El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

 

Boletín UNAM-DGCS-146
Ciudad Universitaria.
12:45 hs. 13 de marzo de 2015


Luis Zambrano

 

 

 

FUNDAMENTAL PARA LA CIUDAD, LA RESERVA ECOLÓGICA DEL PEDREGAL DE SAN ÁNGEL

• Para muchos la REPSA es un lote baldío, pero se trata de una zona ecológica que además de permitir la conservación y protección de fauna y flora, ofrece beneficios a los capitalinos
• Capta un millón y medio de metros cúbicos de agua en temporada de lluvias; con ello, se reducen las inundaciones en Tláhuac y se abastece el acuífero; además, constituye un espacio lúdico de ayuda para las actividades académicas

Para muchos la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) es como un lote baldío, pero se trata de una zona ecológica que además de permitir la conservación y protección de fauna y flora, ofrece beneficios a los capitalinos, como la captación de millón y medio de metros cúbicos de agua en temporada de lluvias; con ello, se reducen las inundaciones en Tláhuac y se abastece el acuífero; además, constituye un espacio lúdico de ayuda para las actividades académicas.

En promedio, la mitad de los universitarios desconocen su existencia en Ciudad Universitaria (CU), aunque abarca la tercera parte del campus, refirió Luis Zambrano González, investigador del Laboratorio de Restauración Ecológica, del Instituto de Biología (IB) y secretario Ejecutivo de la REPSA.

La zona urbana en la que se ubica esta reserva natural recibe a diario un promedio de 166 mil personas, 100 mil de ellas población flotante, así como la circulación de unos 100 mil vehículos, lo que implica una gran interacción entre los seres humanos y el entorno, lo que resiente esa área natural, dijo.

Al ofrecer la conferencia La Reserva y su importancia ecológica en CU y el DF, organizada por el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico, refirió que la REPSA ocupa un tercio (237 hectáreas) del territorio de Ciudad Universitaria, que está conformada por poco más de 700 hectáreas.

La biota que comprende surgió en el año 300 d.C.; “estamos frente al desarrollo inicial de un ecosistema bebé, que emergió después de una gran perturbación como fue la lava del Xitle. No existen muchos sitios naturales como éste”, explicó.

Zambrano puntualizó que la construcción de nuevas edificaciones en CU afecta a este hábitat, pues es un área porosa, es decir, “aunque se han colocado barreras como las rejas que dividen a las facultades e institutos, encontramos fauna que se traslada de un lado a otro y hemos ido a rescatar serpientes en algunos edificios”.

Justo porque sabemos que el campus está en constante crecimiento, debemos conservarla. “Como universitarios tenemos que pensar en las dinámicas complejas, porque se nos acaba el tiempo y el espacio”, añadió.

También indicó que su área de estudio son las dinámicas complejas, “en las que no hay causa-efecto. Si quito dos metros, no puedo compensarlos con otra área similar en otra zona”.

Este entorno no está aislado, y aunque existen múltiples construcciones en medio del terrero y en las áreas periféricas, la zona tiene relación con otros bosques, como el de Tlalpan, áreas naturales que cumplen un papel central en la sobrevivencia de la REPSA.

“Conocerla es respetarla y protegerla, es patrimonio de los universitarios y, por lo tanto, debemos cuidarlo. Cuando nos demos cuenta de que la naturaleza es parte de nosotros y que éste es nuestro ecosistema, empezaremos a apreciarlo”, concluyó.

—oOo—

RSS Boletines UNAM

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel es una zona ecológica que además de permitir la conservación y protección de fauna y flora, brinda beneficios a los capitalinos.

Luis Zambrano González, investigador del Laboratorio de Restauración Ecológica del IB y secretario Ejecutivo de la REPSA.