Para entender cómo se modificaron las plantas al pasar del medio acuático al terrestre, de qué manera se formaron las semillas o en qué radica la complejidad de la estructura de las flores, un grupo de 16 expertos de la Facultad de Ciencias (FC) y del Instituto de Biología (IB) de la UNAM escribieron el libro Introducción a las embriofitas, referente a las plantas terrestres, muy diferentes entre sí en forma, tamaño y hábitat, pero coincidentes porque todas crecen a partir de un embrión.
Organizado en una introducción, cuatro secciones y 19 capítulos que abordan morfología, ciclos de vida, clasificación, anatomía, fisiología y origen de las plantas, el libro editado a color por esta casa de estudios también establece las relaciones entre diferentes grupos de plantas.
En su diseño combina textos inéditos con fotografías originales de diversas especies obtenidas en campo y en microscopio, además de ilustraciones sobre los ciclos de vida hechas en acuarela y lápiz y, al final de cada capítulo, contiene preguntas, problemas y ejercicios que sirven de guía de estudio a los alumnos de botánica de la licenciatura en Biología, a quienes está dedicado, explicó Susana Valencia Ávalos, editora, coautora y académica de la FC.
Premio CANIEM al Arte Editorial
Luego de tres años de trabajo académico y uno más de edición, el libro ganó el Premio CANIEM al Arte Editorial 2014 en la categoría Libro de texto de educación media superior y superior, otorgado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.
En su primera edición cuenta con un tiraje de dos mil ejemplares, algunos de los cuales ya circulan en los salones de clases de la UNAM y de otras universidades como la Autónoma de Chapingo y la Autónoma del Estado de Morelos, en donde lo utilizan como apoyo en sus cursos, señaló.
Las embriofitas agrupan todas las plantas que nos rodean en la superficie del planeta, incluidos árboles, arbustos y hierbas pequeñas. “De los grupos más diversos, de angiospermas son más de 280 mil especies, de monilofitas alrededor de 12 mil y de hepáticas y musgos casi 20 mil”, dijo Valencia, quien calculó que el 90 por ciento de las variedades están presentes en México.
Todas se desarrollan a partir de un embrión, parecido al de las especies animales. “El embrión es una etapa inmadura, pero diferenciada, donde ya está definido qué parte será raíz, tallo y hojas”, precisó.
Esas plantas surgieron en el planeta durante el periodo geológico Ordovícico Superior, hace unos 430 millones de años. Desde entonces han evolucionado al pasar del agua al suelo, alejarse cada vez más de las fuentes de líquido y desarrollar formas y funciones para volverse más aptas y sobrevivir.
“A lo largo de millones de años han habido muchos ensayos que son parte de la evolución. Un primer brinco lo dieron del medio acuático a la superficie terrestre. Tuvieron que desarrollar caracteres para colonizar ese entorno, como órganos reproductores protegidos y una cutícula más gruesa para evitar la desecación”, explicó.
Otros saltos evolutivos fueron la aparición del tejido de conducción, que les permitió alejarse un poco más del agua; el desarrollo de las semillas, que ayudó a la planta a apartarse aún más de las fuentes de líquido para vivir, así como el surgimiento de las flores, que las dotó de mayor variabilidad y las relacionó con otros organismos, como los animales polinizadores, que reducen su dependencia al agua, finalizó la especialista.
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