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Boletín UNAM-DGCS-191
Ciudad Universitaria.
11:00 hs. 2 de abril de 2015


Héctor Fernández Varela

     

DESCENDIÓ MORTALIDAD INFANTIL EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS

• Héctor Fernández, director General de Servicios Médicos de la UNAM, subrayó que la infancia no es una etapa para morir
• En 1960 los decesos de menores de un año representaron el 75.2 por ciento en el país, para 2013 la cifra descendió a 15.1 por ciento. En el mismo periodo, los decesos de menores de cinco años pasaron de 74 a 13.7 por ciento
• México está lejos de alcanzar las bajas cifras de mortalidad infantil y preescolar de los países desarrollados

En los últimos 50 años, la mortalidad infantil en México descendió, resultado del esfuerzo tripartita sociedad-gobierno-personal del Sector Salud, señaló Héctor Fernández Varela, director General de Servicios Médicos de la UNAM.

En 1960 las muertes de menores de un año representaron el 75.2 por ciento en el país, para 2013 la cifra descendió a 15.1 por ciento. En el mismo periodo, los decesos de menores de cinco años pasaron de 74 a 13.7 por ciento.

En la actualidad, las causas de fallecimientos infantiles permanecen en el mismo orden que en 2010, con tendencia a la baja en enfermedades infecciosas y parasitarias.

En el último medio siglo la suma de acciones basadas en experiencias, fortalecieron las políticas de salud. Se impulsó la educación continua en el campo pediátrico, respaldada por los programas sociales. También se promovió la investigación en salud infantil y se optimizó la infraestructura.

Tras resaltar los avances en materia de salud, Fernández Varela enfatizó que “la infancia no es una etapa para morir”. No obstante, reconoció que México está lejos de alcanzar las bajas cifras de mortalidad infantil y preescolar de los países desarrollados.

En lo referente a las tasas de mortalidad infantil y preescolar en otros países, Islandia presenta 1.8 decesos por cada mil nacidos vivos, Japón 2.2 y España 3.3; el global en Europa es de cuatro, mientras que México aspira a alcanzar las cifras de Puerto Rico (7.7) o de Cuba (4.9).

Registros por décadas

Con base en cifras obtenidas de la Secretaria de Salud, el responsable de Servicios Médicos de la UNAM indicó que en la década de 1960 la mortalidad infantil y preescolar en el país se debía a enfermedades propias de la primera infancia, gastroenteritis infecciosas e infecciones respiratorias. Por esos años creció la infraestructura para la atención de la salud infantil, en primer nivel y nivel hospitalario.

En cuanto a la poliomielitis, las inmunizaciones comenzaron en 1956 con 300 mil dosis, cifra que para 1960 aumentó a 7.3 millones. De 1962 a 1985 se aplicaron 227 millones de vacunas Sabin, año en que se reportaron sólo 148 casos de polio paralítica. Los últimos siete datan de 1990, precisó.

Antaño, el sarampión ocasionaba entre cinco y ocho mil muertes, para 1973 esa cifra descendió a sólo 50 u 80 casos, y el último reportado fue antes del año 2000.

En 1975 la tasa de hijos era de seis por mujer y el crecimiento anual de la población era de 3.5 por ciento, pero con el Programa Nacional de Planificación Familiar, en el 2010 las cifras descendieron a 2.2 hijos y a 1.5 el crecimiento poblacional anual.

Para 1980 se redujo la mortalidad de menores de un año en 52 por cada mil nacidos vivos y a 40.5 en menores de cinco años. Entre las causas de decesos figuraron las de origen perinatal, asfixia y trauma al nacimiento, pero disminuyeron las ocasionadas por enfermedades infecciosas.

En 1990, en menores de un año la mortalidad pasó de 52 a 32.5 por cada mil nacidos vivos; en menores de cinco años, de 40 a 27.

El Programa de Agua Limpia, instaurado en 1991, contribuyó para alcanzar los niveles mencionados. Lo mismo la construcción de redes de agua potable, cloración, drenaje, fosas sépticas y letrinas.

Asimismo, se estableció el Censo Nacional de Estado Vacunal y el Día Nacional de Vacunación; además, se reforzó y garantizó la calidad de la Red de Frío, con lo que fue posible transportar dosis en óptimas condiciones.

Para 1993 se estableció la Semana Nacional de Salud y adquirió carácter obligatorio el tamiz neonatal para detectar errores congénitos del metabolismo. En 1991 se reportó el último caso de difteria.

En el año 2000, la tasa anual de mortalidad en menores de un año era de 20 por cada mil nacidos vivos, y en menores de cinco años, de 16.

Entre las razones de esa disminución Fernández Varela mencionó un menor número de muertes por infecciones en aparatos digestivo y respiratorio. Sin embargo, los decesos por patología perinatal y anomalías congénitas ganaron terreno en infantes menores de un año.

En la actualidad, los accidentes en preescolares son la primera causa de muerte y las anomalías congénitas la tercera, concluyó.

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En 1993 se estableció la Semana Nacional de Salud y el tamiz neonatal, para detectar errores congénitos del metabolismo, adquirió carácter obligatorio.

Héctor Fernández Varela, director General de Servicios Médicos de la UNAM.