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Boletín UNAM-DGCS-372
Ciudad Universitaria.
11:00 hs. 28 de junio de 2015


Alejandro Villegas Castillo

   

FALTA DE RECURSOS AFECTA LA CONSERVACIÓN DE COCODRILOS EN MÉXICO

• A veces toma tiempo conseguir financiamiento para desarrollar proyectos y mantener ecosistemas de poblaciones viables que permitan su adaptación, dijo Alejandro Villegas Castillo, del IB de la UNAM
• En la naturaleza no hay equilibrios, simplemente son fracturaciones; por eso se ha registrado la evolución y las especies se han adaptado, acotó

La conservación de cocodrilos en México tiene graves problemas y uno de ellos es la falta de recursos. “A veces lleva tiempo conseguir financiamiento para desarrollar proyectos y mantener ecosistemas de poblaciones viables que permitan su adaptación”, externó Alejandro Villegas Castillo, del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.

La preservación contempla la aplicación de la ciencia para resolver problemas de supervivencia de las especies, comunidades o ecosistemas que son perturbados, directa o indirectamente, por actividades humanas y otros agentes.

Al hablar de los paradigmas en la conservación de esos animales, explicó que el manejo de fauna silvestre es la ciencia y el arte de incidir y actuar para manipular la estructura, dinámica y relaciones entre poblaciones.

En ese sentido, los cocodrilos han desarrollado un conjunto de rasgos que derivaron en su constante evolución durante millones de años. “Una alta supervivencia de pocos adultos y una alta mortalidad en jóvenes y huevos es lo que los caracteriza”, subrayó.

La conservación es una rama de la biología compleja e interdisciplinaria. En el cambio evolutivo hay que mantener a las poblaciones y ecosistemas, de tal manera que permitan este progreso a través de los años para llegar a donde están.

En la naturaleza no hay equilibrios, simplemente son fracturaciones; por eso se ha registrado la evolución y las especies se han acomodado a las condiciones, subrayó Villegas Castillo.

Incrementar el número de estos reptiles es importante, pero lo es aún más realizar mediciones de las perspectivas que tienen de sobrevivir en su hábitat. “Se reproducen una vez al año, ponen en promedio 45 o 50 huevos y, de todos ellos, sólo unos pocos llegan al estado reproductivo. Los esfuerzos de mantenerlos se enfrentan a muchas problemáticas y eso, evidentemente, tiene efectos sobre la calidad de los proyectos”.

Su caza para la venta local y el ahogamiento con las redes de pesca fueron, y son eventualmente, el principal factor que impacta a las poblaciones. “Aunque esté penado atraparlos en el medio silvestre, la práctica continúa en comunidades rurales dentro y fuera de reservas”, indicó el especialista en biología de la conservación.

Para desarrollar programas eficaces y duraderos se necesitan herramientas encaminadas a resolver y fomentar la comprensión de las diferentes perspectivas de las personas involucradas y encontrar un terreno neutral. Es decir, hay que ser convergentes en cada uno de los factores que involucran su preservación, abundó.

Se han implementado estrategias, pero la que ha causado mayor impacto es el programa de incubación de huevos.

No obstante, este proceso artificial a veces no es exitoso, por lo que los conservacionistas tratan de mitigar los efectos de la mortalidad inducida por el hombre o por causas naturales.

Los paradigmas de su conservación no están totalmente claros. No hay convergencia entre autoridades y comunidad científica; gobierno y academia están cada uno por su lado, concluyó.

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Incrementar el número de cocodrilos es importante, pero lo es aún más realizar mediciones de las perspectivas que tienen de sobrevivir en su hábitat.
Alejandro Villegas Castillo, del IB de la UNAM.