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Boletín UNAM-DGCS-265
Ciudad Universitaria.
13:20 hs. 8 de mayo de 2015


Luca Ferrari

       

CRECIENTE, EL COSTO DE EXTRACCIÓN DE ENERGÍAS

• La transición de los combustibles fósiles a las fuentes renovables será más compleja y difícil que las anteriores, expuso Luca Ferrari, del CGeo de la UNAM

Desde 2005 no ha subido significativamente la producción del llamado “oro negro” en el mundo, lo que ha impulsado a extraer combustible no convencional, consistente en gotas de hidrocarburo atrapadas en piedras impermeables, expuso Luca Ferrari, del Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM.

Para recolectarlo, se perfora hasta llegar a la formación rocosa y luego se recurre a la fracturación hidráulica, pero sólo se recuperan pequeñas cantidades de petróleo y gas cerca de las fisuras, mientras que en un pozo tradicional el recurso fluye con facilidad, lo que genera miles de barriles diarios.

En cada operación mediante ese proceso, también conocido como fracking, la obtención es menor, más onerosa y con mayor impacto ambiental, pues se emplean químicos tóxicos que en algunos casos se pierden en el entorno, explicó en el Instituto de Ecología de esta casa de estudios.

Debido a que la modalidad referida requiere más horadaciones, los costos socioambientales son mayores; se acota la disponibilidad de agua para humanos y ecosistemas, y existe el riesgo de contaminar fuentes hídricas y suelos.

En el caso de México podemos atestiguar el incremento de lo invertido al considerar la situación de Cantarell, donde hace una década generar un barril de petróleo equivalía a cerca de cinco dólares. En cambio hoy, en Chicontepec, Veracruz, lo recolectado por la vía no convencional representa un monto 10 veces superior, porque lo obtenido por pozo es casi 500 veces menor. Además, el contenido de estos yacimientos disminuye rápidamente en unos cuantos años, lo que los hace poco atractivos.

Un recurso agotado

La explotación de todo recurso finito pasa por una curva de campana; primero sube, llega a un máximo (pico) y sigue un declive sin vuelta atrás. Este fenómeno se ha observado desde 1956 y se ha comprobado en cientos de yacimientos, campos y naciones.

Alcanzar el cénit en este rubro no significa el agotamiento, sino haber consumido la primera mitad. Bordear el pico implica un aumento progresivo del precio de producción.

Para el investigador, el paso de los combustibles fósiles a las alternativas renovables será más complejo y difícil que los anteriores. “Por primera vez nos enfrentamos a un tránsito hacia opciones de menor intensidad y más difíciles de aprovechar que cuando pasamos de la biomasa al carbón y luego al oro negro”.

La era de la energía barata y abundante se acabó; de hecho, sus nuevos costos constituyen una de las causas principales del estancamiento de la economía mundial. En cuanto a la reforma en el rubro, se espera que el sector privado haga grandes inversiones, impensables para Pemex, y así revertir la caída en la extracción.

No obstante, esto no es realista porque hemos entrado en la fase del petróleo caro y cada vez se precisa más capital para obtener menos, lo que desmotiva a las compañías a querer apostar por México, concluyó.

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La transición de los combustibles fósiles a las alternativas renovables será más compleja y difícil que las anteriores.

Luca Ferrari, del Centro de Geociencias de la UNAM.