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Boletín UNAM-DGCS-386
Ciudad Universitaria.
11:00 hs. 4 de julio de 2015


Víctor Sánchez Cordero-Dávila

   

DIGITALIZA LA UNAM SUS COLECCIONES BIOLÓGICAS

• El IB resguarda poco más de cinco millones de ejemplares de los distintos grupos de especies de plantas, animales y otros organismos de la diversidad del país
• Forman parte de sus 10 acervos nacionales y 20 por ciento de ellos ya se encuentran depositados en bases de datos
• El proyecto permitirá establecer un mapa para identificar las localidades donde han colectado flora y fauna

El Instituto de Biología (IB) de la UNAM resguarda poco más de cinco millones de ejemplares de los distintos grupos de especies de plantas, animales y otros organismos de la diversidad biológica del país, que forman parte de sus 10 colecciones biológicas nacionales y representan el patrimonio natural del país.

Esos acervos constituyen la representación más completa y mejor preservada de los distintos grupos de biota de México y varios de ellos incluyen recopilaciones importantes de especímenes de otras regiones del mundo.

Víctor Sánchez Cordero-Dávila, del IB, señaló que por la importancia científica de este patrimonio natural, desde hace tres años la entidad inició el proceso de digitalización de las colecciones a fin de conservarlas y difundirlas, en colaboración con la Coordinación de la Investigación Científica, la Unidad de Bioinformática para la Diversidad (Unibio), la Coordinación de Colecciones Universitarias Digitales (CCUD), así como con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
A la fecha, el número de ejemplares digitalizados –de poco más de un millón– corresponden a las colecciones nacionales de Arácnidos (16 mil 840); Crustáceos (26 mil 201); Insectos (112 mil 478); Mamíferos (11 mil 825); Moluscos (5 mil 470); Anfibios y Reptiles (27 mil 500); Aves (29 mil 792); Helmintos (3 mil 700); Peces (13 mil 67); Ácaros (3 mil 336) y el Herbario Nacional (933 mil 344).

“Esta labor, en la que participan investigadores, académicos y técnicos, constituye un parteaguas; se trata de uno de los proyectos más importantes del IB, mismo que se inserta en una política universitaria de apertura de la información que produce la UNAM”.

Además, facilitará la administración y curación de las colecciones y agilizará las consultas nacionales e internacionales. Durante el proceso, los curadores estarán en posibilidad de identificar algunos problemas en términos de discordancias o de información de algunos ejemplares y lograrán una visión más expedita de los grupos de flora y fauna que contiene cada una de las colecciones.

“En este primer ‘corte de caja’ de poco más de un millón de ejemplares digitalizados, nos percatamos de que aproximadamente 50 por ciento no tienen una referencia geográfica, algo esperado porque los geoposicionadores son un instrumento de uso relativamente reciente y en el pasado sólo se ubicaba la localidad geográfica. Ahora, se podrán identificar ejemplares para georreferenciarlos con algoritmos de cómputo de manera rápida y razonablemente precisa”, informó.

Las colecciones biológicas nacionales que resguarda el IB están constituidas por más de cinco millones de ejemplares, de los cuales se ha digitalizado poco más de un millón, 20 por ciento del total, aproximadamente, remarcó.

“De continuar con este ritmo, en tres años tendríamos la totalidad (Herbario Nacional y acervos zoológicos de invertebrados y vertebrados, así como las colecciones vivas del Jardín Botánico), a excepción de la Colección Nacional de Insectos, constituida por tres millones de ejemplares montados y 1.5 millones por montar, lo que tomaría más tiempo”, apuntó Sánchez Cordero-Dávila.

Otro resultado de este proyecto sería el establecimiento de un mapa que permita identificar las localidades donde se ha colectado la flora y fauna, lo que contribuirá a establecer zonas geográficas que ya han sido visitadas para obtener especímenes para los inventarios biológicos, pero también aquellas que no.

Por su parte, Gerardo Adolfo Salazar Chávez, integrante del proyecto, mencionó que esta labor es un ejemplo de cómo mientras otros países en desarrollo aniquilan el interés por la investigación científica en biodiversidad, “nosotros apoyamos de manera fundamental que este tipo de información esté disponible, no sólo para los investigadores, sino para la sociedad en general”.

Por ejemplo, los usuarios del Herbario Nacional van desde investigadores de ciencia básica con un interés especializado, hasta agencias del gobierno federal como la Comisión Nacional Forestal, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Dirección General de Vida Silvestre o Policía Federal.

Pero también instituciones de educación superior públicas y privadas, así como escuelas de educación media y básica, porque son muchas las preguntas que se hacen los mexicanos con respecto a las plantas del territorio.

El Herbario, acotó, consta de 1.5 millones de muestras de plantas, hongos, algas y otro tipo de organismos que son consultados cada año por unos tres mil usuarios, entre investigadores de vanguardia en ciencia básica, maestros, médicos y químicos.

La digitalización de este patrimonio hará posible que estudiantes y especialistas tengan disponibles las bases de datos (con imágenes en alta resolución) y mapas, mediante cualquier dispositivo con acceso a Internet, “lo que no elimina la posibilidad de examinar in situ cualquier ejemplar”.

Consultar las bases de datos será como hojear un solo libro, en lugar de múltiples textos de una biblioteca. El usuario verá diversos ejemplares de una misma especie con distintas características, como variación o distribución, de manera gratuita, desde cualquier parte del país y del mundo.

Ubaldo Melo Samper Palacios, responsable del proceso técnico de digitalización, dijo que en esta tarea se realizan controles de calidad de la información que a diario se captura; ésta debe contener los datos que brinden una identificación correcta de cada uno de los ejemplares.

Para la captura se utiliza la Plataforma de Digitalización de Colecciones, desarrollada por la CCUD. El sistema se divide en cuatro módulos: captura, monitoreo de captura, reporte de errores y control de calidad.

La interfaz de captura permite ingresar de manera directa los datos de los ejemplares sin que sea obligatorio el uso de catálogos; esto prioriza la velocidad de esta tarea sobre la precisión. Mientras, la de monitoreo de captura permite al responsable del proyecto observar en tiempo real el proceso de la información y detectar errores sistemáticos en el mismo.

La información se almacena en la base de datos PostgreSQL de acuerdo con el estándar internacional Darwin Core 2, lo que permite que la consulta sea compatible con proyectos nacionales que integran datos referentes, como el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad de la Conabio, o a nivel internacional, como el Global Biodiversity Information Facility.

En 2012 se inició un proyecto de digitalización de cuatro años de duración para las Colecciones Biológicas Nacionales del IB con el apoyo de la Conabio; comprende al Herbario Nacional, además de 10 colecciones zoológicas nacionales.

Para el proceso se utilizan equipos que proporcionan imágenes en alta resolución, lo que brindará la posibilidad de hacer observaciones nítidas de los ejemplares, ampliar la imagen y hacer acercamientos, detalló.

“Participan 50 personas, entre curadores y personal de captura, además de los encargados de la digitalización, que son biólogos”, concluyó.

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Por la importancia científica del patrimonio natural que resguarda el IB de la UNAM, desde hace tres años la entidad inició el proceso de digitalización de las colecciones a fin de conservarlas y difundirlas.
Víctor Sánchez Cordero-Dávila, Ubaldo Melo Samper Palacios y Gerardo Adolfo Salazar Chávez.