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Boletín UNAM-DGCS-143
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 12 de marzo de 2015


Fernando Álvarez Noguera

 

 

 

PARTICIPA UNIVERSITARIO EN EL DESCUBRIMIENTO DEL ÚNICO CRUSTÁCEO VENENOSO CONOCIDO EN EL MUNDO

• Endémico de la Península de Yucatán, Xibalbanus tulumensis es un eslabón que une a crustáceos con otros grupos de gusanos y se halló en una cueva entre Puerto Morelos y Tulum
• En el descubrimiento, encabezado por Bjorn von Reumont, del Museo Británico, participó Fernando Álvarez Noguera, investigador del IB de la UNAM y titular de la Colección Nacional de Crustáceos

De las cerca de 70 mil especies de crustáceos que existen en las aguas dulces y saladas del planeta, sólo se conoce una venenosa. Se llama Xibalbanus tulumensis, es endémica de la Península de Yucatán y fue descubierta en una cueva entre Puerto Morelos y Tulum, en Quintana Roo.

En el hallazgo, encabezado por el científico alemán Bjorn von Reumont, del Museo Británico, participó Fernando Álvarez Noguera, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM y responsable de la Colección Nacional de Crustáceos.

Este organismo remipedio (grupo crustáceo con características primitivas) fue descubierto en 1987, pero el estudio detallado realizado tras esa fecha encontró que produce veneno y lo hace llegar a sus presas.

“En unos apéndices bucales tiene una especie de colmillos. No se había reportado hasta ahora un crustáceo venenoso, seguramente porque no existían las tecnologías que tenemos ahora para describirlo”, señaló Álvarez Noguera.

Los resultados de la investigación se publicaron en diciembre de 2013 en la revista Molecular Biology and Evolution, donde se describe todo el sistema, la glándula de veneno, la musculatura y los ductos que van a dar a los colmillos.

Colmillos, glándulas y veneno

“Lo interesante no es solamente producir veneno, sino tener un aparato que puede liberarlo y aplicarlo a la presa, algo que no se ha encontrado en ningún otro crustáceo conocido”, detalló el biólogo y doctor en zoología.

Para este trabajo se utilizó la técnica de genética transcriptómica, que permitió extraer las glándulas de veneno del organismo –que completo mide de 1.5 a dos centímetros–, obtener su ácido nucleico (ARN), describirlo e indagar para qué codifica.

Álvarez Noguera explicó que los venenos son cocteles formados básicamente de enzimas y toxinas. “El mérito de este trabajo es describir en qué consiste este coctel mediante una disciplina, la venómica, ubicada entre la genómica y la bioquímica, la cual relaciona los venenos y analiza cómo han evolucionado”.

Un resultado interesante fue que el veneno de este remipedio no se ubica dentro de los de artrópodos como arañas, alacranes y ciempiés, sino que ha evolucionado de forma independiente, lo que indica que los crustáceos remipedios son muy antiguos.

Como un dinosaurio… vivo

Los remipedios son un grupo basal de crustáceos que relacionan a los anélidos (gusanos) con los artrópodos (insectos, arañas y crustáceos, entre muchos otros).

“Así como un paleontólogo logra un descubrimiento mayor si encuentra un hueso de dinosaurio y a partir de él reconstruye al animal completo, aquí es como tratar con dinosaurios, pero vivos, porque los remipedios son crustáceos muy primitivos que representan un eslabón entre los gusanos y los artrópodos”, precisó.

De todo el subfilum Crustacea, el remipedio Xibalbanus tulumensis de Yucatán es el único que tiene veneno, pero además posee otra singularidad: su cuerpo es semejante a un gusano blanco translúcido con muchas patas alineadas a lo largo de su cuerpo. Hasta ahí se parece a un ciempiés, pero su cabeza recuerda a un camarón, con una estructura que la cubre y largas antenas.

Finalmente, Álvarez Noguera indicó que Remipedia es una clase de Crustacea que se distribuye básicamente en el Caribe, Yucatán, Bahamas y Australia, zonas que estuvieron juntas antes de la separación de los continentes, en la época del supercontinente Pangea.

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De las cerca de 70 mil especies de crustáceos que existen en las aguas dulces y saladas del planeta, sólo se conoce una venenosa: Xibalbanus tulumensis. Cortesía Fernando Álvarez Noguera

Fernando Álvarez Noguera, investigador del IB de la UNAM y titular de la Colección Nacional de Crustáceos.