.

El académico de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad León de la UNAM refirió que hasta la década de los 80 el desarrollo se entendía casi como sinónimo de crecimiento económico o aumento del producto interno bruto (PIB) de una nación. Luego, la ONU creó el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, así como el Índice de Desarrollo Humano, que no sólo mide ese indicador económico, sino la educación y la salud.

Más adelante, en el bienestar subjetivo se consideraron también factores internos, que se dividen generalmente en felicidad y satisfacción de vida, precisó el licenciado en estudios latinoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras, maestro en desarrollo y gestión cultural y doctor en estudios de políticas culturales por la Universidad de Warwick, Inglaterra.

Al hablar de su trabajo “Historias de conflicto y felicidad para el desarrollo. El papel de la narratividad en la construcción cultural de problemas sociales y del bienestar subjetivo”, el académico expuso que diversas investigaciones mostraron una paradoja: los países con mejores índices de desarrollo humano, los escandinavos, junto con Canadá y a veces Australia, tenían una tasa de suicidio muy alta.

Pero también que las naciones latinoamericanas, como grupo, están siempre con un nivel de satisfacción de vida o felicidad alto, aunque tengan bajos otros índices de bienestar. Surge así la aseveración de que si esa felicidad no se debe a factores materiales, tiene que ser necesariamente resultado de elementos culturales. En México, por ejemplo, cobra especial importancia la familia.

Autor de cinco libros de narrativa y ganador del Premio Nacional de Novela Jorge Ibargüengoitia, el universitario recordó que el primer país en proponer la idea de que el PIB no era suficiente para medir el desarrollo, fue Bután, en 1976, y planteó la felicidad interna bruta (FIB).

En ese reino budista, la FIB incluye cuatro áreas, una de ellas relacionada con patrimonio y actividades culturales; en estudios realizados ahí mismo se descubrió que esa área es la que más felicidad brinda a la población. En Escocia, en 2012, se hizo otro censo donde también se vio que quienes participan en actividades culturales, de manera más o menos cotidiana, tienen un nivel de satisfacción de vida más elevado que el resto.

Las historias que nos contamos

El académico de la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales explicó que para el antropólogo estadounidense Clifford Geertz la cultura puede entenderse como texto. “Él decía que está constituida por las historias que nos contamos acerca de nosotros mismos. Eso nos permite tener dos lecturas distintas para este proyecto: las positivas, relacionadas con actividades culturales, y las de conflicto, que podrían ser un freno para el desarrollo”.

En los últimos 20 años, pero sobre todo en la última década, las historias que se cuentan de forma constante en los medios de comunicación son relativas a inseguridad y violencia; esto ha hecho que se conviertan en el primer problema nacional, según nuestras propias preocupaciones y para las políticas públicas. “Tenerlo como fijación hace que se convierta en una situación más grave”.

En nuestro país, desde hace tiempo existe un problema serio de obesidad infantil y adulta, que deriva en diabetes, una de las causas principales que terminan con la vida de los mexicanos.

A pesar de ser origen de hasta el triple de víctimas mortales que la violencia, no es noticia o no lo es en las primeras planas, a diferencia de la violencia, que ha tenido una sobre-construcción en los medios, que luego se refleja en la política pública.

Eso se debe a la narratividad, es decir, a que “hay narrativas que lo son más que otras”. Si uno cuenta que sufrió un asalto o algún tipo de accidente, automáticamente esa anécdota será más interesante que si uno relata que hizo una fila o un trámite. Desde siempre, las historias que tienen conflicto, como las guerras, tienen mayor narratividad. En las noticias es igual: If it bleeds, it leads, es decir, “si sangra, encabeza”, y esas tendencias se han incrementado en la prensa en los últimos años.

Así, la nota roja pasó a las primeras páginas y dicho desplazamiento se debió a esa narratividad, a esa manera de dar cuenta de nuestra realidad.

En el sexenio 2006-2012, el gran tema fue la guerra contra el narco, que partió de una premisa: “para que la droga no llegue a tus hijos”. Al final resultó que las cifras de consumo nacional no aumentaron. Fue una premisa falsa que desató este conflicto provocando decenas de miles de muertos en todo el país, a lo cual abonó la construcción de esas narrativas en los medios, remarcó el experto.

Para revertir esta situación, la violencia se debe desconstruir y dar cabida a otros temas relevantes, como la obesidad y la diabetes, y hacer notar el fácil acceso de los niños a la comida chatarra, o la posibilidad de amputaciones debido a esa enfermedad.

Ahora, como parte de sus investigaciones Gonzalo Soltero y su equipo analizarán la primera encuesta de bienestar subjetivo, BIARE, del INEGI, que atiende la cuestión de uso del tiempo libre y actividades culturales; a partir de esa muestra nacional, se confrontarán algunas entrevistas cualitativas en el estado de Guanajuato para confirmar si, en realidad, la cultura es un factor importante para el bienestar de la población.

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En México se requiere impulsar un desarrollo cultural que contribuya al bienestar subjetivo de la población, además de disminuir las narrativas alarmantes.